Cómo elige nuestro cerebro cuando tenemos distintas opciones y tres desafíos para ponerte a prueba

A pesar de la incertidumbre y los distintos desafíos que afrontamos a diario, es posible tomar mejores decisiones y aumentar nuestras posibilidades de éxito.

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Mujer con problemas para dormir
Mujer con problemas para dormir
Foto: Freepik

Vivimos en un mundo en el que la incertidumbre es constante. La información está incompleta, el futuro es incierto y siempre existe el riesgo de cometer errores.

Sin embargo, a pesar de estos desafíos, es posible tomar mejores decisiones y aumentar nuestras posibilidades de éxito.

Elegir entre diferentes opciones es una habilidad fundamental que nos permite navegar por el mundo que nos rodea. Desde decidir qué comer para desayunar hasta seleccionar una carrera profesional, nuestras decisiones, grandes y pequeñas, dan forma a nuestras vidas.

El poder de tomar decisiones.

Cada día nos enfrentamos a una multitud de decisiones que debemos tomar, desde las más simples hasta las más complejas. Algunas de ellas son triviales, como por ejemplo qué ropa ponernos o qué programa de televisión ver. Otras, en cambio, son de gran trascendencia para nuestra vida, como elegir en qué lugar vivir, o con quién casarnos.

La capacidad de tomar decisiones nos brinda el poder de moldear nuestro propio destino y nos permite:

• Ser agentes activos de nuestra vida: no somos meros espectadores de la vida, sino que tenemos la capacidad de tomar decisiones que nos acercan a nuestros distintos objetivos y sueños.

• Asumir la responsabilidad de nuestras acciones: al tomar decisiones, asumimos la responsabilidad de las consecuencias de nuestras acciones. Esto nos ayuda a desarrollar autonomía y madurez.

• Aprender y crecer: a través de las decisiones que tomamos, experimentamos las consecuencias de nuestras acciones y de esa manera, aprendemos de nuestros errores. Este proceso de aprendizaje nos ayuda a crecer como personas.

Nuestras decisiones y el bienestar.

La toma de decisiones también juega un papel crucial en nuestro bienestar general. Los investigadores expresan que las personas que son capaces de tomar decisiones efectivas tienden a tener:

• Mayor autoestima. Confían en su capacidad para utilizar sus recursos y tomar buenas decisiones.

• Menos estrés y ansiedad. Saben que tienen control sobre sus vidas.

• Relaciones más satisfactorias. La capacidad de tomar decisiones de manera conjunta puede fortalecer nuestros vínculos con los demás.

Decidir para mejorar.

La toma de decisiones es una habilidad innata, pero hoy sabemos que podemos entrenarla y mejorarla con el tiempo. Algunas estrategias que resultan útiles incluyen:

• Informarnos. Antes de tomar una decisión, es importante reunir toda la información disponible para tener una visión completa de las opciones.

• Considerar diferentes perspectivas. Buscar diferentes puntos de vista puede ayudarnos mucho a evitar sesgos y tomar decisiones que sean más justas y equitativas.

• Analizar las emociones. Reconocer las emociones que sentimos al tomar una decisión puede ayudarnos a evitar que nos influyan de manera negativa.

• Identificar los objetivos. Aceptar con asertividad y honestidad cuáles son los propósitos que deseamos alcanzar será de gran ayuda para tomar las mejores decisiones y no arrepentirnos luego.

• Reflexionar sobre nuestras decisiones. Después de tomar una decisión, es importante reflexionar sobre el proceso y aprender de nuestras experiencias.

El poder del instinto.

Las estrategias intuitivas para la toma de decisiones se basan en nuestro propio instinto, en esa “vocecita interior” que nos guía sin necesidad de hacer un análisis profundo.

Estas estrategias son rápidas, eficientes y no requieren un gran esfuerzo cognitivo. Algunos ejemplos de estrategias intuitivas incluyen:

• Reglas mentales simples que nos ayudan a tomar decisiones rápidas en situaciones llenas de incertidumbre. Por ejemplo, cuando calculamos la probabilidad de que suceda determinado evento nos basamos en la frecuencia de la ocurrencia de ese evento (o similares) que hemos percibido o que recordamos.

• Nuestras emociones juegan un papel importante en las decisiones intuitivas. Por ejemplo, podemos sentirnos atraídos hacia una opción que nos genera emociones positivas como la alegría o podemos evitar opciones que nos generan emociones negativas como el miedo o la tristeza.

• La intuición es esa sensación o conocimiento interno que nos dice qué hacer sin la necesidad de basarnos en la lógica o en la evidencia. Aunque a veces puede fallar, la intuición suele ser una herramienta muy valiosa para tomar decisiones, especialmente cuando la información está incompleta o el tiempo que tenemos para actuar es limitado.

Estrategias racionales.

Las estrategias consideradas racionales se basan en un análisis lógico y deliberado de las diferentes opciones disponibles. Estas estrategias requieren un mayor esfuerzo cognitivo, pero pueden llevar a tomar decisiones que sean más acertadas en el largo plazo. Algunos ejemplos de estrategias racionales incluyen:

• Análisis de costo-beneficio. El mismo implica evaluar los pros y contras que tiene cada opción, considerando los costos potenciales y también los beneficios esperados.

• Análisis de riesgo. Consiste en evaluar los riesgos potenciales de cada una de las opciones que tenemos delante y tomar la decisión que los minimice.

• Pensamiento crítico. Es la estrategia por medio de la cual logramos evaluar toda la información de una manera objetiva y así consideramos diferentes perspectivas antes de tomar una decisión.

Desafíos

1.
73 gallinas ponen 73 docenas de huevos en 73 días y 37 gallinas comen 37 kilos de maíz en 37 días.

¿Cuánto maíz hace falta para obtener una docena de huevos?

2.
Coloque los números del 0 al 7 en los 8 vértices de un cubo de manera que los dos números de cualquier arista sumen un número primo.

3.
Juan le dice a Pedro:

“Tengo el doble de la edad que tú tenías cuando yo tenía la que tú tienes ahora, y cuando tú tengas la que yo tengo, entre los dos reuniremos 63 años.

¿Cuántos años tiene cada uno?

Respuestas:

1. Si 73 gallinas ponen 73 docenas de huevos en 73 días, entonces una gallina pone una docena de huevos en 73 días.

Igualmente, si 37 gallinas comen 37 kilos de maíz en 37 días, eso significa que una gallina come 1 kilo de maíz en 37 días

Por lo tanto, una gallina en 73 días comerá 1,97 kilos (la parte proporcional a 73/37 kilos de maíz), tiempo en el que pondrá una docena de huevos.

2.
Vértices superiores: 2 – 5 – 3 – 0.

Vértices inferiores: 1 – 6 – 4 – 7.

3. Juan tiene 28 años y Pedro tiene 21 años.

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