¿A quién no le gustaría sentirse más seguro y feliz consigo mismo? La clave está en el cerebro. Al igual que fortalecemos nuestros cuerpos con el ejercicio, podemos entrenar nuestra mente para cultivar un mayor amor propio. A través de técnicas sencillas y efectivas, y escuchando algunos consejos, podemos transformar nuestra relación con nosotros mismos. Querernos más involucra emoción y razón. Las habilidades cognitivas juegan un papel fundamental, influyen en cómo pensamos de nosotros mismos y sobre nuestras experiencias.
Cuando nos proponemos fortalecer nuestro amor propio, necesitamos conocer y cultivar algunas de estas habilidades cognitivas:
- Atención
La atención juega un papel fundamental. Al prestar atención a nuestras pensamientos, emociones y sensaciones corporales, desarrollamos una mayor conciencia de quiénes somos. Esta autoconciencia es esencial para construir una relación auténtica con nosotros mismos.
Al mismo tiempo, cuando prestamos atención a nuestras emociones sin juzgarlas, las validamos y les damos el espacio que necesitan. Esto nos ayuda a aceptar experiencias y a no reprimir sentimientos. Si observamos nuestras ideas y sentimientos sin engancharnos en juicios negativos, y reducimos la autocrítica, cultivamos un mayor amor propio.
Profundizando en la atención hacia nosotros mismos podemos responder al sufrimiento con compasión, en lugar de castigarnos. Esta es un pilar fundamental. Dirigiendo la atención hacia nosotros mismos de manera consciente y compasiva, construiremos un vínculo más saludable y positivo con nosotros mismos.
- Pensamientos negativos
En ocasiones, nuestros pensamientos negativos o distorsionados afectan el estado de ánimo y sentimos el deseo de cambiar el cristal a través del que miramos, para ver las cosas de una manera más realista y positiva.
Nuestros pensamientos influyen directamente en cómo nos sentimos. Será muy difícil desarrollar un amor propio genuino si nos bombardeamos con pensamientos negativos y autocríticos. Cuando pensamos que “no somos lo suficientemente buenos”, que “siempre fracasamos” o que “nadie nos quiere”, disminuye el autoestima y es más difícil desarrollar aceptación y amor propio.
El proceso de cambiar esta forma de pensar incluye la identificación de los pensamientos negativos y su reemplazo por otros más realistas y positivos. Asi podemos comenzar a vernos de una manera más amable y compasiva.
Cambiar nuestra forma de pensar es una herramienta para fortalecer nuestra autoestima, disminuir la ansiedad, mejorar los vínculos personales y aumentar la resiliencia.
- Amabilidad
Tratarnos de forma amable y con la comprensión con los que tratamos a nuestros seres queridas, es una excelente receta. Consiste en reconocer nuestras imperfecciones y vulnerabilidades sin juzgarnos duramente, dándonos el mismo apoyo y comprensión que buscamos en los demás. Este cuidado que podemos darnos y el amor propio están estrechamente vinculados. Uno es un componente fundamental del otro. Al cuidarnos somos capaces de amarnos, y viceversa.
La autocompasión es la base sobre la cual construimos el amor propio. Nos ayuda a romper con los hábitos de autocrítica. En lugar de juzgarnos duramente, aprendemos a ser más indulgentes. Si somos amables y comprensivos con nosotros mismos podemos crear un terreno fértil para que crezca la autoestima.
Para desarrollar un amor propio genuino debemos ejercitar nuestra aceptación de que somos seres humanos imperfectos y que cometer errores es parte de la vida. Esta actitud nos ayuda a construir la capacidad para afrontar desafíos y superar dificultades, sanando dolores de forma más sólida y duradera.
Hábitos saludables
- Aprender a decir no y establecer límites es clave para proteger el bienestar emocional.
- Priorizar nuestras necesidades y dedicar tiempo a actividades que nos hagan sentir bien y nutran emocionalmente.
- Enfocarnos cotidianamente en lo positivo, invirtiendo unos minutos a pensar en los aspectos personales, familiares y profesionales que le dan sentido a nuestra vida.
- Cultivar una actitud positiva manteniendo un diario de gratitud. Escribir sobre las cosas buenas que nos suceden ayuda a poner el foco en lo mejor de nuestra vida.
- Crear y manifestar afirmaciones positivas que reflejen la persona que deseamos ser, imaginando la persona segura y feliz que queremos construir.
- Reconocer y apreciar nuestras fortalezas y éxitos, y celebrar nuestros logros.
Al sentirnos bien con nosotros mismos, somos más capaces de liberar nuestro potencial creativo y alcanzar metas, además de tomar decisiones alineadas con valores y necesidades en lugar de dejarnos influenciar por las opiniones de los demás. Entrenar nuestra mente para alcanzar este objetivo requiere tiempo, práctica y paciencia. Seamos amables con nosotros mismos en este proceso y recordemos que si necesitamos ayuda adicional, debemos buscar el apoyo de un profesional.