Por Ana Abbona Santín
La atención es un proceso cognitivo por medio del cual seleccionamos información en nuestro entorno, la procesamos y la utilizamos para producir un resultado.
Esta selección de información se realiza a través de diversos mecanismos:
- Atención sostenida. Es la capacidad de mantener de manera fluida el foco de atención en una tarea o evento durante un periodo de tiempo prolongado.
- Atención selectiva. Es la capacidad para dirigir la atención, es la que nos permite centrarnos en algo sin dejar que otros estímulos (externos o internos), interrumpan la tarea.
- Atención alternante. Es la capacidad de cambiar nuestro foco de atención de una tarea o norma interna a otra de manera fluida.
- El proceso de atención es esencial para la ejecución de la mayoría de las actividades cotidianas, desde la realización de tareas simples hasta la toma de decisiones complejas.
Fallas de atención.
Las dificultades más comunes que sufren las personas con problemas de atención son:
- Dificultad para seguir instrucciones y finalizar sus tareas.
- Multiplicación de errores por descuido.
- Apartamiento de las tareas que requieren un esfuerzo mental sostenido.
- Facilidad de distracción y la falta de atención en los detalles.
La distracción provoca que la atención se desvíe de una tarea o actividad, dejando de lado la información relevante. Esto puede ser provocado por diversos factores externos como ruidos, estímulos visuales o sonidos, o factores internos como pensamientos, emociones o recuerdos. La distracción afecta nuestra capacidad para prestar atención de forma eficiente y eficaz.
Las estimaciones comunes para la atención sostenida a una tarea elegida libremente varían desde aproximadamente 5 minutos para un niño de dos años hasta un máximo de aproximadamente 20 minutos en niños mayores y adultos. Si hablamos de nuestra capacidad de atención en internet, un estudio realizado por Microsoft reveló hace ya un tiempo que ronda los ocho segundos (aunque estudios más recientes lo han rebajado hasta los cinco segundos).
Tener dificultades de concentración es algo muy frecuente hoy en día, e influye tanto en nuestro rendimiento académico y laboral como en todos los aspectos de nuestra vida cotidiana.
Cuando no somos capaces de mantener el foco y sufrimos distracciones constantes podemos cometer equivocaciones, aumentar el tiempo que nos lleva completar nuestras tareas, tener olvidos que nos ocasiones perjuicios de todo tipo o cometer errores en la comprensión de los textos que leemos o las instrucciones que recibimos para completar encargos sencillos.
Todo esto puede ser muy molesto y puede llegar a deteriorar vínculos personales y profesionales.
Si hablamos de falta de atención no podemos dejar de mencionar la multitarea. Cuando saltamos rápida y continuamente de actividad en actividad saturando y agotando al cerebro, generamos tensión y contribuimos al problema de las fallas de atención.
Por otro lado tenemos el estrés, al que muy pocos pueden escapar y que es un gran distractor. Si bien hay un nivel de estrés que resulta positivo porque nos da impulso, energía y nos pone en estado de alerta para rendir en momentos de alta exigencia, un nivel desmedido nos resta serenidad, nos llena de ansiedad y nos impide estar concentrados, presentes y felices.
Vemos entonces que nuestros hábitos y estilo de vida originan muchas fallas de la atención y dificultades para concentrarnos. ¿Qué significa eso? Que poseemos la capacidad y la posibilidad de adquirir o rescatar hábitos saludables que mejoren nuestras habilidades cognitivas.
El objetivo debe ser recuperar un ritmo adecuado de compromisos y responsabilidades, evitar la superposición de tareas y aprender a gestionar y controlar los pensamientos, emociones y recuerdos que pueden ser fuente de distracción.
Entrenar la atención.
Si deseamos entrenar nuestra atención y mejorar nuestro rendimiento podemos aplicar estas recomendaciones:
-Mantener una rutina y horarios fijos
-Establecer límites para el uso de dispositivos electrónicos.
-Establecer objetivos específicos y recompensas para cada tarea.
-Mantenerse físicamente activo.
-Practicar técnicas de relajación, como la meditación.
-Priorizar las tareas.
-Tomarse descansos periódicos.
-Organizar el espacio de trabajo.
-Evitar trabajar en entornos ruidosos y abarrotados.
-Hacer una lista de tareas pendientes.
-Ejercitar el cerebro con desafíos, acertijos, juegos y puzzles.
Desafíos para resolver y entrenar la atención.
Desafío 1
Desafío 2
Desafío 3
Respuestas:
1. 8.293. El último dígito se mueve al frente para formar el siguiente número.
2. 888 + 88 + 8 + 8 + 8 = 1000.
3. 1694.
Ana Abbona Santín
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