Por Ana Abbona Santín
La memoria es una capacidad cognitiva que tiene gran importancia para los seres humanos. Nos permite retener y recuperar información y experiencias pasadas. Gracias a ella aprendemos de nuestras distintas vivencias y los conocimientos previos, lo que nos ayuda a poder tomar decisiones que sean más informadas en el futuro, enfrentando y superando nuevos desafíos.
Esta capacidad también es algo que resulta esencial para los vínculos que formamos con otras personas y con la comunidad en general. Nos permite recordar a las personas que conocemos y a las interacciones que hemos tenido con ellas, construyendo así relaciones significativas y manteniendo una necesaria conexión emocional.
Si hablamos de aprendizaje y desarrollo cognitivo, la memoria también es crucial, ya que es necesaria para que podamos adquirir nuevas habilidades, incorporar nuevos conceptos y resolver problemas complejos.
La memoria selectiva.
Sin embargo tal vez conoces a alguien que tiene la tendencia de recordar ciertas cosas y olvidar otras, según sus propias preferencias, intereses y prejuicios.
Los expertos explican que estas personas tienen una memoria selectiva, dado que seleccionan y retienen la información que se alinea con sus propias creencias y valores y descartan o ignoran lo que, por el contrario, no se ajusta a ellos.
Alguien con una memoria como esta podría recordar fácilmente todos los detalles de una conversación en la que se discutieron sus propias opiniones, pero olvidar rápidamente los puntos de vista de otras personas. Esa persona también podría recordar solamente los aspectos positivos de una situación y olvidar los negativos, o viceversa.
Tal vez tú mismo te identificas con este fenómeno, porque todos los seres humanos lo experimentamos, en cierta medida. Todos tenemos nuestros propios sesgos que pueden influir en lo que recordamos y lo que olvidamos.
Es importante señalar que la memoria selectiva puede impedir una comprensión completa y objetiva de la realidad, en algunos casos, por lo cual debemos ser conscientes de ella y esforzarnos por neutralizar sus efectos.
El olvido.
Junto con la memoria, el olvido es un tema que nos despierta un gran interés. Y esto se debe a que con mucha frecuencia nos asalta la preocupación de no recordar alguna cosa puntual en cierto momento. Desde saber para qué fuimos a la cocina hasta ir al trabajo dudando sobre si cerramos o no con llave la puerta de casa.
Pero los especialistas nos aclaran que el olvido también tiene su importancia:
1) Libera espacio mental. Nuestro cerebro tiene una capacidad limitada de almacenamiento, así que es importante desechar lo que ya no es relevante o útil.
2) Evita la sobrecarga de información. Si recordáramos todo lo que experimentamos se nos dificultaría tomar decisiones y procesar información importante.
3) Protege nuestra salud mental. El olvido puede llegar a ser una defensa natural contra experiencias dolorosas o traumáticas que sería perjudicial recordar constantemente.
4) Fomenta el aprendizaje. La memoria posibilita la adquisición de información y conocimiento, pero el proceso de olvido también contribuye dado que nos ayuda a identificar y retener la información importante.
Todos coincidimos en decir que sin memoria, sería difícil para nosotros progresar y crecer en la vida pero el olvido también cumple una función relevante.
Ambos, la memoria y el olvido, nos ayudan en el día a día a transitar este mundo en que vivimos y tener una vida plena y satisfactoria.
Tres desafíos para resolver:
Desafío 1:
Desafío 2:
Desafío 3:
Respuestas:
Desafío 1: Dilusivo (Que tiene la facultad de diluir. Ilusivo y delusivo son sinónimos de engaño).
Desafío 2: Adiposo. Piadoso.
Desafío 3: 1707. 1783. (Años de nacimiento y fallecimiento de Leonhard Euler).
Ana Abbona Santín
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