Todo el tiempo escuchamos por aquí y por allá que nuestro cerebro es un órgano adaptable. Entre otras cosas sabemos que —con el entrenamiento adecuado— podemos fortalecer las áreas responsables de la motivación, la planificación y el autocontrol, claves para cumplir nuestros objetivos.

Sin embargo, las dificultades comienzan cuando queremos poner en práctica algo que en los papeles parece muy sencillo. Aquí te presento algunas estrategias para entrenar tu cerebro y cumplir tus objetivos:

Lo primero es definir metas Smart. Esta es una herramienta poderosa para establecer objetivos específicos, alcanzables y relevantes que te ayudarán a lograr tus propósitos.

El acrónimo Smart (originalmente en inglés) significa:

—Specific (Específico). La meta debe ser clara, concisa y comprensible. Debes ser capaz de describirla en pocas palabras y sin ambigüedades.

—Measurable (Medible). Es importante que puedas medir el progreso hacia tu meta. Esto te permitirá evaluar tu avance y realizar ajustes si es necesario.

—Achievable (Alcanzable). La meta debe ser desafiante pero realista. Si la meta es demasiado difícil, te desanimarás y te rendirás.

—Relevant (Relevante). La meta debe estar alineada con tus valores, intereses y objetivos generales. De esta manera, te sentirás motivado para trabajar por ella.

—Timely (Temporal). Debes establecer un plazo específico para alcanzar tu meta. Esto te ayudará a mantenerte enfocado y a trabajar con un sentido de urgencia.

Luego es necesario visualizar tu éxito, creando imágenes mentales vívidas de ti mismo logrando tu objetivo, sintiendo las emociones positivas que acompañarán tu éxito o repitiendo afirmaciones positivas que fortalezcan tu motivación.

También debes desarrollar un plan de acción, una estrategia que tenga en cuenta —por ejemplo— que un proyecto puede parecer imposible de alcanzar por su magnitud. En ese caso debes dividirlo en pasos pequeños y manejables, establecer objetivos de corto, mediano y largo plazo, y priorizar las tareas más importantes en cada etapa.

Otro aspecto fundamental a considerar es tu conocimiento de ti mismo. Elimina las distracciones que te quitan rendimiento, productividad y enfoque. Crea un ambiente de trabajo tranquilo y libre de interrupciones, y aléjate de dispositivos electrónicos, pantallas y notificaciones

Cuando asumes un compromiso o inicias un proyecto debes tener presente la importancia de recompensarte por tu progreso. celebra cada pequeño logro, no solo el objetivo final. Elige recompensas que te motiven y no te desvíen de tu meta.

Por otro lado, es necesario recordar que siempre habrá contratiempos. No dejes que te desanimen, sé paciente y persiste, aprende de tus errores y continúa adelante. Confía en tu talento y en tu capacidad de trabajo.

Y, por último, entrena tu mente. Recuerda que tu cerebro se fortalece con una rutina regular de ejercicios, y de esa forma te acercas cada vez más a tus propósitos. Entrenar tu cerebro para alcanzar tus metas significa, entre varias cosas, desarrollar las habilidades y capacidades necesarias para alcanzar el éxito, como por ejemplo la memoria, la lógica y la resolución de problemas. También implica fortalecer las áreas responsables de la motivación, la planificación y el autocontrol. Además, en ese proceso se tienden a eliminar aquellas creencias que son limitantes y te impiden avanzar. Por úlimo, el entrenamiento del cerebro crea o rescata hábitos saludables que, con el tiempo, te van a acercar a tus objetivos.