El mundo en el que vivimos influye significativamente en todos los seres humanos, ya que muchas veces moldean nuestros sueños, pensamientos y emociones. La percepción que tenemos de las diversas experiencias determina nuestra manera de concebir la vida. A veces, si hemos vivido u observado algo que ha generado un impacto negativo en nosotros, esto puede repercutir en nuestra mentalidad, la cual muchas veces puede limitar nuestra posibilidad de crecimiento y mejora continua.
Por ejemplo, el pesimismo es una actitud basada en la manera de percibir y evaluar una situación, que se caracteriza por impedirnos ver con claridad y objetividad un problema y su solución, lo cual ocasiona un aumento del estrés y una serie de emociones con connotación negativa. En efecto, es algo así como que, únicamente estuviéramos rodeados de oscuridad y no podemos ver la luz al final del túnel. Lamentablemente, este tipo de mentalidad rige la vida de muchas personas, quienes carecen de autoconfianza, autoconocimiento, motivación y presentan un evidente miedo al fracaso y a los cambios.
¿Qué es una mentalidad de crecimiento?
El término de mentalidad de crecimiento o growth mindset fue desarrollado por la doctora Dweck, investigadora en la Universidad de Stanford, quien se dedicó a estudiar la motivación humana. A raíz de su trabajo científico, descubrió que existe una diferencia relevante entre el enfoque de éxito y fracaso en los estudiantes. Es ahí donde surge este término, con la finalidad de describir a aquellas personas que están muy seguras de que pueden lograr cualquier cosa que se propongan, siempre y cuando, mantenga una mentalidad positiva y enfocada en la mejora continua.
Esta es una perspectiva de la vida que tienen las personas en relación a sus talentos, inteligencia y habilidades, en otras palabras, son conscientes de que pueden desarrollar siempre una mejor versión de sí mismos. Cabe señalar que, los individuos con este tipo de creencia, son capaces de ver las debilidades, errores y fracasos como una oportunidad de mejora y aprendizaje.
¿Cómo desarrollar una mentalidad de crecimiento y mejora continua?
Probablemente, te estés preguntando ¿qué pasa si soy una persona pesimista? ¿es posible desarrollar una mentalidad de crecimiento? La respuesta es sí, ya que como mencioné previamente, nuestra mentalidad es algo que se va formando a lo largo de nuestra vida, razón por la cual, todos los seres humanos, más allá de lo que hayamos tenido que atravesar en nuestras vidas, somos muy capaces de desarrollar esta creencia que está orientada a potenciar al máximo nuestro desarrollo personal.
No tengas la menor duda que, este proceso te ayudará a ser tú mismo en su máxima expresión y te permitirá replantear tu enfoque ante los desafíos y la vida misma. Por ejemplo, en lugar de pensar “No puedo hacer eso”, con una mentalidad de crecimiento lograrás pensar “Aún no puedo hacerlo, pero sé que lo lograré”.
Las siguientes son algunas acciones que puedes poner en práctica en tu día a día para que, de manera progresiva puedas dejar atrás esa mentalidad fija y limitada para enfocarte en tu propio crecimiento.
Define tus metas.
No importa que tan pequeños o grandes, a corto, mediano o largo plazo sean nuestros objetivos. Lo importante es focalizar nuestra atención y esfuerzo en tener una visión clara de hacia dónde queremos ir. Por ello, es fundamental tomar en cuenta todo aquello que necesitamos para alcanzar nuestras metas.
Ten la iniciativa.
A veces, dar el primer paso es lo más complicado, ya que nuestros pensamientos irracionales tienden a limitarnos. No obstante, es importante evaluar las creencias, y darnos cuenta que lo único imposible es aquello que no intentamos.
Inversión personal.
Nosotros somos los únicos responsables y capaces de potenciarnos. Es importante invertir en nuestro propio desarrollo, lo cual implica dedicar tiempo en conocernos, aceptarnos y buscar las herramientas necesarias para lograr nuestros objetivos.
Automotivación.
Si bien es cierto, la motivación extrínseca es sumamente necesaria y muy satisfactoria; no obstante, la intrínseca es aquella fuerza que es impulsada por nuestros deseos más genuinos, los cuales están basadas en el autoconocimiento y la autodeterminación. Este tipo de motivación ayuda a mejorar nuestro amor propio, satisfacción personal, confianza, etc.
Acepta nuevos desafíos.
Por lo general, nuestro miedo al fracaso y a lo desconocido nos limita a aceptar nuevos desafíos; sin embargo, es importante que los riesgos no los percibamos únicamente como una situación de cambio y desequilibrio, sino que nos enfoquemos en las múltiples oportunidades que pueden surgir a partir de los retos. Además, debemos saber que el fracaso no significa que hemos sido derrotados, al contrario, esto demuestra que estamos entrando en una nueva etapa de aprendizaje, que indudablemente ayuda en el desarrollo personal.
Mantén una actitud positiva.
A veces esto puede resultar todo un desafío, pero el ser una persona optimista nos permite tener una perspectiva más esperanzadora del futuro y de nosotros mismos. No cabe duda que, nuestra actitud y fortaleza interna nos ayuda a poder atravesar de mejor manera los momentos más difíciles.
Mejora continua.
El cambio muchas veces puede representar una incomodidad para aquellas personas que les cuesta adaptarse a nuevas situaciones, pero es importante reconocer la importancia de realizar pequeños pasos para alcanzar un cambio significativo que esté orientado a nuestro bienestar y desarrollo constante.
Recuerda, que este es un proceso que lleva tiempo; sin embargo, no te des por vencido, ya que el cambiar de mentalidad por una enfocada en el crecimiento, te permitirá mejorar, aprender y lograr desarrollarte como persona. Básicamente, depende de ti cómo miras el mundo y la forma en la que te enfrentas a él.
Por Milenka Duarte / El Comercio GDA