El vínculo entre los perros y los seres humanos: el caso del presidente electo argentino Javier Milei

Tras ser elegido presidente, las mascotas Conan, Murray, Milton, Robert y Lucas, se convirtieron en protagonistas del triunfo del libertario.

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El presidente electo argentino y sus perros.
Foto: Difusión.

La Nación - GDA
Javier Milei es el nuevo presidente electo. En un balotaje histórico, que tuvo en vilo al país y que se definió por un margen mucho mayor al esperado, el postulante de La Libertad Avanza se impuso a Sergio Massa con el 55,69% de los votos en las elecciones presidenciales de Argentina de 2023.

Si bien en el discurso del domingo 19 no mencionó a sus perros, fue durante el reconocimiento de su primera victoria electoral en las elecciones PASO que Milei se dirigió a sus votantes e hizo una mención destacada a sus fieles compañeros caninos: “Le quiero dar las gracias a mis hijos de cuatro patas”, en referencia a sus perros de raza mastín inglés. Apodados con nombres de economistas destacados, Conan -fallecido en 2017- y sus descendientes Murray, Milton, Robert y Lucas, reconocidos por el entorno del presidente electo como “su sostén personal y fuente de muchas de sus alegrías”.

“Cuando me quedé sin trabajo y contaba con el dinero de la indemnización saqué la cuenta de cuánto tiempo iba a tardar en encontrar empleo. En ese contexto establecí ciertas restricciones: el paseo de Conan no se tocaba y la calidad de su comida tampoco. Para poder mantenerlo, decidí comer una pizza por día”, reveló Milei tiempo atrás en una entrevista radial.

El amor que tiene por sus mascotas es incondicional. Entrevistado por Pía Shaw en Infama, le consultaron si prefería a los canes por sobre las personas y su respuesta fue contundente: sin dudar afirmó que aprecia más a los perros. Él mismo en varias ocasiones aseguró que Conan -su primer perro- le salvó la vida y le enseñó lo que es el amor y el respeto hacia los animales.

Pocos imaginan que detrás del personaje se esconde una vida cotidiana en la que la compañía canina es indispensable.

Sus cuatro mascotas no solo son para Javier Milei un apoyo emocional. Tiempo atrás Martín Sivak, de El País, y Nicolás Lucca, de Radio Rivadavia, le consultaron al candidato sobre su costado esotérico ya que en el pasado se especuló con que Milei se contacta a través de una medium con su amado Conan. Como respuesta, el líder de La Libertad Avanza resaltó: “Lo que hago con mi vida espiritual y en mi casa es tema mío, si Conan me asesora en política significa que es el mejor consultor de la humanidad”.

Su amor por los canes no se limita a sus cuatro mastines ingleses sino que manifiesta su cariño por estos animales siempre que puede. En plena campaña, al recorrer diversas ciudades mostró abiertamente su afecto por los perros y también compartió varios posteos en redes sociales incitando a sus seguidores a colaborar con refugios de animales y exteriorizando lo positivo que es para las personas vincularse con ellos.

Sin embargo, no es únicamente el presidente electo quien obtiene los beneficios de la compañía canina. Esto se repite en la mayoría de los casos de personas que conviven con mascotas y que encuentran con su presencia un equilibrio emocional y un respiro en medio de la vorágine de la vida diaria.

El vínculo entre los humanos y animales se remonta miles de años atrás y luego del vínculo entre humanos es quizá el segundo más importante en la vida del hombre. Este lazo que une a la sociedad con los animales evolucionó en formas impensadas que rompen con las barreras de lo que se consideraba “tradicional” o “correcto”.

En el último tiempo, surgió una experiencia que se convirtió en un hábito y despierta controversias entre los amantes de los animales y los profesionales de la salud: dormir junto a las mascotas.

Dormir con mascotas: ¿saludable o perjudicial?

Los fieles practicantes y devotos justifican este acto de varias formas: se sienten protegidos, no pueden escuchar al animal llorar si no lo suben a la cama, es un hábito que tienen desde hace tiempo que no tiene sentido romper o los hace sentirse más queridos.

“Hay que entender que el perro como especie social tiene una tendencia natural a buscar el contacto con otros individuos y necesita compartir el mismo espacio con otros. Así es que se genera el apego o vínculo más profundo que se da entre las personas y sus mascotas”, revela María Virginia Ragau Santos, médica veterinaria y especialista en Etología Clínica. Precisamente, el apego es entendido como un vínculo profundo que tiende a crear fuertes lazos afectivos con determinados individuos de los que se espera protección y seguridad.

La evidencia pone de manifiesto que los humanos siguen mostrando un fuerte apego hacia sus mascotas y a menudo las consideran como miembros importantes de su familia. Esto tiene un porqué: los animales son una fuente de apoyo, amor, confort, seguridad y estabilidad que puede llegar a tener buenos frutos en el estado de bienestar percibido por las personas.

Un escrito científico titulado “La prevalencia y las implicaciones del colecho humano-animal en una muestra” resalta que los más susceptibles a problemas por dormir con perros son los niños pequeños, las mujeres embarazadas y los pacientes inmunodeficientes. Pero que en general los riesgos de salud suelen ser muy bajos y casi insignificantes si sus animales reciben cuidados médicos y mantienen una higiene apropiada.

La Dra. Ragau Santos sostiene que cuando se da un contacto tan estrecho y positivo entre el tutor y su mascota se presentan gran variedad de beneficios para ambas partes; no solo a nivel físico sino también emocional. “Esta relación alivia el estrés porque al estar juntos aparecen respuestas hormonales y de neurotransmisores”, dice.

Los datos recopilados por el Centro de Medicina del Sueño de la Clínica Mayo revelan que más de la mitad de los dueños de mascotas atendidos en dicha clínica permitían que sus animales durmieran en el dormitorio con ellos. Además, la mayoría sostuvo que esta práctica les resultaba “beneficiosa para descansar”. Tan solo un 20% de los participantes de la muestra señalaron que dormir en compañía de los “peludos” empeoraba su calidad de sueño.

Otro estudio norteamericano colocó dispositivos rastreadores del sueño en perros y sus tutores para medir la calidad del descanso en ambos. Como resultado, los estudiosos observaron que quienes dejaban a sus perros dormir en la misma habitación tenían un patrón de descanso decente (lo mismo ocurrió con los perros); No obstante, un dato a destacar es que la calidad del sueño disminuyó levemente cuando los tutores permitían que sus perros durmieran en la cama en comparación con aquellos que dormían en su propio almohadón en el piso de la habitación.

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