¿Existe la amistad entre el hombre y la mujer? Respuestas a una pregunta que trasciende generaciones

Expertas reflexionan acerca de las creencias que giran en torno al amor y la amistad, y comparten recomendaciones para construir vínculos sanos.

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Amigos conversando en la calle.
Foto: Freepik.

Las relaciones humanas pueden ser complejas. Un vínculo que suele generar controversias es la amistad entre el hombre y la mujer; en particular, dentro de un contexto heteronormativo. ¿Existe la amistad entre personas de distintos sexos? ¿Una parte siempre termina confundiéndose? Sobre esto se expresaron la médica sexóloga Viviana Dufau y la psicóloga Fanny Berger.

Antes que nada, cabe preguntarnos por qué en la infancia y adolescencia tendemos a formar grupos de amigos con personas de nuestro mismo sexo. Para Berger, primero hay una cuestión fisiológica: “Así como el cuerpo de la niña es diferente al del varón, también lo es su energía y su forma de estar en el mundo”, explicó. No obstante, agregó que “después, vienen los comentarios del mundo adulto”; por ejemplo, que una niña quiera jugar al fútbol y le digan ‘eso es de varones’ o que un varón quiera jugar con muñecas y le digan ‘eso es de nenas’. Todo esto –lo innato y el contexto sociocultural– impacta en la formación de vínculos de amistad.

Por su parte, Dufau hizo hincapié en los roles de género, los cuales son “adquiridos”, es decir, se aprenden a lo largo de la vida. “Los adultos influyen muchísimo en las amistades infantiles. Es habitual que se junten las nenas con las nenas y los nenes con los nenes porque se les enseñan roles iguales”, expuso. De hecho, las actividades recreativas y deportivas “tienen una identidad de género que está costando deconstruir”, señaló, y eso hace que los grupos de pares se dividan en base al sexo: las nenas bailan ballet, los nenes juegan al fútbol.

Ahora bien, la pregunta clave: ¿Existe la amistad entre el hombre y la mujer? Según Berger, en teoría no habría ningún impedimento, pero “en la práctica, son pocos los casos”. Sin embargo, cuando sucede, puede ser beneficioso. “Es enriquecedor, al igual que lo es ser amigo de gente de otros países, porque da lugar a nuevos puntos de vista y ensancha el horizonte”, indicó la psicóloga.

En cuanto a Dufau, no solo respondió que sí puede existir la amistad entre el hombre y la mujer, sino que, además, dijo que a veces es un vínculo “mucho más lindo” que el que existe entre personas del mismo sexo-género. “Muchas veces, de nuevo vinculado a lo cultural, tiende a haber competitividad entre los géneros, entonces uno encuentra en la identidad diferente una cantidad de cosas que en su educación no está, y eso suma”, sostuvo.

Amigos felices abrazados.
Amigos felices abrazados.
Foto: Freepik

La clave de vínculos sanos.

Si todo parece tan positivo y fácil, ¿por qué seguimos preguntándonos lo mismo? Lo cierto es que, en un contexto heteronormativo, “la gente que no cree en la amistad entre el hombre y la mujer dice que siempre alguna de las partes se confunde”, comentó Dufau. Lo explicó así: “Uno logra formar una amistad cuando hay un sistema de valores en común y esa también es una de las patas fundamentales de las parejas eróticoafectivas sanas, pero el amor entre amigos no tiene por qué estar asociado al deseo sexual”.

No tiene por qué, pero también es cierto que puede pasar. Y entonces, ¿qué? “Ante todo, está la comunicación, el sentarnos a charlar”, afirmó la sexóloga. No existe una fórmula universal sobre cómo hablarlo o qué decisión tomar porque “cada vínculo tiene sus propios contratos”, pero siempre puede empezarse con un “mirá, me está pasando esto”.

En la misma línea, Berger expresó que “lo mejor es decir la verdad, hacerse cargo de lo que uno siente y quiere, y que el otro escuche y vea”. De nuevo, no hay recetas: “algunos eligen terminar la amistad y otros no, pero lo importante es ser sincero y que el otro escuche, para llegar a un acuerdo”.

Otra creencia que Dufau escucha con frecuencia es que uno no puede ser amigo o amiga de sus ex parejas. Al respecto, sostiene: “Cuando se traspasan los límites de la amistad para ir por un vínculo sexo afectivo y luego éste se rompe, puede seguirse siendo amigos perfectamente”. Solo depende de que esa relación se haya construido y deconstruido de manera sana, “desde la comunicación, desde entender que no sumamos como pareja o que fue un momento y listo”.

Finalmente, aseguró: “No tienen buen pronóstico los vínculos que no saben comunicarse. La comunicación es todo; en la amistad, el trabajo, la pareja, las relaciones filiales”.

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