Elizabeth Miñano, El Comercio/GDA
El año pasado, Netflix estrenó “Sin miedo a las estrellas”, una película italiana dirigida por Andrea Jublin que es una ventana al corazón de las personas que enfrentan ansiedad en su día a día. Aunque se mezcla con comedia y toques de romance, la película muestra cómo actividades sociales aparentemente sencillas, como asistir a una reunión de trabajo, una cita o incluso disfrutar de una fiesta, pueden ser verdaderos desafíos.
Vanessa Mendez Cardenas, psicoterapeuta, explica que la ansiedad es una respuesta emocional compleja que abarca diversas dimensiones. Desde lo físico, con síntomas como tensión muscular, sudoración, fatiga y un aumento en la frecuencia cardiaca; hasta dimensiones cognitivas que incluyen pensamientos intrusivos, tristeza y miedo. Además, enfatiza que la ansiedad puede manifestarse en diferentes áreas de nuestra vida: en el trabajo, las relaciones de pareja o en la familia.
La ansiedad tiene sus raíces en la infancia y es muy difícil hacerla desaparecer. La autocompasión y la aceptación son herramientas que nos ayudan a sobrellevarla. Debemos aprender a aceptar este aspecto de nosotros mismos como una característica, sin criticarla.
Imagina la ansiedad como ese sobresalto inicial que experimentamos cuando escuchamos un ruido fuerte, como un golpe en la puerta. Ese sobresalto nos inunda de miedo y temor de manera automática, preparándonos para cualquier posible peligro. La ansiedad comparte un propósito similar: su objetivo es alertarnos y ayudarnos a adaptarnos a situaciones cambiantes. Podemos concebirla como un mecanismo que nos indica que algo requiere nuestra atención, de la misma manera en que el sobresalto nos enfoca en una posible amenaza.
Nos guía a explorar nuestras preocupaciones, de manera similar a cómo investigamos el ruido de la puerta y descubrimos que no es tan amenazante como pensábamos. Nos impulsa a explorar nuestras preocupaciones y, al hacerlo, podemos comprender que no siempre representan un peligro inminente.
Convertir la ansiedad en aliada.
Con frecuencia, las personas tienden a culparse a sí mismas o luchan desesperadamente por cambiar una situación cuando se ven afectadas por la ansiedad, lo que provoca una gran frustración, afirma Mendez. Estos sentimientos de frustración y culpa pueden dificultar nuestra capacidad para manejar la ansiedad de manera efectiva. Sin embargo, es importante recordar que la ansiedad puede considerarse como una aliada que nos mantiene alerta.
Cuando nos enfrentamos a un peligro real, la ansiedad se convierte en un recurso valioso que nos permite actuar con rapidez y precisión. Podría compararse con un instinto protector que nos orienta hacia la prudencia, la precaución y la anticipación de situaciones. En esos momentos, la ansiedad actúa como una especie de faro que ilumina el camino hacia la resolución, recordándonos que estamos dispuestos a superar cualquier obstáculo en nuestra búsqueda de seguridad y bienestar.
Estrategias para manejar la ansiedad.
Según la experta, algunas opciones para mejorar la forma en la que gestionamos la ansiedad son:
- Psicoterapia
- Ejercicios de respiración
- Meditación
- Enfocarse en las cosas por las que estamos agradecidos