Por Fabián Muro
Fernando Montero —“Monti”para su más de un millón de seguidores en Instagram—, encontró la manera de superar una afección del sistema nervioso central: el Síndrome de Tourette. Primero se enfocó en los autos y luego, en la acupuntura.
Durante su infancia fue víctima de bullying, sin embargo eso no fue un impedimento para nada. Con el tiempo, se convirtió en un referente en la particular variante de automovilismo que practica, como terapeuta de acupuntura y, también, como un influencer solidario.
Actualmente, Montero está en Japón para el rodaje de un documental relacionado con el drifting, modalidad de automovilismo deportivo que fue inventada en ese país. El drifting tiene reglas propias, que lo apartan de la mayoría de las demás disciplinas automovilísticas.
El piloto viajó hace unos días a la cuna del drifting para el rodaje de un documental junto al empresario Alejandro Curcio, con quien comparte esa pasión.
Curcio, que acaba de presentar su nuevo libro Toolbook, es director de Ayax S.A., está al frente de la empresa Curcio Capital y participa como inversionista en múltiples emprendimientos.
¿Cómo hizo para llegar hasta ahí? La historia comienza antes de la pandemia. “Me habían invitado a formar parte de la segunda temporada de una serie documental sobre drifting en Netflix, pero la pandemia le puso un freno a eso yel documental no llegó a hacerse”.
Superado el percance que significó la diseminación del coronavirus a nivel mundial —algo que hoy parece distante, pero que paró a buena parte del mundo durante dos años— Montero se vinculó con Curcio quien, entre otros proyectos, impulsó el autódromo Toyota Gazoo Racing Drift Park, ubicado en la zona oeste de Montevideo, entre las calles Servidumbre, Camino Sanfuentes y Camino Dellazoppa.
“En un momento, Alejandro me plantea de hacer un documental por la nuestra”, cuenta Montero, dando a entender que Curcio —en vez de esperar que una plataforma de streaming decidiera a invertir— quería hacerlo como un proyecto propio. “Le dije que era un disparate y él me contestó que si otros ya habían realizado documentales, nosotros podríamos hacerlo también. Y arrancamos”.
Con Curcio como productor, se comenzó a trazar un cronograma de trabajo y como parte de ese plan, Montero, Curcio y seis personas más viajaron a Japón el lunes, donde estarán dos semanas. Esa será la primera parte del documental, pero luego las filmaciones continuarán en Estados Unidos, Argentina y, por último, Uruguay. “Curcio será el host, o anfitrión, del documental. Entrevistará a todos y será el conductor principal de uno de los autos”.
Detalle: los autos de drifting generalmente se construyen tomando un vehículo ya existente en el mercado “normal”, digamos, y después se adapta a las particularidades de esta modalidad de competencia.
Hay un modelo especial, mítico, para esta categoría: el Toyota Corolla AE86. Como ya no se fabrica más, los que quedan son tan cotizados que solo los bolsillos más grandes (o los espíritus más persistentes) llegan a uno. ¿Adivinen quién tiene uno en Uruguay?
“La primera parte que filmaremos en Japón tendrá la participación del difusor esta modalidad de automovilismo en todo el mundo, el ‘Rey del drifting’, Keiichi Tsuchiya”, explica quien tiene un vínculo de amistad con el nipón y cuenta que recientemente estuvieron juntos en El Salvador.
La idea de Curcio como productor, es que el documental no solo cuente la historia del drifting y su posterior desarrollo, sino también que de cuenta de fenómenos culturales uruguayos como el mate. Además la intención es incluir la particular variante uruguaya del fenómeno, que suma entre otras cuestiones, el costado solidario de Montero. Él es el segundo piloto de drifting en el mundo con más seguidores en Instagramy regularmente abre esa red social a diferentes iniciativas para ayudar a recaudar dinero para diferentes causas, como colecta de fondos para atención médica de diferentes personas.
¿Cuándo podrá verse el documental? “La idea es que esté pronto para el año que viene, y Alejandro está negociando con distintas plataformas de streaming como Netflix, Paramount y Amazon con el fin de asegurar su estreno”, explica el piloto justo antes de partir hacia Japón y luego seguir con el equipo hacia otros países.
El drifting se traduce como “derrape”, pero la carrera de Montero no parece que vaya a derrapar. Todo lo contrario.
El costado serio y solidario de Montero
En muchos de los videos de Fernando Montero en su cuenta de Instagram (1,2 millones de seguidores), una constante es el humor, además de la documentación de fenómenos como los “Detrás de cámaras” y fotos con diferentes personalidades del drifting. Su descripción biográfica dice: “Rompo autos y arreglo personas”. La explicación: además tiene la cuenta @acupuntura_montero (35.000 seguidores) donde aconseja sobre las distintas maneras en las que su disciplina profesional puede contribuir al bienestar y una mejora de la calidad de vida. Más allá de que es mucho más famoso como piloto de drifting, también es una referencia regional en acupuntura. Sobre eso, Montero ha dicho en varias entrevistas que a él le tocó seguir en el camino que había abierto su padre, que él “apenas” lo continuó. En esa cuenta, trata temas médicos y ofrece posibles soluciones para problemas como el dolor en ciertos músculos de la espalda, terapias alternativas para gastritis, cómo controlar un ataque de pánico o incluso dificultades para lograr un embarazo. Montero también es parte de Fierreros solidarios, organización sin fines de lucro que realiza distintas acciones de ayuda y las difunde a través de la cuenta de Instagram.