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El calor puede afectar nuestro cerebro y qué hacer cuando hay altas temperaturas

El agotamiento por calor impacta de forma negativa en nuestras habilidades cognitivas, como la atención y la concentración.

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Mujer cansada
Mujer cansada.

Las altas temperaturas no solo nos hacen transpirar, sino que también tienen un efecto sobre nuestro cerebro. El calor extremo nos pone de mal humor, no nos deja pensar con claridad y nos vuelve más lentos en el desarrollo de las actividades cotidianas. Ahora bien, ¿por qué pasa eso?

Cómo afecta el calor a nuestro cerebro.

El verano es una estación que trae múltiples beneficios para nuestro cerebro. La exposición al sol hace que aumente la producción de serotonina, también denominada como la hormona de la felicidad. Esto proporciona una sensación de bienestar y relajación, es decir, permite que tengamos un mejor estado de ánimo.

Sin embargo, el médico internista Julio Cachay expuso que el aumento persistente de las temperaturas lleva a la deshidratación. Las personas perdemos volumen de agua y sales y se genera una disminución de la perfusión tisular, es decir, la irrigación del cerebro se dificulta porque llega menos volumen de sangre, por ende, menos oxígeno y glucosa.

Además, destacó que cuando nuestra temperatura corporal se encuentra por encima de los 40° C, el hipotálamo, área del cerebro encargada de regular la temperatura, deja de funcionar correctamente. Esto sucede porque se le dificulta el control del sistema natural de enfriamiento y, en consecuencia, podemos padecer un golpe o agotamiento por calor.

Es importante considerar que esta región cerebral también es la encargada de regular otras funciones, como el sueño, el hambre, las emociones, la atención y el equilibrio. Cuando el hipotálamo trata de lograr una temperatura adecuada para el organismo, deja de lado las otras funciones, provocando en las personas estados de irritabilidad, tensión, confusión, ansiedad y somnolencia. De igual manera, a nivel cognitivo se produce una disminución significativa de la capacidad de concentración y memoria, que evidencian un menor rendimiento, manifestó el especialista.

Cómo cuidar a nuestro cerebro del calor extremo.

En primer lugar, Cachay señaló que para prevenir molestias físicas y psicológicas es importante evitar la exposición directa al sol entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde. En caso de que nos encontremos en un sitio cerrado, este debe contar con sombra y ventilación, y si es factible con aire acondicionado para impedir que el incremento de las temperaturas sea por tiempos prolongados.

Un punto fundamental para evitar el agotamiento por calor es mantener una hidratación permanente. Lo recomendable es beber al menos 2 litros de agua al día, aunque no tengamos sed. También es clave vestir con ropa ligera, fresca y holgada, preferentemente de algodón. Es igual de importante descansar cada cierto rato y también movernos, puesto que el movimiento ayuda a tener una mejor oxigenación, indicó el médico internista.

(Por El Comercio GDA)

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