El poder de la kinesiología emocional: cómo acceder a nuestro mundo interno a partir de un testeo muscular

El profesor español Francesc Marieges llegará por primera vez a Uruguay y dictará un seminario dedicado al bienestar y el crecimiento personal.

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Kinesiología
Testeo de cadenas musculares, kinesiología.
Foto: Freepik.

Francesc Marieges ha estudiado de todo; desde literatura hispánica y gestión cultural hasta taoísmo, medicina tradicional china, reiki, quiromasaje y quiropraxia, entre otras disciplinas. En el camino, encontró un campo en el que pudo fusionar todos sus saberes de forma clara y efectiva: la kinesiología. Cofundador del Instituto Francesc Marieges, un espacio de formación en Psicología Taoísta y Kinesiología, promueve una forma de hacer medicina que entiende a cada persona como un ser único y multidimensional.

Este fin de semana Marieges estará por primera vez en Uruguay con el seminario ‘El universo en tus manos. La respuesta está en ti’, un encuentro sobre kinesiología emocional y energética.

—¿De qué trata la kinesiología emocional y energética?

—Todo empezó en los años 60 a partir del quiropráctico George Goodheart. Al principio, se enfocaba en el músculo, la estructura y la función en sí misma, pero pronto se dio cuenta de que, si bien su equipo hacía trabajos increíblemente buenos, en muchas ocasiones los pacientes volvían a recaer en las mismas dolencias.

Ahí es donde empezó a abrirse hacia cuestiones más amplias, como las emociones. Al igual que podían testear los músculos de las personas para evaluar cómo estaba su estructura y función, también podían testear si una emoción en concreto afectaba el problema que estaban trabajando, y lo hacían mecánicamente, o sea, sobre la respuesta del músculo. Goodheart siguió priorizando la estructura por sobre lo demás, pero tuvo alumnos que abrieron la disciplina aún más hacia lo emocional y energético.

Hoy en día queda mucho menos de la kinesiología estructural. Tengo una formación estructural e hice quiropraxia y quiromasaje, o sea, la parte física la conozco y la he trabajado, pero vocacionalmente me vibra muchísimo más la parte psíquica, energética e incluso espiritual. Sigo aplicando el testeo muscular, aunque en vez de sobre un solo músculo —como enseñaban Goodheart y sus discípulos— lo hago sobre cadenas musculares, a partir del trabajo de un kinesiólogo belga llamado Raphael Van Assche. Me gusta mucho más trabajar así.

—¿Por qué?

—Cada músculo está vinculado a la respuesta de un órgano o de una entraña con determinadas funciones metabólicas, y el testeo se usa para ver cómo está ese órgano, esa entraña o esas funciones. Hay veces que se utiliza cualquier músculo para responder cualquier pregunta y, entonces, ese músculo ha de responder por el cuerpo entero. En cambio, al estirar cadenas musculares, responden varios, es decir, responden los músculos que están implicados en el problema, sin tener que testear uno por uno. Eso da un panorama mucho más amplio y unificado de lo que puede ocurrirle a la persona.

—¿Qué se evalúa exactamente con el testeo muscular?

—Depende de la especialidad de cada kinesiólogo. En mi caso, suelo testear emociones, patrones de conducta y problemas en el árbol transgeneracional. Aunque me especialicé en la parte psíquica y energética, siempre estoy presente con el cuerpo físico. A veces hay que apoyar más una parte que otra, y para eso es clave tener un testeo, porque el propio cuerpo va diciendo ‘mejor trabajamos desde aquí’ o ‘mejor veamos esta creencia’.

Los pacientes pueden traer desde un dolor articular hasta la pena porque se ha muerto alguien o la insatisfacción por no poder salir adelante en la vida. Incluso puedo testear si está implicado uno o varios de los sentidos, es decir, determinar si cierta experiencia traumática ha quedado registrada por una cuestión auditiva —un grito, un sonido estridente, una bocina—, un estrés visual —una condición de una luz, un color, un destello— o una posición que ocupa alguien en el espacio. Cualquier aspecto se aborda con un tipo de herramientas y un enfoque determinado.

—¿Qué herramientas utiliza?

—Hay una parte previa fundamental que precisamente no es la kinesiológica, sino que implica una entrevista con el paciente para clarificar y, si es posible, resolver desde el consciente el tema que éste plantea.

Si lo emocional no está implicado, sirven herramientas para determinar si el problema tiene que ver con tendones, ligamentos o músculos, o podemos dar un salto y trabajar con los meridianos de la medicina tradicional china. Todo es válido a la hora de hacer el testeo.

Hay herramientas simples, como tocar o masajear determinados puntos o zonas del cuerpo, o hacer algún movimiento físico que repercuten sobre una respuesta neurológica determinada. Por ejemplo, se sabe que cuando la persona mueve los brazos y la cabeza al mismo tiempo de cierta manera, se está activando cierta funcionalidad del cuerpo o liberando un tipo de memoria.

También tenemos herramientas como las flores de Bach e incluso podemos usar lectura de cuentos por el aspecto simbólico que repercutirá sobre la parte más inconsciente. Otras opciones son programación neurolingüística, correcciones desde un estilo más chamánico, psicomagia… Depende mucho de las capacidades del kinesiólogo y las características del paciente.

—¿Se ha formado en todas esas terapias?

—Sí, y en más. Cada cuerpo es diferente y la aventura de cada persona es única, así que si tuviera que hacer pasar a todos por una sola estructura estaría limitando los resultados.

Es muy divertido cuando alguien pregunta cuántas sesiones serán, porque la respuesta es que no sé. La cantidad de sesiones nunca tiene que ver con el problema que plantea la persona ni con la técnica en sí, sino con cómo reaccionará cada paciente al trabajo. Pero soy muy impaciente con mi trabajo. Si no veo cambios rápidos en un par de sesiones, me pongo nervioso.

—¿De dónde viene su tendencia a trabajar de forma holística y personalizada?

—No llegué al mundo con esta visión; es el resultado de muchos años trabajando con muchísimas personas. Me acuerdo una vez que vino un visitador médico para ofrecerme productos, y me preguntó qué recetaba para una alergia. Mi respuesta fue que no tenía ni idea. Puedo hacer una lista de productos que sirven para tratar alergias, pero cada alergia en cada persona tiene motivos diferentes, se ha desarrollado de una forma diferente y ha servido a adaptaciones diferentes. No sirve solo recetar un producto, sino que debe resolverse el proceso subyacente.

Francesc Marieges.
Francesc Marieges
Foto: Francesc Marieges.

Marieges, por primera vez en Uruguay.

El profesor, terapeuta e investigador español Francesc Marieges estará por primera vez en Uruguay para presentar su seminario ‘El universo en tus manos. La respuesta está en ti’.

Así explicó a qué se debe el nombre del encuentro: “A través del testeo de las cadenas musculares, que se hace estirando las muñecas del paciente, el cuerpo va dando respuestas. Por eso decimos que el Universo está en tus manos –aunque técnicamente es en los brazos, pero queda más bonito ‘en tus manos’”. Y agregó: “Nos referimos al universo individual; al de cada persona. Con el testeo, que se hace estirando desde las manos, cada uno puede obtener respuestas de cómo funciona su universo particular. Y si lo quiere cambiar, puede hacerlo, eso es lo hermoso”.

El seminario será este sábado y domingo en el Palladium Business Hotel de Montevideo y está dirigido a todo aquel que quiera incorporar herramientas para su propio bienestar o para ayudar a otras personas. Los participantes aprenderán a testear con sus brazos para buscar respuestas a interrogantes o huellas que los han marcado, con el objetivo de autoconocerse y crecer. Organiza Majo Amestoy, terapeuta holística y especialista en kinesiología (Instagram: @bymajo_bcn).

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