El Tiempo/GDA
En 2024, el 44% de los trabajadores en Latinoamérica experimentaron niveles de estrés en su entorno laboral, una cifra alarmante que supera el promedio global.
Este estrés no solo impacta su productividad, sino que también puede tener efectos perjudiciales en su salud física y mental, transformándose en un problema cada vez más frecuente y, en algunos casos, en una verdadera adicción.
¿El estrés se está convirtiendo en adicción?
El estrés es la respuesta natural del cuerpo a una situación que lo haga tensionarse, preocuparse o frustrarse. Sin embargo, según María José García Rubio, PDI de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Internacional de Valencia, la liberación de hormonas y el estímulo de sistemas de recompensa hacen que el estrés esté creando una necesidad en el cerebro para aumentar la eficiencia en las tareas diarias.
"La liberación de cortisol y adrenalina, en conjunto con la estimulación del sistema de recompensa dopaminérgico, genera un estado de alerta que temporalmente mejora la eficiencia y el desempeño, lo que motiva a las personas a repetir dicha experiencia", señala la profesional de la salud.
Esta necesidad de gratificación y la sensación de que bajo presión se trabaja mejor, puede hacer que se cree un bucle en el que se lleve hasta el límite las capacidades del trabajador y se haga cada vez más aparte el descanso y los tiempos de ocio para el mismo.
Esto se ve motivado por el mismo estrés, que al prolongarse, sube los niveles de ansiedad e irritabilidad e impide la relajación. Esto dificulta, además, la toma de decisiones. "El estrés crónico tiene un efecto directo sobre la cognición, especialmente en la toma de decisiones, incrementando las elecciones impulsivas, disminuyendo la capacidad de planificación y dificultando el establecimiento de prioridades", indica García Rubio.

Además de ser visto como un problema biológico o emocional, el estrés se está convirtiendo en un problema sociocultural que va relacionado con la productividad y competitividad en diferentes escenarios de la vida. Por ejemplo, normalmente se ve en la hiperproductividad una virtud y el estar ocupado todo el tiempo es un signo de ser una persona exitosa.
Esto es replicado por varios conceptos en redes sociales que terminan satanizando el descanso y haciendo que las personas crean que no conseguirán el éxito si toman un tiempo para parar y relajarse. "Para contrarrestar esta percepción, es necesario fomentar una cultura del bienestar en la que el rendimiento se mida en términos de calidad y no solo de cantidad", aseguró la experta.
Para esto, es necesario priorizar el descanso, la salud mental y balancearlo con la productividad para que ninguna se vuelva invasiva con la otra. Para esto también es necesario un cambio de paradigma en las empresas que necesitan priorizar la calidad de sus productos por encima del volumen que sus trabajadores puedan ofrecer.

Estas son las señales de alarma que indicarían adicción al estrés
- Fatiga persistente
- Dolores de cabeza tensionales
- Problemas digestivos recurrentes no asociados con estrés
- Alteración de sueño
- Insomnio
- Sensación de descanso no reparador
- Ansiedad
- Irritabilidad
- Disminución en capacidad de planificación
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