Ana Abbona Santín

Las habilidades cognitivas son las capacidades mentales esenciales para nuestro funcionamiento cotidiano e intervienen cada vez que pensamos, aprendemos, recordamos y resolvemos problemas. Entre ellas, podemos destacar:

1. Atención. Capacidad de concentrarse en una tarea o información e ignorar las distracciones.

2. Memoria. Habilidad de almacenar y recuperar información. Podemos reconocer diferentes tipos de memoria, incluida la memoria a corto plazo, la memoria a largo plazo y la memoria de trabajo.

3. Lenguaje. Incluye actividades tales como leer, escribir, hablar y escuchar.

4. Razonamiento. Es la función que nos permite pensar lógicamente y resolver problemas. Implica hacer inferencias, sacar conclusiones y usar el razonamiento deductivo.

5. Resolución de problemas. Es la capacidad de identificar y superar obstáculos mediante lluvia de ideas, la búsqueda de soluciones alternativas y la evaluación de opciones.

6. Razonamiento visual-espacial. Habilidad de pensar en imágenes y visualizar objetos y relaciones. Es importante para tareas como leer mapas, ensamblar muebles y jugar videojuegos.

7. Funciones ejecutivas. Este es un grupo de habilidades cognitivas que controlan otros procesos como la atención, la planificación y la toma de decisiones. Gracias a ellas somos capaces de administrar el tiempo, priorizar tareas y mantenernos organizados.

8. Emociones. Son una respuesta a los estímulos que provienen del ambiente o de nuestros pensamientos y puede provocar sensaciones agradables o desagradables. Influyen en la forma en la que pensamos, sentimos y actuamos en diversos contextos. El desarrollo de estas habilidades es fundamental para formar la base de relaciones saludables y una buena convivencia social.

Las habilidades cognitivas no son invariables. Pueden disminuir como resultado de un quebranto de salud o sufrimiento emocional; podemos experimentar cierto declive conforme envejecemos. Pero también podemos aplicar algunos consejos de los profesionales para contribuir a mantener y mejorar nuestro bienestar cognitivo.

Primero, llevar nuestros chequeos médicos al día. Si mantenemos al día nuestros chequeos podremos reconocer y atender el deterioro cognitivo a tiempo, así como detectar en forma temprana otros inconvenientes de salud que pueden causar este deterioro.

Segundo, observar hábitos alimenticios saludables. Comer muchas verduras, frutas y cereales integrales puede ayudar a mantener una buena salud del cerebro. Los alimentos ricos en antioxidantes, como los arándanos y las espinacas, así como especias tales como la cúrcuma o el azafrán también son conocidos por sus beneficios para la mente.

Tercero, mantener nuestra hidratación. La deshidratación puede causar un sinfín de problemas de salud, incluido el deterioro cognitivo, así que es muy importante beber mucha agua en forma cotidiana, complementándolo al beber infusiones e ingerir alimentos con gran contenido de agua, como la sandía o el pepino.

Cuarto, hacer actividad física. Los expertos afirman que las personas que ejercitan con regularidad tienen menos riesgo de deterioro cognitivo relacionado con el envejecimiento. Todo lo que ponga a nuestro cuerpo en movimiento tendrá un impacto positivo en la salud cognitiva y mejorará las capacidades mentales porque estimula la circulación sanguínea.

Quinto, socializar. Existe consenso en cuanto a que las personas socialmente activas tienen una mejor salud cognitiva a medida que envejecen. El aislamiento que sufrimos durante la pasada pandemia nos enfrentó a las lamentables consecuencias de suspender aquellas actividades que nos ayudan a mantener la mente activa y comprometida.

Sexto, gestionar el estrés. El estrés puede ser un enemigo de nuestra salud cognitiva, de modo que es esencial prestarle atención. El yoga, la meditación y otras actividades como la jardinería, las artesanías o una actividad artística, nos ayudan a reducir nuestros niveles de estrés y vivir el presente, manteniendo nuestra lucidez y nuestro buen humor.

Séptimo, descansar. Se recomienda respetar una rutina y dormir por lo menos siete u ocho horas para favorecer el alcance de nuestras metas cognitivas.

Por último, desafiar nuestra mente. Algunos juegos y desafíos estimulan y entrenan nuestras habilidades cognitivas, e incluso podemos elegir algunos que son online o participar de cursos y talleres en los que incorporemos nuevos aprendizajes y exploremos intereses.

Mantener y mejorar el nivel de nuestras habilidades cognitivas es importante a lo largo de toda la vida. Quienes reconocen y entrenan sus capacidades mentales pueden alcanzar un óptimo desempeño académico, desarrollar trayectorias laborales y profesionales exitosas y lograr sus metas de bienestar y felicidad.

Si deseamos optimizar el nivel de nuestras funciones cognitivas podemos comenzar compartiendo inquietudes con nuestro médico y buscar ejercicios y actividades que se ajusten nuestras necesidades y preferencias.

1. Encontrá siete palabras. Todas tienen distinta cantidad de letras. Cada una se forma restándole una letra a la anterior. Las pistas (desordenadas) se ofrecen a continuación:

Campo. Hierba aromática. Instrumento musical. Pieza de metal en forma de circunferencia. Primera letra del abecedario español. Principal divinidad egipcia. Semilla y fruto de los cereales.

Con las letras descartadas se forma una palabra que responde a la siguiente definición: “Uno de los estados de EE.UU.”.

2. Descubrí cinco árboles conectando las letras en forma vertical y horizontal (no en diagonal). Todos tienen cinco letras.

O C A O B
M O C E A
A R U A S
L D M O L
A E C E L

3. ¿Cuál es el significado de la palabra pavesa?

a. Carruaje de dos o cuatro asientos.
b. Danza española, grave y seria y de movimientos pausados.
c. Partecita que salta de una materia inflamada y se convierte en ceniza.

Respuestas:

1. Orégano. Órgano. Grano. Agro. Aro. Ra. A. Palabra extra: Oregon.

2. Álamo. Caoba. Cedro. Molle. Sauce.

3. Opción c. Partecita que salta de una materia inflamada y se convierte en ceniza.

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