Es probable que, en más de una ocasión las cosas no hayan resultado como esperábamos. Al no lograr nuestros objetivos y cumplir con nuestras expectativas, solemos pensar que automáticamente estamos condenados al fracaso. Esta creencia puede llegar a calar en nuestra mente, de tal forma que, empezamos a sentir un miedo irracional al fracaso en cualquier situación u oportunidad. Creemos que cometeremos un error que nos conducirá a una nueva decepción.
Definitivamente, el miedo al fracaso es una respuesta emocional bastante común a situaciones de incertidumbre, riesgo o desafío.Puede manifestarse de diversas formas, como el evitar nuevas oportunidades, la procrastinación, la falta de confianza en uno mismo o el perfeccionismo. Además, puede tener un impacto significativo en nuestra autoestima, puesto que afecta negativamente nuestro bienestar emocional e impide nuestro crecimiento personal.
¿Por qué se produce el miedo al fracaso?
El miedo es una emoción que experimentamos todos los seres humanos y los animales, es una respuesta natural ante una amenaza real o percibida que puede desencadenar una serie de cambios fisiológicos, como palpitaciones, sudoración y tensión muscular. El miedo no tiene por qué ser concebido como una debilidad, porque también puede propiciar nuestro proceso de adaptación y ser muy útil para responder ante situaciones de peligro.
Sin embargo, sí puede representar un verdadero problema cuando nos autolimitamos. En otras palabras: cuando permitimos que nuestro miedo al fracaso nos supere tanto que autosaboteamos nuestro propio éxito. Acá, algunas de las razones principales por las que considero que podemos estar presentando un temor a fracasar.
Autocrítica excesiva: Por lo general, solemos ser muy críticos con nosotros mismos, dado que nos autoexigimos alcanzar la perfección, pues cualquier tipo de error o falla es inaceptable. Sin lugar a duda, esta autocrítica excesiva puede hacer que nos sintamos ansiosos e inseguros acerca de intentar algo nuevo o arriesgado, básicamente por temor a fracasar y ser juzgados.
Baja autoestima: En muchas ocasiones nuestro valor como seres humanos lo limitamos a nuestro éxito y logros, es por esto que, cuando fallamos o no alcanzamos nuestras expectativas, podemos caer fácilmente en pensamientos negativos y autocríticos sobre nuestras habilidades y valía personal.
Posible humillación: Las personas podemos ser bastante fatalistas, pues tendemos a anticiparnos a las situaciones, ya que nuestros pensamientos irracionales nos indican que, si fracasamos vamos a ser ridiculizados o avergonzados públicamente por nuestros desaciertos. En definitiva, esto puede hacer que evitemos tomar riesgos o que probemos cosas nuevas, con el fin de impedir cualquier posibilidad de que seamos criticados por el resto.
Falta de autoconfianza: Probablemente, el enfocarnos únicamente en las cosas negativas y no en nuestras competencias y fortalezas, puede hacer que nos sintamos muy inseguros de nosotros mismos. Sin duda, esto nos limita, ya que cada vez que tenemos que enfrentarnos a alguna situación, automáticamente pensamos que no somos capaces de alcanzar nuestras metas, sintiéndonos demasiado abrumados o ansiosos.
Experiencias previas de fracaso: Es indudable, el efecto que tienen nuestras experiencias pasadas, pues suelen determinar nuestra percepción con respecto al mundo e incluso, sobre nosotros mismos. Por esta razón, si previamente hemos vivenciado el fracaso y este ha tenido un impacto importante en nosotros, es muy probable que el miedo al fracaso se convierta en un círculo vicioso, el cual nos impida asumir nuevos retos y oportunidades.
¿Cómo podemos vencer el miedo al fracaso?
Superar el miedo al fracaso puede ser parte importante de nuestro crecimiento personal y el éxito a largo plazo, ya que como bien dijo el escritor Charles Dickens: “Cada fracaso enseña al hombre algo que necesitaba aprender”. Esto es un claro ejemplo de cómo funciona la vida, pues a través del ensayo y error, podemos alcanzar un aprendizaje mucho más significativo que nos permita seguir desarrollándonos como seres humanos.
Es muy importante que aprendamos a ver las cosas desde una perspectiva diferente, es decir, en lugar de ver el fracaso o nuestras fallas como algo negativo, podemos enfocarlo y concebirlo como una oportunidad de mejora continua. También es fundamental que aceptemos la posibilidad del fracaso ante cualquier situación, pero no de forma obsesiva, sino que lo percibamos como una parte normal y necesaria del proceso de aprendizaje y crecimiento. Adicionalmente, es sustancial que evitemos juzgarnos y criticarnos constantemente por nuestros errores, y una excelente opción para combatir estos pensamientos es por medio de la autocompasión, en otras palabras, que aprendamos a ser más amables con nosotros mismos.
Finalmente: nunca está demás buscar apoyo, pues si llevamos un tiempo sintiéndonos mal con nosotros mismos, tal vez lo más recomendable sea conversar con alguna persona de confianza o un especialista, con el que podamos abordar nuestros temores y preocupaciones.
(Milenka Duarte, El Comercio - GDA)