El Comercio/GDA
Sin duda, nuestra mentalidades el resultado de cómo nosotros percibimos al mundo y a nosotros mismos, pues básicamente, es la suma de múltiples experiencias y situaciones que nos permiten ir forjando una perspectiva en torno a ello, cuestión que determina nuestros pensamientos, emociones y comportamientos. Ciertamente, el mantener una actitud positiva y optimista puede ser todo un desafío, ya que lamentablemente, a veces lo negativo suele primar y tener un mayor impacto en nosotros, a diferencia de todas esas fortalezas y virtudes que podemos encontrar a nuestro alrededor.

Hoy en día, se habla mucho sobre el poder de la mente y como esta repercute significativamente en nuestro bienestar integral, puesto que puede impulsar o limitar nuestra posibilidad de crecimiento personal y mejora continua, razón por la cual, puede ser muy útil emplear algunas metodologías, como la autosugestión positiva, es decir, la práctica de poder influir en la mente a nivel del subconsciente por medio de una serie de afirmaciones, pensamientos y visualizaciones positivas. Básicamente, esta técnica tiene como principal objetivo programar la mente de manera positiva y fomentar cambios deseables en nuestras emociones, creencias y comportamientos.

El mérito de esta técnica, se le atribuye al psicólogo y farmacólogo francés, Émile Coué, quien desarrolló un método basado en la autosugestión, el cual logró introducir en el contexto terapéutico. En definitiva, el Método Coué- como lo denominó- se centra en la idea de que la autosugestión puede influir en la mente subconsciente, y de igual manera, en el cuerpo y la mente consciente, ya que esta puede ser programada y reprogramada a través de mensajes repetidos y claros que nosotros le enviamos. En concreto, cuando empleamos afirmaciones positivas y repetidas de forma regular, podemos reemplazar gradualmente patrones de pensamientos negativos o limitantes por unos más positivos y constructivos, por ejemplo, “soy capaz de conseguirlo”, “soy una persona fuerte”, “merece la pena lograrlo”, entre otras afirmaciones.

La autosugestión positiva puede ayudarnos a cambiar patrones de pensamientos negativos por pensamientos más optimistas, lo que indudablemente va a calmar nuestra mente, reduciendo así los niveles de estrés, ya que, al transformar nuestra mentalidad por una más positiva, las rumiaciones desaparecen, además, nos proporciona un mejor estado de ánimo que nos permite gozar de un mayor bienestar y satisfacción.

Asimismo, fortalece nuestra capacidad de poder enfrentarnos a las diversas dificultades y adversidades que se presentan en nuestra vida, pues nos ayuda a fomentar una mentalidad de posibilidades y superación, por lo que nos volvemos individuos más resilientes y capaces de poder hacer frente a los desafíos de una manera más efectiva, sin la necesidad de poner en riesgo nuestro bienestar emocional.

Por supuesto, al repetir afirmaciones positivas y visualizarnos alcanzando nuestras metas y teniendo éxito, podemos aumentar nuestra motivación y voluntad de perseverar, lo que nos proporciona un mayor rendimiento y el logro de nuestros objetivos. De igual forma, nos empezamos a enfocar más en nuestras fortalezas, lo cual nos permite reforzar las creencias positivas sobre nosotros y nuestras capacidades, contribuyendo así a una mayor autoestima y autoconfianza. También esta técnica nos invita a aceptarnos tal y como somos, respetando y valorando nuestra propia individualidad.

Metas claras y específicas.
En primer lugar, debemos establecer qué es lo que deseamos lograr y cambiar de nosotros. También es conveniente realizar un listado de los posibles obstáculos que podríamos tener que superar para lograr el objetivo trazado, con la finalidad de estar más preparados y tener una mayor noción sobre a qué nos estamos enfrentando.

Afirmaciones positivas.
Es fundamental que elaboremos afirmaciones, las cuales deben ser declaraciones cortas y concisas, además, deben ajustarse a nuestros objetivos y necesidades personales. Por ejemplo, en lugar de decir, “no quiero tener miedo”, puede decir “soy valiente y confiado”, “soy capaz de superar cualquier obstáculo”, etc. Igualmente, siempre deben estar formuladas en tiempo presente, es decir, cambiar “quiero ser más seguro” por “soy seguro de mí mismo”.

Repetir las afirmaciones.
En definitiva, la repetición regular es crucial en la autosugestión positiva, ya que nos permite reforzar las creencias positivas y que estas logren arraigarse en nuestra mente subconsciente. Lo más recomendable es realizar afirmaciones positivas varias veces al día, puede ser al despertar, antes de dormir o durante ciertos momentos de relajación y meditación. Para lograr un mayor éxito, podemos crear un lugar propicio, ya sea rodeándonos de imágenes o citas inspiradoras, las cuales nos impulsen a mantener pensamientos más positivos.

Visualización.
Otro ejercicio muy útil para que funcione la autosugestión positiva es a través de la visualización, la cual consiste en imaginarnos alcanzando nuestras metas y experimentando situaciones positivas de forma detallada y realista. Por ello, es esencial imaginarnos cómo nos sentimos, cómo nos vemos y cómo nos comportamos en esos momentos de éxito. Básicamente, esto nos ayuda a reforzar y programar nuestra mente para el logro de los objetivos.

En efecto, esta es una técnica que requiere de mucha paciencia y constancia; no obstante, también es importante tener en cuenta que, la autosugestión positiva no es una solución mágica a nuestros problemas y que automáticamente todo va a cambiar, sino que nos ayuda a mantener una mentalidad más positiva ante la vida y dejar de lado todos aquellos pensamientos irracionales que nos frenan, lo que indiscutiblemente, va a influir en nosotros y nuestro desarrollo personal, permitiéndonos un mayor bienestar integral. Por último, debemos recordar que, esta es una técnica que puede combinarse con otras estrategias terapéuticas y prácticas saludables, las cuales deben ser orientados por un profesional de la salud mental para alcanzar resultados más óptimos.