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Danza Primal, moverse para conectar con las emociones: qué es, sus beneficios y dónde practicarla en Uruguay

Se trata de una práctica que se basa en la música y el movimiento espontáneo como herramientapara ayudar a liberar diversos bloqueos.

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Danza Primal.
Foto: Shutterstock

Por Rosana Decima

La Danza Primal es una técnica terapéutica proveniente de la Psicología Transpersonal Integral, una rama que integra los aspectos espirituales y trascendentes de la experiencia humana con el marco de trabajo e investigación de la psicologíamoderna.

Esta disciplina combina el cuerpo, las energías y las emociones. Se llama danza, pero no es un baile que tenga coreografías o pasos correctos e incorrectos: los movimientos son simples y espontáneos, tienen como fin conectar con las emociones más profundas y liberar, de esta forma, diversos bloqueos que pueden afectar nuestra vida diaria.

Es una herramienta utilizada muchas veces por terapeutas para ayudar a personas que buscan sanar heridas emocionales del pasado y reconectar con su ser. Se apoya en la música y el movimiento libre, que invitan a ir recuperando esos movimientos y sonidos originales, arquetípicos o primales, que todos llevamos dentro y activan nuestras energías.

Esta práctica fue creada por un psicólogo argentino en los años 80 y actualmente está presente en países de todas partes del mundo, incluyendo Uruguay.

La Danza Primal en Uruguay.

El licenciado en Psicología Alain Minasian, especializado en Psicología Transpersonal Integral y profesor de Danza Primal en Uruguay, contó que para realizar esta práctica no se necesita tener conocimientos previos de danza ni ninguna destreza.

“La Danza Primal es una especie de meditación en movimiento que se busca la reconexión con los cuatro niveles del ser humano: la mente, el cuerpo, las emociones y el lado espiritual”, sostuvo Minasian. Y todo nace del movimiento del cuerpo porque de los cuatro, es el que está plenamente en el momento presente y funciona como ancla para traer al resto.

En los talleres se danza en grupo y el profesor guía la realización de distintos ejercicios: algunos se hacen en parejas o en grupos, otros de forma individual e incluso con los ojos vendados. Eso último, señaló el psicólogo, es “para que la mirada sea profunda, hacia adentro, y se favorezca la conexión con la música y la narrativa que va haciendo quien guía”.

En Danza Primal se tratan siete capacidades básicas que son: la confianza, el disfrute, la emotividad, la afectividad, la inteligencia creativa, la intuición y la trascendencia. La música elegida varía y depende de cuál se esté tratando.

“La música tiene una vibración y una frecuencia, por lo que la vamos cambiando a medida que se van trabajando esas distintas capacidades básicas. Por ejemplo, para trabajar la confianza siempre sonará una música de estilo tribal, con percusión, porque es la que nos enraíza a la tierra, las distintas tribus siempre tuvieron la percusión muy presente, los golpes de los pies contra el piso, buscando la confianza”, sostuvo Minasian.

En el caso de Uruguay, el profesor organiza varios encuentros durante el año en Montevideo y el próximo será en junio. Por más información, su cuenta de Instagram es @transpersonal_uruguay.

Fundamentos básicos de la Danza Primal.

La Danza Primal fue creada por el psicólogo y coach transpersonal argentino Daniel Taroppio, quien al hablar de los fundamentos básicos de la práctica, destaca que los seres humanos contamos por un lado con la denominada memoria biográfica y por otro con la memoria cósmica o primordial.

La memoria biográfica, explica en un video de laEscuela de Psicología Transpersonal que imparte cursos en Argentina, Uruguay, Chile, Colombia, Ecuador, México, Perú, España, “es todo lo que ha sido introducido en nuestra mente desde el momento de la concepción, el embarazo, la experiencia del parto, la niñez, hasta el presente, por la cultura, la familia, la sociedad, la religión, las instituciones que van forjando de alguna manera nuestro carácter”.

Esa memoria, explica, no se guarda solamente en imágenes, aromas, sabores, sino que también nos queda grabada en registros corporales y guarda aprendizajes, pero no todas las experiencias son gratificantes. Taroppio señala que también quedan allí los traumas, todas aquellas memorias de cuando fuimos rechazados, abusados, castigados, maltratados.

“Se guarda todo eso en forma de trastornos posturales, de bloqueos musculares y de bloqueos energéticos que a la larga terminan desarrollando patologías”, agrega, y explica que es justamente eso lo que se busca liberar con la Danza Primal.

La memoria cósmica o primordial, en cambio, está en un nivel más arraigado y guarda la sabiduría de millones de años de evolución universal, siendo mucho más profunda que la que brindan la sociedad y la cultura.

“Cada uno de nosotros sintetiza los miles de millones de años de evolución del universo, somos el fruto de ese proceso evolutivo (…) Y desde esta perspectiva, la Danza Primal es un camino de recuperación de nuestra memoria primordial”, dice el psicólogo.

Desplegar cualidades naturales olvidadas.

La práctica de la Danza Primal se basa en la reivindicación de movimientos arquetípicos o “primales” que tocan cada parte del cuerpo con posturas, respiraciones, gestos, sonidos, imágenes y ejercicios de interacción específicos, que pueden ser individuales, en parejas o en grupo.

Esos movimientos activan y armonizan los chakras (concepto nacido en la tradición hindú que hace referencia a los siete centros energéticos del cuerpo). El tema es milenario, pero cabe resaltar que actualmente la psiconeuroendocrinología estudia cada vez más la relación entre la mente y los sistemas nervioso, inmunológico y endocrino. La Danza Primal posibilita el despliegue de cualidades naturales que todos los seres humanos tenemos y en muchos casos hemos olvidado, según explica su creador, Taroppio.

En el plano psicológico y físico, ayuda al enraizamiento, al contacto con la realidad, a la capacidad de poner límites. En lo emotivo, es útil para la resolución de bloqueos de la expresividad y trastornos de la sexualidad, la alimentación o el estrés. Por la parte de lo afectivo, permite reconectar con las necesidades naturales del encuentro, la ternura, la comunicación. En el plano mental se estimula la creatividad y la inteligencia. En la dimensión espiritual, las posturas, los gestos, sonidos y movimientos primales nos reconectan con nuestra naturaleza cósmica, nuestro origen universal, permitiendo que tengamos un sentimiento de fluidez con la vida. Así, logramos “recuperar esta Danza Universal de la que siempre somos parte, aunque no lo recordemos”, dice Taroppio.

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