The New York Times
Hace algunos años, una empleada de Google envió un correo electrónico a miles de sus colegas sugiriendo: "¿Y si, durante seis semanas seguidas, pasaras una noche por semana sin tecnología?"

El correo electrónico fue enviado por Laura Mae Martin, consultora ejecutiva de productividad de Google, una función que, entre otras cosas, se creó para ayudar a los empleados a promover relaciones más saludables con sus dispositivos electrónicos y aplicaciones.

Después de enviar el mensaje, Martin recibió varias respuestas de colegas ansiosos por un descanso en algunos de los productos que ayudaron a construir. Desde entonces, según la especialista, miles de empleados han participado en el desafío anual "No-Tech Tuesday Night Challenge" (Desafío de la Noche del Martes Sin Tecnología).

El problema que ella estaba tratando de resolver no es exclusivo de los empleados de Google. Mucha gente admite pasar demasiado tiempo en el teléfono. Pero soluciones drásticas, como una desintoxicación digital, un cambio por un dispositivo de menor calidad o una salida completa de las redes sociales, pueden parecer poco prácticas.

¿Es posible tener una relación saludable con la tecnología y al mismo tiempo utilizarla diariamente? Afortunadamente, según los expertos, la respuesta es sí.

¿Sentís el impulso de tomar el teléfono sin darte cuenta? ¿Y luego, antes de que te des cuenta, pasás una hora navegando en una red social?

Si deseás convivir pacíficamente con la tecnología, necesitás controlar estos impulsos. Empezá por darte cuenta cuando sientas ganas de tomar el teléfono o abrir la red social en la ventana del navegador, recomienda Richard J. Davidson, fundador y director del Centro para Mentes Saludables de la Universidad de Wisconsin-Madison.

Al volverte consciente de lo que estás a punto de hacer, interrumpes un comportamiento automático y despertás la parte de tu cerebro que gobierna el autocontrol, afirma el experto. Ser consciente de tus acciones puede ayudarte a controlar los malos hábitos, según un artículo publicado en 2020 en la revista científica de la Asociación para la Ciencia Psicológica, una organización internacional sin fines de lucro especializada en investigaciones en el campo de la Psicología.

"Cuando notes el deseo, simplemente planteate lo siguiente: '¿Realmente necesito hacer esto ahora?'" aconseja Davidson.

Hacer esta pregunta puede ayudarte a tomar un descanso, reflexionar y resistir la tentación de mirar tu dispositivo. Y seamos realistas: a veces podés decidir pasar algún tiempo navegando en el celular. Pero al ser consciente de tus impulsos, podés tener más control sobre tus hábitos, orienta el investigador.

Foto: Pxhere.

Anna Lembke, profesora de Psiquiatría y Medicina Antidrogas en la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford, dijo que uno de los mayores problemas con los teléfonos inteligentes es, por ejemplo, la posibilidad de "enviar mensajes de texto mientras corres para tomar un autobús". Usar nuestros dispositivos mientras estamos en movimiento, caminando de una reunión a otra, llevando al hijo a la escuela o tomando un autobús, nos impide estar más involucrados en nuestras vidas, afirma Lembke.

"Estamos perdiendo una riqueza de información y señales en el mundo que nos rodea, y también privándonos de la oportunidad de procesar e interpretar lo que experimentamos", critica.

Una forma de crear armonía con tu tecnología es limitar el uso del teléfono cuando estés en movimiento. ¿Salís a dar un paseo? Apaga tus notificaciones. ¿Vas a tomar un café? Dejá tu teléfono en la mesa. Si te sentís valiente, intentá apagar el teléfono durante el transporte, sugiere Lembke, también autora de "Nación Dopamina". De esta manera, tu celular no vibrará con notificaciones, mensajes de texto o llamadas, lo que la investigadora afirma que podría ayudarte a concentrarte en el mundo que te rodea.

Vacaciones prolongadas de tus dispositivos electrónicos pueden no ser posibles. Pero si estás intentando pasar menos tiempo mirando las pantallas, intervalos de 10 o 15 minutos pueden ser una opción más práctica, propone Adam Gazzaley, neurocientífico de la Universidad de California en San Francisco, y autor de "The Distracted Mind: Ancient Brains in a High-Tech World" (La Mente Distraída: Cerebros Antiguos en un Mundo de Alta Tecnología). Podés dar un paseo rápido, cerrar los ojos, leer un libro o terminar un rompecabezas.

Otro truco: programa pausas tecnológicas en tu calendario, sugiere Gazzaley. Programar algo como "hacer una caminata sin teléfono" puede parecer extraño, pero no debería serlo si ya fuera una prioridad, según él.

No confíes solo en tu fuerza de voluntad para mantener bajo tu tiempo de pantalla, orienta James A. Roberts, experto en comportamiento del consumidor de la Universidad de Baylor, en Texas. En lugar de eso, ajusta el entorno a tu alrededor.

"Cualquier cosa que puedas hacer para crear un entorno que facilite al máximo el distanciamiento del teléfono será útil", afirma.

Estas son algunas cosas que puedes intentar:

• Tené un despertador independiente: Un despertador en el teléfono te obliga a tomar tu dispositivo al despertar, haciendo que sea muy fácil empezar a leer correos electrónicos y alertas, predice Roberts. Pero un despertador independiente te permite dejar tu teléfono intacto hasta que decidas que es hora de empezar.
  
• Asigna un compañero para compartir la responsabilidad: Roberts sugirió pedir a un miembro de la familia o amigo que te recuerde apagar el dispositivo cuando lo estés usando durante mucho tiempo, cuando alguien esté tratando de hablar contigo u en otros momentos en que esté interfiriendo con la vida en el mundo fuera de línea.
  
• Elimina las redes sociales de tu teléfono: Para gestionar el uso de las redes sociales sin abandonarlas totalmente, será necesario hacerlas menos accesibles, recomienda Roberts. Un consejo que sugirió es eliminarlas del teléfono, pero mantenerlas en la computadora para que aún puedas usarlas en el trabajo o para mantener contacto con familiares y amigos.

Foto: Picryl

Una cosa en la que los expertos estuvieron de acuerdo: para establecer una relación saludable con la tecnología, es necesario controlarla y no al revés. Pensá en tus dispositivos como herramientas que vos decidís cómo usar.

"Hacé que funcionen a tu favor, y no en tu contra. Ya sea tu correo electrónico o tu lavavajillas, es la intención detrás de cómo los usas lo que realmente marca la gran diferencia", añade Martin, la especialista que inició esta tendencia dentro de Google.