Estas son las 6 fases emocionales que atravesamos ante una ruptura amorosa, según la psicología

Si bien cada persona vive el proceso de separación de manera única, la mayoría atraviesa una serie de episodios similares.

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Pareja hablando.
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Foto: archivo.

Matías Torino/El Universal/GDA
Las rupturas sentimentales son experiencias dolorosas y desafiantes que impactan profundamente en nuestra vida emocional.

Aunque cada persona vive el proceso de manera única, la mayoría atraviesa una serie de fases emocionales similares. Marta Rodríguez Martínez, Licenciada en Psicología, asegura que comprender estas etapas puede ayudar a manejar mejor el dolor y avanzar hacia la recuperación.

A continuación, exploramos las seis fases más comunes de una ruptura sentimental.

La sucesión de etapas tras una ruptura

Fase de shock:
La primera fase de una ruptura sentimental es sentir una profunda sensación de paralización y desorientación. La incredulidad es parte de esta etapa, donde la vida parece haberse detenido y toda la atención se centra en la pérdida. Durante esta fase, es posible que la persona se sienta incapaz de realizar actividades cotidianas, como comer o dormir. Aunque la duración de esta etapa varía, raramente se extiende más allá de un mes.

Fase de pena:
En esta fase, el dolor de la pérdida se manifiesta de diversas maneras. La persona se lamenta por la pérdida de la relación, el tiempo compartido, los sueños y las promesas de un futuro juntos. Además, puede sentirse irritable y frustrada, con una necesidad constante de desahogarse. Este no es el mejor momento para iniciar nuevas relaciones, ya que la persona aún está inmersa en su duelo.

Fase de rabia:
A medida que la pena disminuye, surge la necesidad de entender qué salió mal. En esta fase, la persona comienza a analizar la situación, buscando culpables. Puede culparse a sí misma, a su expareja o incluso a las circunstancias externas. La rabia es la emoción predominante y puede manifestarse a través de conductas destructivas como el abuso de sustancias o la promiscuidad. Superar esta etapa es esencial para evitar que la rabia se proyecte en futuras relaciones.

Fase de aceptación:
La aceptación marca el inicio de la sanación. Aunque la transición desde la rabia puede ser difícil, esta etapa implica liberarse por completo de la relación y recuperar la energía invertida en ella. A pesar de que el alivio comienza a sentirse, es común quedar atrapado en esta etapa debido al agotamiento emocional. Sin embargo, es un paso necesario para avanzar hacia la reconstrucción.

Fase de reconstrucción:
En esta etapa, lo peor quedó atrás y la persona comienza a experimentar más días felices que tristes. Se recupera la concentración y se retoma el control de la vida. Es en este momento cuando muchas personas empiezan a centrarse en sus propias necesidades y a construir relaciones más saludables. Esta fase se asemeja a aprender a caminar nuevamente tras una lesión, donde la fortaleza se desarrolla a medida que se reconstruye el amor propio y la seguridad en uno mismo.

Fase de resolución:
La resolución marca el final del proceso. La persona resolvió el conflicto interno que surgió con la ruptura y logró encaminar su vida nuevamente. Este es el inicio de un nuevo ciclo vital, donde se abre la puerta a nuevas relaciones y se refuerza la confianza en la capacidad de crear su propia felicidad. El proceso de sanación emocional no siempre sigue un curso directo, pero lo importante es reconocer en qué punto te encontrás y continuar avanzando hacia la resolución.

Superar una ruptura sentimental es un proceso que lleva tiempo y paciencia. Comprender las seis fases comunes de una ruptura puede ayudar a normalizar los sentimientos y a recordar que el dolor, aunque difícil, es temporal. Cada fase es un paso hacia la recuperación y el eventual renacimiento, donde la persona se encuentra más fuerte y lista para nuevas experiencias.

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