La Nación/GDA
En un mundo donde la prisa y el ruido dominan nuestro día a día, encontrar un momento de paz puede parecer un lujo. En este sentido, la práctica de mindfulness es una herramienta poderosa para reducir el estrés y mejorar la calidad de vida.
Una de las virtudes de esta práctica es que no son necesarias horas de meditación para obtener sus beneficios, dado que con solo 15 minutos al día desde casa es posible empezar a notar cambios positivos en el bienestar.
A continuación, cómo hacer mindfulness en 15 minutos desde casa, con una guía sencilla.
Encontrar un espacio y acomodarse
Para practicar mindfulness hay que buscar un lugar en el hogar para sentirse cómodo y libre de distracciones. Puede ser un rincón de tu habitación, una alfombra en la sala o incluso el jardín. Lo importante es que sea un espacio donde puedas relajarte sin interrupciones.
No es necesario sentarse siempre en posición de loto. Existen otras alternativas que también son cómodas, como por ejemplo, sentarse en una silla con los pies apoyados en el suelo y la espalda recta, o incluso acostarse si eso ayuda a la relajación. Lo fundamental es que el cuerpo esté en una posición estable y relajada.
Concentrarse en la respiración
Cerrar los ojos y llevar la atención a la respiración. Inhalar profundamente por la nariz, sintiendo cómo el aire llena los pulmones, y exhalar suavemente por la boca. Y por último, observar el ritmo natural de la respiración sin intentar controlarlo. Si la mente se dispersa, regresar suavemente el foco a la respiración.
Observar los pensamientos sin juzgar
Mientras se practica mindfulness, es normal que la mente divague. En lugar de luchar contra los pensamientos, observarlos como si fueran nubes que pasan por el cielo. No hay que aferrarse a ninguno ni intentar reprimirlos, simplemente reconocerlos y volver a centrarse en tu respiración.
Usar meditaciones guiadas y practicar la gratitud
Si sos principiante, una meditación guiada puede ser una excelente herramienta. Existen numerosas aplicaciones y videos online con sesiones de mindfulness de corta duración. Estas guías ayudan a mantener el enfoque y aprovechar al máximo tus 15 minutos.

Al finalizar la sesión, dedicar un momento a reflexionar sobre algo que te haga sentir agradecido. Puede ser algo tan simple como el aire fresco, un momento agradable del día o el hecho de haber tomado estos minutos para uno mismo. La gratitud refuerza los efectos positivos del mindfulness y ayuda a cultivar una actitud más optimista.
Incorporar el mindfulness diariamente
El mindfulness no solo se practica en meditaciones formales, sino que se puede aplicar en la vida cotidiana, prestando atención plena a las actividades diarias. Por ejemplo, saborear cada bocado durante una comida, sentir la textura del agua en el lavado de manos o caminar conscientemente, sintiendo cada paso.
Beneficios del mindfulness
Dedicar solo 15 minutos al día a esta práctica puede traer beneficios significativos:
Reducción del estrés y la ansiedad: al enfocarse en el presente, se disminuye la preocupación por el futuro y el pasado.
Mayor concentración y claridad mental: el mindfulness entrena la atención, mejorando la capacidad de concentrarse en tareas diarias.
Mejor calidad del sueño: practicar mindfulness antes de dormir puede ayudar a relajar la mente y conciliar el sueño más fácilmente.
Aumento del bienestar emocional: al desarrollar una actitud de aceptación, se aprende a gestionar mejor las emociones.
El mindfulness es una práctica accesible, que todas las personas pueden incorporar a su vida. No requiere equipo especial ni grandes espacios, solo la intención de estar presente. Con 15 minutos al día y desde la comodidad de cualquier hogar, es posible comenzar a experimentar sus beneficios y mejorar el bienestar físico y emocional.