Cómo evitar "un día de furia": experta en inteligencia emocional revela la mejor forma de descargar la ira

Así como para orinar uno va al baño, para descargar los “esfínteres emocionales”, necesitamos tener un “baño emocional”, recomendó. Pero además, en Montevideo hay un "cuarto de ira". De qué se trata.

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Furia Libre, primer sala de ira del Uruguay, lugar donde las personas pueden ir a destrozar cosas
Furia Libre, primer sala de ira del Uruguay, lugar donde las personas pueden ir a destrozar cosas
Foto: Estefanía Leal

Si vamos a hablar de ira y queremos entender bien de qué se trata esta emoción básica, poderosa y a veces irrefrenable, entonces hay que recordar la película “Un día de furia”. Allí Michael Douglas es sometido a tantas situaciones irritantes que —sin hacer spoiler— podemos decir que tiene el pico de ira más grande de la historia. Pero, ¿cómo gestionar esta emoción? ¿Cómo evitar llegar a momentos de violencia que nos dañen a nosotros y al resto?

La directora del Instituto de PNL del Uruguay, Laura Martínez, explicó a El País que lo básico es tener claro que “a la ira no hay que reprimirla, hay que gestionarla”. Y así, en realidad, con todas las emociones. “La represión nunca resulta en algo saludable, porque vos reprimís, reprimís, pero tenés un límite y llega un punto de presión en el que, acumulada, la ira sale, y sale mal. Genera una explosión. Entonces, lo ideal es aprender a canalizarla, a direccionarla”, dijo.

Cuando nos enfrentamos a un momento de enojo, en que vemos que se está gestando ese sentimiento irrefrenable, lo aconsejado es parar y aceptar que lo sentimos, que estamos enojados, y buscar la forma de direccionarlo. Y sí, es cierto: la respuesta más normal es: “No es tan fácil”. Pero años de investigación en Inteligencia Emocional han demostrado que es posible, solo hay que practicarlo.

“Yo siempre pongo como ejemplo en los cursos de Inteligencia Emocional que hay que tener como un control de ‘esfínteres emocionales’. Porque si la ira sale a lo bagual, lastima. Entonces, hay que dirigirla al lugar adecuado, así como hacemos con nuestras necesidades fisiológicas”, dijo Martínez, que también es psicóloga.

Ella plantea que, así como para orinar uno va al baño, entonces para descargar los “esfínteres emocionales”, necesitamos tener un “baño emocional”. Cuando trabajaba con niños y adolescentes, contó, los invitaba a tener “la caja de las puteadas”, donde ellos podían ingresar y descargar toda la bronca acumulada. Gritar, decir malas palabras, llorar o lo que quisieran.

Laura Martínez, director del Instituto de PNL del Uruguay
Laura Martínez, director del Instituto de PNL del Uruguay
Foto: Captura de video

Si bien es cierto que no es posible andar por la vida con una caja pronta para meternos adentro ante cada enojo, sí podemos tener nuestro “baño emocional mental” y acudir a él cuando la situación nos desborda. ¿Cómo? Martínez explica: “Hay dos formas de canalizar la ira. Una de manera indirecta (que no da tanto resultado) y otra directa. Por ejemplo: si me enojo con mi esposo y quiero descargar saliendo a correr, esa es indirecta; voy a hacer una liberación de cierta cantidad de enojo, pero no completa. Ahora: si yo paro y me imagino que estoy con él, que le grito, le reprocho por eso que me hizo enojar, descargo todo y quedó solucionado. Esa es la forma directa”.

Esto, según explica la profesional, es porque está demostrado científicamente que “la mente inconsciente -que es la que activa todos los mecanismos de defensa- no diferencia fantasía de realidad. Entonces, si vos fantaseás con que descargaste la ira insultándolo, es como si lo hubieras hecho”. “Tu mente inconsciente cree que ya está, que hiciste lo que tenías que hacer para defenderte”, agregó.

Y hay otra opción de descarga directa, incluso más efectiva: “Escribir es una opción maravillosa. Pero escribir sin ser ‘modosito’. Escribir como sale, putear, todo, sin pensar demasiado. Descargar en el papel como si le estuviéramos diciendo todo a esa persona que nos generó el problema. Y después igual quemamos ese papel o lo tiramos, pero ahí se fue todo”.

“Lo que tenemos que aprender es a ser prolijos en la descarga de nuestras emociones. Descargarlas, porque es una necesidad básica. Pero dónde hacerlo es la clave. Lo mejor es hacer la descarga directa en un espacio paralelo, en un ‘baño emocional’ y no sobre la persona que genera el enojo. Por eso la imaginación o escribir o pegarle a una bolsa de boxeo e imaginarte que esa es la persona. Nuestro cerebro cree que fue real y te da nuevamente el estado de equilibrio, de calma”, explicó Martínez.

Romper todo también puede ayudar a descargar la ira

Entre las opciones de descarga, Martínez mencionó la de pegarle a una bolsa de boxeo. Eso, o salir a dar patadas y romper cosas, que es lo que suele venir a la mente cuando pensamos en sacarnos la bronca. Pero para evitar hacer destrozos en casa o en nuestro trabajo, ahora hay un lugar al que se puede ir y, literalmente, romper todo.

Siguiendo una tendencia que crece a nivel mundial, se instaló hace dos meses en Montevideo un “cuarto de ira”. Está en la Ciudad Vieja y fue creado por Ignacio Cabrera, Martín Rebollo y Pierino Panighini, tres amigos, de 23 y 24 años, que quisieron emprender y crearon “Furia libre”, un espacio donde las personas pueden ir solas o en grupo y pagar para romper.

En el lugar hay un cuarto especialmente acondicionado, donde se colocan los objetos para romper y al que entran las personas armadas con un mazo, un bate de beisbol, un hierro o lo que elijan. Además, les brindan ropa, botas y una máscara de seguridad par evitar accidentes. Y tienen 15 minutos para descargarse.

El equipo de seguridad para entrar a "romper todo" en Furia Libre
El equipo de seguridad para entrar a "romper todo" en Furia Libre
Foto: Estefanía Leal

Panighini contó a El País que, si bien hay personas que pueden concurrir allí con el objetivo de descargar sus emociones, lo que suele suceder es que van grupos de jóvenes a divertirse. De todos modos, cabe la aclaración: por seguridad, no está permitido el ingreso a menores de 16 años.

“A mí me interesa mucho la inteligencia emocional y soy un lector entusiasta de Daniel Goleman y otros autores, y me importa definir que nosotros no presentamos esto como algo terapéutico. En otras partes del mundo hay lugares que sí lo hacen, pero aquí lo planteamos como una actividad física, que si bien sirve para descargar la agresividad, está pensada como un entretenimiento”, dijo.

El joven complementó que, al hablar de “formas de aliviar el estrés”, él apuntaría al mindfulness, la meditación o la respiración consciente. “Hay un montón de cosas que tienen resultados y son lo correcto. Yo no diría a alguien que está mal que venga a romper cosas para mejorarse. Sí le diría que venga a divertirse”, resumió.

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