Apego, autoconocimiento y relaciones sanas: una charla de Marina Mammoliti que dejó varias enseñanzas

La creadora de PsiMammoliti visitó Montevideo habló sobre cómo se construye nuestra personalidad desde la infancia y la forma en que eso determina nuestras relaciones en la adultez.

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Psicología y salud mental están entre los temas más leídos y buscados en libros, redes y web. Cada vez hay más interés en conocer y mejorar la calidad de vida, las relaciones y disminuir el estrés. Circulan muchas teorías y consejos y hay palabras que se graban a fuego, como apego y autoconocimiento. Y sobre eso habló la psicóloga argentina Marina Mammoliti en el Teatro Movie, en su primera charla en Uruguay, presentada por Bienestar, El País, con el auspicio de Tienda Inglesa, Scienza Uruguay, Secom, Cudim, Centro Oftalmológico del Este y Fábrica Italiana.

Las relaciones sanas y la certeza de que todas las personas podemos alcanzarlas, más allá del tipo de apego que nos caracterice, fue el corazón de su charla. Pero hay desafíos, hay dificultades, “la vida da piñazos emocionales”, como dijo la creadora del podcast Psicología al desnudo. En ese camino, “el primerísimo primer paso” es el autoconocimiento.

Marina Mammoliti brindó su charla en el Teatro Movie, de la mano de El País
Marina Mammoliti brindó su charla en el Teatro Movie, de la mano de El País
Foto: El País

“No puedo cambiar algo que no conozco. Y si no conozco la forma en que me relaciono con los demás, no puedo mejorar”, resumió ante el auditorio. Para ella, el apego, “como todos los términos que se hacen muy masivos, ganó superficialidad, pero es algo muy profundo”. “Cuando conocí la teoría del apego, nunca pude volver a mirar de la misma forma a mis relaciones y a mí misma; cuando uno entiende el apego, entiende el juego relacional”, enfatizó.

El apego: los lentes con los que vemos la vida

Suele decirse que todos miramos el mundo con distintos lentes, y donde unos ven problemas, otros encuentran desafíos; donde unos ven seguridad, otros verán riesgos. “¿Y cómo se construyen esos lentes? La base está en el apego”, explicó la creadora de Psi Mammoliti, organización que reúne a más de 150 profesionales. “El apego marca a fuego quiénes somos, construye los cimientos sobre los que luego se va a edificar nuestra personalidad, y aunque es algo que se forma en la niñez, no queda atrás, sino que está presente durante toda nuestra vida”, agregó.

La clave de su teoría es que, si no conocemos cómo es nuestro apego iremos por la vida en piloto automático e incluso cargando a los demás de exigencias y responsabilidades que, en el fondo, no les corresponden.

La psicóloga argentina Marina Mammoliti explicó los distintos tipos de apego
La psicóloga argentina Marina Mammoliti explicó los distintos tipos de apego
Foto: El País

Los distintos tipos de apego

Hay dos grandes tipos de apego: el seguro y el inseguro. Y dentro del segundo hay tres subtipos, que Mammoliti explicó así:

  • Apego ansioso ambivalente: Quien tiene este tipo de apego tuvo padres o cuidadores que fueron ambiguos: a veces estaban presentes y hasta eran sobreprotectores y a veces eran distantes y fríos. “No se trata de culpar a esos padres, se trata de ver que el niño vivió en incertidumbre, y nuestro cerebro necesita certezas, por lo que en este caso el sistema de alerta está 100% prendido”.
    Estos niños entendieron que la forma de obtener cariño era llamar la atención y así lo replican en su vida adulta. También la inseguridad con la que crecieron, por lo que les cuesta confiar en los otros. Es probable que esto los vuelva personas controladoras o celosas, que necesitan ser el centro de la atención. A quienes tienen este apego, cualquier actitud de “mini lejanía del otro” les resulta como una muestra de alejamiento, de abandono, y genera ansiedad y angustia.
    Justamente, por esa inseguridad de base, necesitan la aprobación constante de su accionar. “¿Te pareció bien lo que dije?”, “¿Me queda bien esta ropa?”. Son dependientes para tomar decisiones.
  • Apego evitativo: Este caso se trata de personas que tuvieron cuidadores rígidos, perfeccionistas, que pusieron la vara del éxito muy alta, y que garantizaron seguridad material, pero no afectiva. Para estos niños pedir cariño estaba mal, molestaba, y cuando llegan a la adultez son personas que no pueden conectar emocionalmente con otros. De hecho, prefieren no exponerse a charlas que involucren sentimientos y tienen un sentido de autonomía excesivo: “Yo no pido ayuda, puedo solo”. “Pero quienes tienen apego evitativo sí quieren que los amen”, aclaró Mammoliti, “lo que ocurre es que se hace difícil”.
  • Apego desorganizado: “Este caso es el más complejo, ya que tiene que ver con niños que crecieron en contextos hostiles o traumáticos”, dijo la psicóloga y explicó que incluso puede haber casos de abuso o violencia. El niño ve que la persona que más debería quererlo y cuidarlo, es la que lo lastima y crece con una idea distorsionada del amor. "El amor es eso que nos enseñaron quienes nos amaron por primera vez y por eso no es igual para todos”, sostuvo. “Para alguien a quien sus padres le pegaban, una caricia no va a ser señal de amor”, agregó.
    “Es el típico caso de alguien que salió de una relación con una persona que le pegaba y la humillaba, y luego de separarse inicia otro vínculo igual. Hay algo de esta idea del amor por la que uno arma la escena en la que el otro golpea y humilla. Hay necesidad de caos, porque esa es la idea de amor”, apuntó la psicóloga. Y también son personas que quieren ser amadas, pero “pero no toleran el buen amor”.
El Teatro Movie Center se llenó de seguidores del podcast "Psicología al desnudo", creado por Marina Mammoliti
El Teatro Movie Center se llenó de seguidores del podcast "Psicología al desnudo", creado por Marina Mammoliti
Foto: El País

El apego seguro

Por otra parte, están las personas que tuvieron cuidadores que supieron satisfacer sus necesidades “de forma tranquila, amorosa; que les mostraron que el mundo es un lugar seguro y le dieron cariño”. “En la adultez son seguros y confían en sus habilidades y en los demás. Y, por ello, van a poder construir relaciones equilibradas”, agregó.

A diferencia de quienes tienen apego ansioso ambivalente, no necesitan ser el centro de atención, sino que comprenden que los demás tienen múltiples intereses y eso no significa que no las amen.

Pese a las dificultades que implique cada tipo de apego en las distintas etapas de la vida, Mammoliti aseguró que “todos podemos caminar hacia relaciones saludables”. “No todo está dicho, el apego no es una cruz, siempre podemos barajar y dar de nuevo, aunque el mazo de cartas sea el mismo”, señaló.

La argentina cerró su charla con una frase del escritor uruguayo Eduardo Galeano, que resume su mensaje: “Al fin y al cabo, somos lo que hacemos para cambiar lo que somos”.

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