Héctor Lazo, El Comercio/GDA
La obesidad es uno de los grandes problemas de salud. En 2022 la Organización Mundial de la Salud informo que más de mil millones de personas tienen esta enfermedad, lo que equivale a decir que una de cada ocho personas sufre de exceso de peso.
¿Cuáles son los aspectos psicológicos relacionados con la obesidad?
Existen una serie de alteraciones psicológicas que podemos observar con mayor frecuencia en las personas con obesidad.
- Distorsión o insatisfacción de la imagen corporal. A menudo las personas que padecen obesidad tienen una imagen corporal negativa y/o distorsionada que dista de la realidad.
- Descontrol, desorden y alteraciones en el comportamiento o relación con la comida. Aquí entran en juego múltiples elementos, desde aquellos aspectos que cada persona tiene en cuenta a la hora de alimentarse, escoger lo que come, cómo lo come, etcétera.
- Trastornos psicológicos como ansiedad y depresión. Tanto la ansiedad como la depresión dificultan el bienestar de la persona y en el contexto de la obesidad suponen una barrera que dificulta la mejora.
- Dificultades en las relaciones. Ya sea por causas externas como el valor social de la delgadez y el consiguiente aislamiento de la persona o bien por causas propias del individuo que atienden a dinámicas familiares y que pueden estar favoreciendo el problema del peso.
- Baja autoestima. Tanto la valoración que hacemos de nuestro físico como de nuestra persona determinan muchos de nuestros actos. Si una persona solo se centra en valorarse por las cifras de peso y ve que siempre son negativas, es muy probable que viva con un continuo malestar y rechazo hacia ella misma que le dificulte no solo el tratamiento si no el bienestar del día a día.
El rol de la psicología en el tratamiento de la obesidad
Existe cierto consenso entre los especialistas, por un lado, en reservar las intervenciones farmacológicas y la cirugía para los casos más graves o resistentes; y por otro, la modificación de hábitos y del estilo de vida, que debería establecerse siempre desde un enfoque psicoterapéutico, como elemento común en todos los casos, y como tratamiento único en aquellos menos graves.
El tratamiento cognitivo-conductual empleado en todos los estudios analizados suele centrarse fundamentalmente en promover hábitos saludables de alimentación y actividad física. Los resultados indican que este tipo de intervención no solo reduce el peso u otras variables antropométricas, como el IMC, la masa grasa o la relación cadera-cintura, sino que también mejora aspectos de índole psicológica, como una mayor autoeficacia o el bienestar psicológico, así como aquellos vinculados directamente con la salud, como la percepción de la calidad de vida.
¿Cómo es un programa de intervención psicológica de la obesidad?
- Promoción de la motivación hacia el cambio.
- Psicoeducación sobre las causas generales de la obesidad, alimentación saludable y actividad física.
- Propuesta de régimen alimentario especial y un plan de actividad física.
- Intervención para incrementar el autocontrol.
- Realización de auto-registros.
- Técnicas generales de modificación de conducta para la reducción de conductas asociados a los hábitos implicados.
- Modificación de estilos cognitivos asociados a los hábitos implicados.
- Promoción de las relaciones interpersonales, diseño de actividades gratificantes, entrenamiento en asertividad o habilidades sociales.
- Prevención de recaídas.
Aplicando este programa lo que se busca es alcanzar y mantener un peso saludable, así como mejorar la calidad de vida y reducir el riesgo de complicaciones. Esto mejora la salud en general y reduce el riesgo de desarrollar complicaciones relacionadas con la obesidad.