O Globo - GDA
Es normal sentir dolores musculares después de hacer ejercicio tras un tiempo sin actividad o al realizar un nuevo entrenamiento. Sin embargo, investigadores del University College London (UCL) descubrieron que, además de los músculos, el cerebro también experimenta efectos positivos un día después de realizar actividad física.
Según los investigadores, quienes realizaron actividad física de intensidad moderada a vigorosa tuvieron un mejor rendimiento en pruebas de memoria al día siguiente, en comparación con quienes hicieron ejercicios más ligeros.
Esto sucede porque, a corto plazo, el ejercicio aumenta el flujo sanguíneo hacia el cerebro y estimula la liberación de neurotransmisores, como la norepinefrina y la dopamina, los cuales ayudan en diversas funciones cognitivas. Se cree que estos cambios neuroquímicos pueden durar hasta algunas horas después de la actividad física.
Los científicos explicaron que actividades moderadas o vigorosas incluyen cualquier movimiento que incremente la frecuencia cardíaca, como caminar rápidamente, bailar o subir escaleras.
“Nuestros hallazgos sugieren que los beneficios de la actividad física para la memoria a corto plazo pueden durar más de lo que se pensaba, posiblemente hasta el día siguiente en lugar de solo algunas
horas después del ejercicio”, afirmó Mikaela Bloomberg, de la University College London.
Beneficios para el sueño
El estudio, que incluyó a participantes de entre 50 y 83 años, utilizó rastreadores de actividad durante ocho días y pruebas cognitivas diarias. Los científicos evaluaron cuánto tiempo pasaron los participantes en estado sedentario, realizando actividades físicas ligeras, y practicando ejercicios moderados o vigorosos. También analizaron la duración del sueño y el tiempo pasado en etapas de sueño ligero (movimientos oculares rápidos, REM) y sueño profundo, de ondas lentas.
Los beneficios también fueron observados en personas que pasaron menos tiempo sentadas y durmieron seis horas o más.
Dormir durante periodos prolongados se asoció con mejoras en la memoria episódica, la memoria de trabajo y la velocidad psicomotora, una medida de la rapidez con la que una persona detecta y responde a su entorno.
Por otro lado, pasar más tiempo sedentario de lo habitual se relacionó con un deterioro en la memoria de trabajo al día siguiente.
“Este fue un estudio pequeño, por lo que debe ser replicado con una muestra más grande antes de que podamos confirmar los resultados”, concluyó Bloomberg.