Mercedes Querol Julián/The Conversation
La interacción entre docentes y alumnos en las clases universitarias es crucial en cualquier contexto, ya sea en línea o presencial. Pero ¿cómo pueden los docentes lograr que esta interacción sea efectiva?
La autoconciencia y el desarrollo de la competencia interaccional multimodal puede ser la respuesta. Se trata de una competencia docente basada en entender la naturaleza multimodal de la comunicación, es decir, los diferentes recursos semióticos (las palabras, el tono de la voz, las expresiones faciales, los gestos, la mirada, o los materiales físicos o digitales) que intervienen en las interacciones con el alumnado. Siendo más conscientes de todas las dimensiones, es posible lograr una interacción mejor con los aprendices.
Fomentar la participación
Los docentes pueden fomentar la participación en las clases universitarias “enganchando” a sus alumnos a través del diálogo, el trabajo por parejas o grupos, debates, juegos o actividades (que pueden estar basadas o no en la web).
La interacción en el aula la lidera el docente en la mayoría de las ocasiones. Utiliza las preguntas y una combinación de diferentes recursos semióticos para transmitir y negociar significado. Entre ellos están los gestos que, junto con la voz, enfatizan la información más importante, los gestos que representan conceptos y ayudan a comprender qué se pregunta, la sonrisa que muestra interés y cercanía o el contacto virtual, que, al igual que la sonrisa, tiene una función persuasiva invitando a la participación.
El diálogo permite a los alumnos adoptar un papel activo en la construcción de significados. Cuanto más implicados están en clase más efectivo es el aprendizaje.
Este modelo educativo que busca la participación de los alumnos entraña interacción, reflexión, análisis, y discusión. Puede mejorar y garantizar la comprensión y tiene un impacto en el desarrollo intelectual y personal de los alumnos.
La pregunta es: ¿están los docentes universitarios preparados para fomentar y gestionar la participación en clase de forma efectiva en cualquier contexto?
Cómo fomenta un docente la participación
El desarrollo de esta competencia, que podemos llamar “interaccional multimodal”, y la capacidad de usarla como herramienta de mediación y ayuda al aprendizaje se puede lograr cuando los docentes son conscientes de las siguientes cuestiones:
1. La importancia del silencio, el tiempo de espera para obtener la respuesta de los alumnos. En las clases en línea, el entorno digital hace que este deba ser más largo, debido a la conexión y la latencia o desfase entre cuando el docente dice algo y cuando los alumnos lo escuchan y ven, o al tiempo que necesitan los alumnos para escribir sus respuestas en el chat.
2. La complejidad de la interacción en el aula en línea, donde, a diferencia de en el aula presencial, los alumnos participan normalmente de forma simultánea, encontrándonos por ejemplo con varios alumnos respondiendo en el chat a la vez. La buena gestión de este tipo de participación pasa por reconocer las contribuciones de todos los alumnos de manera que sientan que son parte del grupo y que sus contribuciones y ellos son importantes.
3. Los efectos positivos que esta interacción tiene en los alumnos y su relación con ciertos rasgos de la inteligencia emocional de los docentes, como el promover el sentimiento de pertenencia al grupo, el reconocimiento de los alumnos como individuos y grupo, o la cercanía.
Estrategias específicas
1. Para iniciar la interacción, podemos hacer una pregunta y contextualizarla mientras se mantiene el contacto visual con los alumnos (en la docencia en línea mirando a la cámara).
2. Para reparar el silencio de los alumnos, podemos repetir o reformular la pregunta, animando a responder a todo el grupo o a algún alumno en concreto, reconociendo a los alumnos que están escribiendo en el chat, y fomentando respuestas orales en el caso del entorno digital. Todo ello con una expresión facial y tono de voz acogedores y manteniendo el contacto visual.
3. Para dar retroalimentación (correctiva o no), podemos usar un lenguaje evaluativo positivo, no juzgando lo que se dice o a quién se dice. Los gestos con las manos y los movimientos de la cabeza asintiendo, reforzando y aportando información nueva al discurso oral son frecuentes.
4. Cuando hay pocas respuestas, podemos leer, resumir o parafrasear cada intervención haciendo referencia al alumno, utilizando su nombre y un lenguaje evaluativo positivo seguido de retroalimentación (correctiva cuando sea necesario). Por ejemplo:
“Marta apunta / Nos dice (…)”
“Muy bien / Eso es muy interesante. Tengan en cuenta que (…)”, mientras se sonríe y asiente.
Cuando hay múltiples intervenciones, se puede agradecer la participación, seleccionar las ideas más repetidas o relevantes y utilizar lenguaje evaluativo positivo seguido de retroalimentación.
Algo más que saber comunicar
Hay que tener en cuenta que la competencia interaccional multimodal va más allá del concepto tradicional de competencia comunicativa. Se puede definir como la alfabetización multimodal del docente para fomentar y gestionar la interacción en clase.
Aunque esta competencia se ha estudiado principalmente en asignaturas donde la lengua de interacción es una lengua extranjera o segunda lengua de los alumnos, y en muchas ocasiones de los docentes también, juega un papel igual de importante en el proceso de enseñanza-aprendizaje en educación superior en cualquier contexto (presencial y en línea) independientemente de la lengua de instrucción.
Por otra parte, conocer y comprender la interacción en el aula es fundamental para garantizar la efectividad docente. Esto requiere de cierto grado de reflexión y análisis. La autoconciencia docente sobre su competencia interaccional multimodal es el primer paso hacia una mejora de la participación en el aula y por lo tanto del aprendizaje.
Autoconciencia docente
La reflexión sobre la propia práctica docente permite ser más consciente de cómo tiene lugar la interacción y de su efecto en las dinámicas del aula. El SETT (Self Evaluation of Teacher Talk), o autoevaluación del habla del docente, es una herramienta diseñada para guiar este tipo de reflexión. Se centra en la descripción de lo que dice el docente y se pueden tomar como punto de partida para un análisis de la competencia interaccional en el aula presencial.
Esta herramienta no evalúa sin embargo las estrategias comunicativas multimodales, es decir, los recursos semióticos que los docentes utilizan para construir significado interpersonal además de la lengua, y tampoco tiene en cuenta las características propias del entorno virtual.
Los docentes pueden reflexionar sobre su efectividad comunicativa mediante la grabación de las clases y su visionado y un proceso guiado que centre la atención en la relación de los recursos semióticos utilizados para fomentar y gestionar la interacción en el aula.