Muchas veces, no nos animamos a expresar cómo nos sentimos en el trabajo o creemos que las emociones pertenecen a otros ámbitos, pero no al laboral. Sin embargo, hablar de sentimientos es esencial en cualquier lugar para manejar mejor las relaciones y resolver problemas.
La inteligencia emocional es la capacidad que tienen las personas de reconocer sus emociones y la de sus compañeros, para luego comprenderlas y gestionarlas de forma adecuada. Según el psicólogo e impulsor del concepto inteligencia emocional, Daniel Goleman, este se compone de:
- Autoconocimiento emocional.
- Autocontrol emocional.
- Automotivación o enfocar las emociones a objetivos y metas que los motiven y nos beneficien.
- Empatía para establecer vínculos en las relaciones interpersonales.
- Habilidades sociales que contribuyen al bienestar personal y repercuten en un buen desempeño laboral.
Al aplicar la inteligencia emocional, los problemas en el trabajo se pueden convertir en oportunidades de mejora.
Cómo manejar situaciones tensas en el trabajo.
En un artículo publicado en el Greater Good Science Center’de la Universidad de California, Berkely, los conflictos son necesarios para el crecimiento intelectual, emocional e incluso moral. Los conflictos en las empresas pueden ocurrir por motivos como falta de comunicación, intereses distintos, falta de recursos, mala organización departamental y diferencias de valores.
Estas son algunas acciones clave para la gestión de conflictos laborales.
- Detectar los problemas rápidamente. Para esto se necesita conocer muy bien a su equipo de trabajo. Además, hay que prestar atención a los pequeños conflictos, para evitar que se agranden.
- Escuchar a todas las partes implicadas. Usar la empatía para ponerse en el lugar de los demás y tomar decisiones teniendo en cuenta todas las opiniones.
- Detectar puntos en común. Todas las personas tienen algo que aportar a la resolución de un conflicto y al éxito de un proyecto.
- Aprender a priorizar entre las distintas acciones que deben llevarse a cabo para resolver el problema.
- Elaborar un plan para solucionar el conflicto. Este debe ser efectivo, sencillo y ágil y todos los implicados deben estar enterados para llegar a una misma meta. Es fundamental la comunicación fluida.
(Por El Tiempo GDA)