Dominar el arte de la conversación: cómo desarrollar habilidades sociales y beneficiar nuestra calidad de vida

No todo es qué comer y cómo ejercitarse. Los humanos son seres sociales y la interacción con otros tiene múltiples ventajas no solo para la subjetividad, sino también para la salud.

Compartir esta noticia
Conversación.jpg
Foto: Flickr.

Redacción El País
Parece de perogrullo, pero a la gran mayoría de personas les hace bien interactuar con otros. Existen, como siempre, excepciones pero los beneficios y las particularidades de la soledad quedarán para otra nota.

Para la mayor parte de la gente, estar en contacto con otros hasta aumenta la expectativa de vida. Pero como también se sabe, no siempre resulta fácil establecer vínculos que le den sentido al devenir.
La psicóloga Fanny Berger, a lo largo de sus más de cuatro décadas de trabajo, ha visto incontables veces las dificultades que puede representarle a alguien algo que —en apariencia— resulta tan trivial y sencillo como tomar la iniciativa y llamar por teléfono a alguien, o enviar un mensaje de texto.

Según lo que explica Berger, a menudo se trata de miedos que tienen causas subyacentes que hay que trabajar en un proceso de terapia, para descubrirlos y a partir de ahí comenzar a tratarlos.

Ocurre a veces, agrega la profesional, que el mero hecho de descubrir y trabajar esas aprensiones "destapan" habilidades sociales que el o la paciente no sabían que tenían. Pero ocurre también que a veces lo que más se necesita es un "empujoncito" para entrar en el ruedo de las interacciones sociales.

Uno de los momentos que pueden resultar más angustiantes, para cualquiera, es abordar a alguien desconocido y empezar a hablarle. Ahora que hay tanta mediación tecnológica, puede que parezca más fácil "encarar" pero vamos: un "Hola ¿qué tal?" en la casilla de mensajes o en la pantalla de Whatsapp es tan soso como una referencia genérica al clima o al resultado reciente de un partido de fútbol (el otro no tiene por qué compartir tu pasión) en algún lugar público.

De ahí que puede ser útil —sin darle a esto un cariz utilitario o instrumentalista— conocer algunos trucos a la hora de ponerse a conversar con alguien.

Charla.jpg
Foto: Pick Pik.

Antes de seguir: no se está hablando en esta nota sobre conversar en profundidad. Poca gente se espera confesiones íntimas cuando sale y se expone a instancias de socialización. Más bien, se trata de lo que en inglés se denomina "small talk", o sea una charlita. No trivialidades zonzas, pero tampoco la historia de tu vida.

Consejos de expertos para entablar conversaciones

  • Ver una oportunidad, no una molestia.
    Es cierto que a veces puede resultar molesto ser abordado por alguien con ganas de parlotear. Pero preguntate: "¿Tengo que hacer algo sí o sí en este momento que me impide hablar con esta persona?". Si la respuesta es afirmativa, disculpate amable pero firmemente y seguí tu camino. Pero si no, puede ser una buena oportunidad para no solo conocer a alguien, sino "afilar" las habilidades conversacionales (de nuevo: sin pasarse para el otro lado e instruir a la persona que se acerca a apenas intercambiar algunas palabras). "Al principio es incómodo", sostiene la catedrática de Psicología de la Universidad de Sussex (Inglaterra) Gillian Sandstrom, "pero a medida que uno va participando cada vez más en ese tipo de charlas, la confianza aumenta".
  • Ir, en lo posible, a lo específico.
    A poca gente la predispone hablar del clima en términos generales, a no ser que justo te toque alguien que estudia meteorología. El coach motivacional Adam Smiley —autor de varios libros sobre este tema, como "La amistad en la era de la soledad", recomienda intentar centrarse en temas específicos. Si la persona a la que querés encarar tiene una remera con el logo de una banda musical, podrías preguntarle cosas relacionadas a esa agrupación. Si está vestida como alguien que hace deportes regularmente, iniciar la charla con temas afines. Evitar, eso sí, comentarios centrados en la apariencia del otro a no ser que sea un elogio "light", nada lascivo.
  • ¿Hay temas en común?
    Si alguien lleva el distintivo de, por ejemplo, un equipo deportivo, puede ser una buen comienzo de una charla. Y cuanto más "chico" sea ese equipo, mejor. Hinchas de Nacional o Peñarol hay demasiados. De la misma manera, si alguien lleva estampado el rostro de Jean Paul Sartre en una remera y vos justo sabés tres o cuatro cosas sobre el afamado filósofo francés, tanto mejor.
  • Escuchar activamente.
    No estar pensando en lo que vas a decir cuando el otro termine de hablar, sino escuchar lo que la otra persona dice. Si por ejemplo están hablando de un tema y la otra persona se desvía de ese tópico para contarte, por ejemplo, que es de algún departamento fuera de Montevideo, preguntar por eso en vez de tratar inmediatamente de volver a la charla anterior. Esa persona está compartiendo un detalle de su vida, lo cual ya te dice algo: esa charla no le está resultando aburrida, al contrario. También, prestar atención al lenguaje corporal y las expresiones faciales. Pueden ser muy reveladoras sobre la actitud y el estado de ánimo del otro.
  • Ofrecerle al otro una "salida"
    Es mejor no hacer sentir que te tienen que responder a todo, ni que hay que continuar hablando porque sí. A veces, una charlita no dura más que unos minutos y está bien: a otra cosa mariposa. Hay muchas otras personas en el mundo, no hay por qué obsesionarse con una. Ofrecerle una salida al otro con una frase que indica que está todo bien pero tenés que retirarte para responder unos mensajes importantes, puede ser una alternativa. Lo mejor es no esperar que el otro quiera involucrarse en una conversación.

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

relacionesdesarrollo social

Te puede interesar