El desafío del bienestar emocional: atender el presente, un hábitos saludables que debemos practicar

Al cuidarnos emocionalmente, estaremos invirtiendo en nuestra felicidad y en nuestra capacidad para impactar en forma positiva en las vidas de quienes nos rodean.

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Una técnica que ayuda al bienestar.
Foto: Pixid.

Si nos disponemos a reflexionar acerca de cuál es el mayor desafío de la vida moderna, las respuestas pueden variar mucho según la perspectiva individual y el contexto cultural. Muchas personas coinciden en opinar que una preocupación central en el mundo contemporáneo es el bienestar emocional.

Este puede definirse como el estado en el que nos sentimos bien con nosotros mismos y el entorno. Es la capacidad de reconocer, entender y gestionar nuestras emociones de manera saludable, afrontando las dificultades del día a día con mayor eficacia y disfrutando de vínculos satisfactorios.

Construcción

El bienestar emocional se construye sobre emociones positivas. Al experimentarlas, fortalecemos nuestra capacidad para adaptarnos a los cambios, enfrentar vivencias, resolver problemas y mantener una actitud optimista. Estas emociones, como la gratitud, la alegría y la esperanza, actúan como un escudo protector frente a los efectos negativos del estrés y generan más sentimientos positivos; cuando nos sentimos felices tendemos a buscar más experiencias que nos hagan sentir bien.

Otro pilar fundamental para el bienestar emocional son los vínculos saludables. Al construir relaciones sanas con pareja, familia y amigos, formamos parte de un sistema de apoyo en el que podemos compartir alegrías, tristezas y preocupaciones. Pertenecer a grupos sociales y sentirnos comprendidos y apoyados nos hace sentir conectados y valorados, fortalece nuestra autoestima y resiliencia, y contribuye a un mayor sentido de propósito y felicidad. Cuando enfrentamos dificultades, tener personas en quienes confiar nos ayuda a sentirnos menos solos y más optimistas. Las relaciones saludables nos desafían a crecer y convertirnos en mejores personas. A través de la interacción con los demás, aprendemos a comunicarnos de manera efectiva, a resolver conflictos y a desarrollar empatía.

En la base del bienestar emocional también podemos identificar la autoestima: cuando nos valoramos y reconocemos nuestras capacidades, experimentamos emociones positivas. Una alta autoestima nos dota de mayor resiliencia. Al creer en nosotros mismos, somos más capaces de superar obstáculos y mantener una actitud positiva, es un motivador que nos impulsa a alcanzar metas y perseguir sueños.

Propósito

Al encontrar un propósito de vida estamos invirtiendo en nuestro bienestar emocional a largo plazo. Un propósito claro y significativo nos proporciona un sentido de dirección, motivación, y la posibilidad de dejar un legado.

Encontrar nuestro propósito de vida es un viaje personal, pero existen algunas estrategias:

• Reflexión sobre nuestros valores: ¿Qué es lo que más valoramos? ¿Cuáles son nuestras pasiones?
• Identificación de nuestras fortalezas: ¿Cuáles son nuestros talentos y abilidades? ¿Qué es lo que hacemos bien?
• Conexión con nuestros intereses: ¿Qué actividades nos ocupan y dan placer? ¿Qué nos hace sentir vivos?
• Búsqueda de inspiración: Leamos libros, escuchemos a personas inspiradoras y exploremos diferentes áreas de interés.
• Exploración de cosas nuevas: No tengamos miedo de experimentar y salir de nuestra zona de confort.

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Querernos más es posible.
Foto: Pickpik.

Plenitud

El bienestar emocional es fundamental para llevar una existencia plena y satisfactoria. Cuando nos sentimos bien emocionalmente, somos más capaces de tomar decisiones acertadas, establecer relaciones positivas, alcanzar metas, disfrutar de la vida y ser más productivos.

Pero para lograr todos estos prometedores beneficios, debemos tener en cuenta que nuestro bienestar depende de diversos factores:

• Cada uno de nosotros puede tener mayor o menor predisposición hacia el bienestar y el disfrute, y esto puede influir en nuestra susceptibilidad a ciertos altibajos emocionales.
• Ciertos eventos desagradables o desafiantes pueden afectar nuestro bienestar emocional y nuestra capacidad de recuperarlo.
• Hábitos saludables como una dieta equilibrada, ejercicio regular y un descanso adecuado son fundamentales para nuestros objetivos de bienestar.
• Nuestra pertenencia a diversos grupos es un factor protector importante frente a la adversidad.
• Nuestra cultura y forma de pensar influye en la forma en la que nos sentimos frente a cada situación, y en las emociones que experimentamos.
• Nuestro bienestar cognitivo, incluyendo habilidades tales como la memoria, la atención, el razonamiento y la resolución de problemas nos permite aprender cosas nuevas, tomar decisiones informadas y adaptarnos a los cambios.

Prestar atención al momento presente (sin juzgar), ejercitarnos en técnicas de relajación, realizar actividades que aporten disfrute, son algunos de los hábitos saludables que debemos poner en práctica para procurar bienestar. Y si es necesario, buscar ayuda profesional. Al cuidarnos emocionalmente, estaremos invirtiendo en nuestra felicidad y en nuestra capacidad para impactar en forma positiva en las vidas de quienes nos rodean.

Desafíos

 1.

El despido. El jefe de un almacén acaba de llegar al trabajo cuando uno de los empleados se precipita en su oficina. El hombre explica que mientras dormía la noche anterior soñó que una de las cajas almacenadas contenía una bomba que explotaría a las 2 p.m., provocando un incendio terrible. El jefe, en el sueño, era escéptico, pero convino en investigar. Después de una búsqueda, la bomba fue hallada en la zona percibida en el sueño. La policía fue llamada, se desactivó la bomba y se evitó la tragedia. Después el jefe felicitó sinceramente al empleado y lo echó del trabajo. El empleado despedido no había colocado la bomba y su sueño profético había evitado la destrucción del depósito. Sin embargo, su jefe tenía razón en echarlo. ¿Cómo puede ser?

2.

Un paso más allá. Un hombre mira a través de una ventana en el sexto piso de un edificio de oficinas. Súbitamente se deja llevar por un impulso. Abre la ventana y salta a través de ella. De la ventana al suelo en el exterior del edificio no hay nada que pueda impedir una caída. El hombre no usó paracaídas ni cayó sobre agua ni ninguna otra superficie blanda. Sin embargo, aterrizó sin daño alguno. ¿Cómo pudo ser?

3.

Reunión familiar. En una reunión familiar se encuentran las siguientes relaciones de parentesco entre los presentes: padre, madre, hijo, hija, tío, tía, hermano, hermana, primo, prima, sobrino, sobrina. Sin embargo, sólo había cuatro personas. ¿Cómo puede ser?

Respuestas                                                         

1.

Era el sereno.

2.

Era el limpiador de ventanas y saltó de afuera hacia adentro.

3.

En la reunión se encontraba un hombre, que tiene una hija, y su hermana, que tiene un hijo.

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