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Cómo lidiar con el estrés en la reunión de fin de año: el autoconocimiento como vía de mejorar

Un experto y empresario brasileño ofrece un camino hacia el autoconocimiento a través de los estudios genéticos.

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Las reuniones familiares para celebrar fin de año pueden vivirse como estresantes.
Foto: Canva.

Se supone que tanto Nochebuena como fin de año son momentos para disfrutar, y si es en familia mejor. Pero como muchos ya saben, la juntada muy a menudo nos plantea determinadas expectativas. Y estas pueden experimentarse como disparadores de estrés y ansiedad. Que dónde pasar, que hasta qué hora, que las discusiones entre parientes que no se llevan del todo bien...

Todas esas pequeñas (o no tanto) vivencias pueden convertir a las reuniones de fin de año en algo angustiante. Las razones por las cuales esto ocurre son múltiples, y tienen a menudo y en parte que ver con factores psicológicos. Pero una parte de la ciencia médica sostiene que hay o puede haber una predisposición genética.

El doctor en genética y empresario brasileño Ricardo di Lazzaro hace años que viene investigando sobre varios de los factores genéticos que tienen incidencia sobre la salud y la calidad de vida de las personas.

Respecto del estrés, di Lazzaro, menciona el COMT. ¿De qué se trata? Acá entramos en algunos de los terrenos más densos de la ciencia genética para los no iniciados.

Años atrás, el escritor inglés John Lanchester, especializado en temas económicos, decía que si bien Wikipedia es poco confiable en muchos temas, en aquellos que hacen a la ciencia “dura” era bastante fiel a lo que esta descubría y establecía. Como se trata de disciplinas para las cuales hay que estudiar y mucho, hay comparativamente menos márgenes para los pavos y malintencionados de siempre, que se expresan en esa enciclopedia alterando u omitiendo datos fundamentales según sus prejuicios.

Si le tomamos la palabra a Lanchester, entonces, COMT es un gen que “codifica” a enzimas que a su vez degradan a las hormonas catecolaminas como dopamina y adrenalina. Y cuando mencionamos a esas hormonas, ya estamos en terrenos con los cuales estamos un poco más familiarizados.

El experto explica: “Hay varios genes asociados a cómo lidiamos con el estrés. Y uno de los más estudiados es este, el COMT, que ayuda a regular nuestros niveles de dopamina, un neurotransmisor. Lo que se ha estudiado es que una de las operaciones en él está asociada a mayor o menor actividad de la proteína, y lo que fue observado es que, en el caso de algunas personas, estas ‘funcionan’ mejor cuando hay ciertos niveles de estrés. Mientras que en el caso de otras personas, esos niveles hacen que su desempeño no sea tan bueno”, comenta.

En otras palabras, en algunos casos habrá quienes aguarden la cena familiar de fin de año con una actitud más positiva y optimista, mientras que otras van a reaccionar a la manera inversa, con pesimismo, angustia y estrés.

Esa división ha sido clasificada en inglés con dos vocablos que en cierta medida constituyen un juego de palabras porque se pronuncian de manera bastante similar. Por un lado están aquellos que “prosperan” en situaciones de estés, denominados warriors (por “guerreros”) y por el otro están los worriers (algo así como “aquellos que se preocupan”).

A partir de ese conocimiento, es posible tomar medidas para lidiar de la mejor manera posible con los momentos angustiantes y estresantes. De acuerdo al experto brasileño, hay mucho que se puede hacer y nada es del otro mundo: ejercicios realizados de sostenida en el tiempo, una dieta más sana y equilibrada y, también, ayuda terapéutica profesional, en particular la terapia conductual cognitiva. Esas son algunas de las decisiones que se pueden tomar para empezar a, como dijo la experta en estrés Verónica Morín hace unos días en estas mismas páginas, “gestionar el estrés”.

Para Morín, una de la claves en esa gestión es el autoconocimiento, el saber identificar las propias emociones y reconocer cómo se reacciona ante ellas. Con ese fundamento, es más factible poder avanzar en una provechosa gestión del estrés, y Morín agregaba que con el mero hecho de empezar a hablar del estrés -y animarse a pedir ayuda- ya se estaban dando importantes pasos hacia adelante.

Di Lazzaro, por su parte, también ofrece varios posibles caminos hacia el autoconocimimento. Para por ejemplo saber si somos warriors o worriers, se puede comprar un kit online que su empresa -llamada Genera- vende en diferentes niveles. Dichos tests extraen datos de nuestro ADN para devolvernos algunos conocimientos sobre nuestro origen, las disposiciones a ciertas enfermedades. El más básico -que cuesta 79 dólares y el más completo 149. Además, agrega que los perfiles recién descritos no son los únicos. “Hay personas que, como yo, están a medio camino entre esos polos”, cuenta.

Sea por la vía terapéutica, sea por el camino de la indagación científica en nuestro ADN, conocernos mejor y saber qué posibles acciones podemos tomar para mejorar la gestión de los momentos estresantes, redundará en una mejor calidad de vida. Sin tantas discusiones inconducentes en la mesa familiar.

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