Pilar Pose, La Nación/GDA
Para el diccionario de la Real Academia Española, la creatividad es la capacidad de producir algo nuevo o producir algo de la nada. Albert Einstein, el genio detrás de algunas de las teorías científicas más revolucionarias de los últimos tiempos, afirmó que “la creatividad es la inteligencia divirtiéndose”.
La energía creativa es intrínsecamente curiosa y abierta a nuevas posibilidades. Si bien todos tenemos un potencial creativo infinito, la rutina cotidiana muchas veces dista de proporcionarnos las condiciones óptimas para inspirarnos. Para estimularla, tal cómo dice el popular refrán, “la suerte es amiga de la acción”. En este sentido, los artistas enfrentan cotidianamente el desafío de explorarse y lo hacen a través de dinámicas que los impulsan a trascender los límites de lo convencional, ancladas en diferentes acciones que fácilmente podemos poner a prueba.
Claves para identificar cuando la creatividad está bloqueada.
Como primer paso, es fundamental identificar cuando nuestra creatividad está bloqueada. El actor Juan Oyhanarte, por ejemplo, identifica estos bloqueos cuando no le gusta nada de lo que se le ocurre y objeta cada idea que tiene. “Me doy cuenta que estoy bloqueado cuando busco la perfección en la idea y nada me satisface. Siento una pesadez y una opresión en el pecho. También me bloquea el estar rumiando adentro mío. Pensando en lo que el otro puede llegar a decir. Proyecciones, miedos, jueces internos”, reconoce Juan.
Algo similar experimenta la cantante Valentina Soria, más conocida como “La Valenti”. “Me doy cuenta al toque cuando mi creatividad está bloqueada, porque empieza un mecanismo instantáneo de autoboicot. Me siento cansada, desganada, como si la vida perdiera color. Y especialmente me doy cuenta porque son momentos donde no encuentro un norte… como si se me borrara el camino”, sostiene la artista, describiendo escenarios con los que muchos podemos sentirnos identificados.
Según la cantante, cuando entra en esos “pantanos”, acude principalmente al libro “El camino del artista”, al que ya usó como guía varias veces. “También disperso mi mente con amigos, o gente que amo para dejar de pensar un rato. Y por último me sirve mucho viajar a mi ciudad natal (Neuquén), donde siempre encuentro respuestas”, explica.
Cómo desarrollar la creatividad.
“El camino del artista” es un libro-taller que escribió Julia Cameron, una reconocida poeta, ensayista, dramaturga, guionista y periodista norteamericana. La autora comparte una serie de reflexiones y describe prácticas para superar los bloqueos creativos, fomentando la experimentación y la indagación personal.
Organizado con consignas diferentes semana a semana, Cameron invita a realizar ejercicios que si bien son sencillos y fáciles de poner en práctica, son sumamente efectivos. Entre estos incluye, por ejemplo, la “cita artística”: la autora alienta a los lectores a comprometerse con la propia creatividad, asignando tiempo en la semana regularmente para explorar y nutrir el lado artístico.
Otro pilar crucial del proceso es escribir por la mañana, como primera actividad cuando nos levantamos. “Las páginas matutinas son tres páginas de fluir de conciencia escritas a mano”, explica Cameron y sugiere sostener el hábito las doce semanas que dura la lectura del libro. La invitación es a no releer ni juzgar aquello que escribimos, ya que justamente estas páginas actúan como una válvula de escape para los pensamientos y emociones reprimidas. Muchas veces, según explica la autora, nuestra creatividad está bloqueada porque tenemos una voz crítica dentro nuestro que nos paraliza con miedos o con vergüenza, cuando una de las claves para ser creativos es no juzgarnos.
“La creatividad fluye a partir de la escritura sin propósito, ahí la inspiración brota”, coincide Juan Oyhanarte y agrega: “Me es útil escribir lo que siento, dejarme poseer. Lo que sea que aparezca, no resistir y dejar que sea. Me ayuda a permitir que la emoción me atraviese y ahí recién es posible soltarla, me ayuda a concientizar lo que estoy sintiendo en el cuerpo. Si no saco estas emociones de mi, no puedo sentirme conectado”.
Los métodos para volver a reencontrarnos con la energía creativa varían de persona a persona, por esto es fundamental encontrar el que funciona para cada uno de nosotros. Para Oyhanarte, por ejemplo, “el movimiento externo atrae el movimiento interno”. Por esta razón el actor y creador de contenido elige salir a andar en bicicleta sin rumbo para desbloquearse. “El ejercicio físico: caminar, nadar o andar en bici me ayudan a cortar con el bloqueo creativo. Agotarme físicamente me trae lucidez durante todo el día”, asegura.
Para La Valenti, hay una conexión entre la espiritualidad y la inspiración creativa. “La espiritualidad es la vía para mantenernos en el centro. En el eje de todo lo que nos compone. No podemos dejarla a un lado y hacer de cuenta que no existe. Si permaneciera siempre en el plano de la razón, ya estaría perdida”, confiesa. “Tengo varias cosas que me mantienen en unión con la fuente. Primero que nada dormir. Segundo entrenar y alimentarme lo mejor que pueda. Luego hay cosas que intento que sean parte de mi rutina como escribir a diario, estar conectada con la magia, ir al parque, poner los pies en la tierra, meditar y jugar a que soy una turista en mi propia ciudad”.
Para Oyhanarte, también es clave desconectar de la tecnología, especialmente del teléfono, que “trae mucho ruido mental”. “Evito perder tiempo en redes sociales en el día a día e intento desconectar de la tecnología los fines de semana”, explica. “Estar presente, independientemente de la situación, me ayuda a mantenerme en un estado creativo. Poner mi atención en lo que está sucediendo, fijarla en algo externo a mi. Amigarme con la realidad en la que estoy y conectar con esto durante la mayor parte del día. Con el tiempo, aprendí a desglosar la ansiedad a través de la atención plena. Si no estamos presentes, es imposible conectar. Limpiar el canal implica estar presente”, asegura el actor.
Podemos concluir abrazando la idea de que la creatividad no es solamente una capacidad reservada a unos pocos, sino un proceso continuo de autodescubrimiento y expresión auténtica que todos somos llamados a explorar.