Como expuse en varias oportunidades, el Feng Shui observa los espacios donde vivimos, la casa y sus alrededores, y como cada uno de nosotros interactúa con ellos.
Esta filosofía o forma de vida, como me gusta nombrarla, influye en el entorno para que nosotros, seres humanos, podamos vivir en equilibrio, o tratar de volver al mismo una vez estemos revueltos o en baja vibración.
La premisa básica del Feng Shui siempre es equilibrar todo aquello que ha perdido ese equilibrio, pues solamente con equilibrio ambiente-cuerpo, podremos, según el Feng Shui, dejar atrás la enfermedad, el malestar y vivir de esa manera en abundancia y prosperidad.
El otoño, justamente, es la época del año en la cual comienza a regir el elemento metal. Este es un elemento que se caracteriza por ser duro y cortante. Dentro del ciclo de elementos, este es el que tiene más baja vibración, por lo cual su llegada provoca en nosotros y en el ambiente cambios drásticos.
Es momento entonces de cortar y separar, de ser categórico con nuestros propósitos. Para esto debemos ser tajantes con lo que nos rodea y con lo que tenemos, solamente de esta manera lograremos alcanzar nuestras metas.
Si vemos a este ciclo de una forma simbólica, estará representado por la caída y el movimiento. La caída de las hojas y el movimiento del viento. La caída de las hojas de los árboles, las que en realidad se desprenden del tronco para alivianarle la carga y permitirle transitar el invierno de manera más liviana. El viento que nos trae movimiento, que si no lo cuidamos puede ocasionarnos enfermedades o malestares.
Significado
¿Y qué quiere decirnos todo esto? El mensaje es que tratemos de unificarnos al ritmo de la naturaleza, despojando nuestros espacios de los elementos que ya no nos representan para las metas que queremos alcanzar.
Es muy beneficioso para elevar la vibración y la energía vital buscar actividades donde desarrollemos la creatividad, donde conectemos con emociones, donde podamos sentirnos nosotros mismos.
Por supuesto también, siempre que podamos y el clima lo permita, acompañarnos de un paseo a la naturaleza que nos brindará la energía faltante. Éxitos en tu transformación.
En primer lugar, para cuidarnos debemos tomar los cambios que trae la nueva estación con tranquilidad.
El hecho de despojarse no es todo en simultáneo, es una cosa a la vez, sintiendo lo que dejamos atrás y cuidando nuestro cuerpo de los síntomas que pueden ir apareciendo. Esa tos, que a veces llega sin razón, suele reflejar aquello que no podemos expresar.
Según el Feng Shui, el cambio de temporada es un momento ideal para equilibrar la energía en nuestro hogar y en nuestro interior. Limpiar los espacios, eliminar lo innecesario y renovar el aire libera cargas de baja vibración y armoniza el entorno.
Esto favorece un tránsito más fluido hacia el otoño, permitiendo que la energía circule mejor y generando bienestar.
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