Muchas veces las responsabilidades y preocupaciones diarias nos agobian y necesitamos desconectarnos para que la mente se distienda. Esa actividad que realizamos en nuestro tiempo libre, por puro gusto y disfrute, lo que nos apasiona y permite relajarnos, que implica aprender cosas nuevas o simplemente pasar un buen rato, es lo que definimos como hobby.

Podemos llamarlo afición o pasatiempo, e incluso puede tratarse de una forma de expresión porque muchas veces se convierte en una tarea que además de distraernos y entretenernos es una manera de mostrar nuestra creatividad y personalidad.

Cada persona puede encontrar su pasatiempo perfecto, según sus preferencias, intereses, edad y presupuesto:

• Creativos, como pintura, escritura, música, fotografía, etc.
• Físicos, tales como los deportes, el baile, la jardinería, entre otros.
• Intelectuales, como por ejemplo la lectura, los juegos de mesa, el aprendizaje idiomas.

A cualquiera de estas aficiones podemos sumarle el ingrediente de la reunión y la interacción social, cuando elegimos desarrollarla en grupo o los beneficios de pasar tiempo al aire libre cuando se trata de actividades que lo permiten.

Aunque algunos de los hobbies contemporáneos estuvieron en su origen estrechamente ligados a la supervivencia y la comunidad (como la caza, la pesca, la agricultura, la música y la artesanía, y otros que se remontan a la Edad Media cuando surgieron, por ejemplo, el ajedrez y la lectura) el tiempo libre se convirtió en un concepto más definido durante la Revolución industrial. Surgieron nuevos hobbies como el coleccionismo, los deportes organizados y las actividades al aire libre.

Más adelante, a lo largo del siglo XX, la tecnología y la globalización transformaron radicalmente el panorama del ocio, sobre todo por la aparición de nuevas formas de comunicación y expresión, como la radio, el cine, la fotografía, los videojuegos y los deportes motorizados.

Hoy en día, ya en plena era digital, Internet y las redes sociales han facilitado el acceso a una amplia variedad de actividades, desde el aprendizaje de idiomas hasta la creación de contenido en línea.

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Los hobbies no solo aportan a nuestro bienestar emocional, sino que también impactan positivamente en nuestro estado físico. De hecho, muchos hobbies pueden convertirse en excelentes aliados para mantenernos activos y saludables.

• Muchos hobbies implican movimiento y ejercicio físico, lo que contribuye a mantener el cuerpo en forma, fortalecer los músculos y huesos, mejorar la flexibilidad y la resistencia. Este ejercicio también colabora con la obtención del descanso adecuado.

• Al disfrutar del ocio creativo y desconectar de la actividad diaria, mejora nuestro estado de ánimo, aumenta la autoestima mediante el sentimiento de logro que obtenemos al desarrollar nuevas habilidades, y sentimos mayor satisfacción con la vida. Cuando participamos en grupos o clubes, conocemos personas con intereses similares y ampliamos nuestro círculo social, lo que contribuye al desarrollo. Muchas veces un hobby nos desafía a salir de nuestra zona de confort y a aprender cosas nuevas, lo que redunda en un mayor crecimiento personal.

• Cuando practicamos pasatiempos que requieren que recordemos reglas, patrones o secuencias, ejercitamos la memoria a corto y largo plazo; al mismo tiempo, nuestra atención se centra en una tarea específica, lo que mejora la capacidad de concentración y reduce la distracción. Muchos hobbies presentan desafíos que requieren que encontremos soluciones creativas, lo que fortalece las habilidades de pensamiento crítico y resolución de problemas, además de estimular el pensamiento creativo y la exploración de nuevas ideas.

Si buscás un hobby que sea beneficioso para tu bienestar cognitivo, enfócate en aquellos requieren aprendizaje, estimulan tu creatividad, y ejercitan tus habilidades cognitivas.

Muchos pasatiempos combinan varios de estos aspectos (como aprender un nuevo idioma o tocar un instrumento, las disciplinas artísticas como pintura, escultura, escritura o música, etcétera). Otros pueden resultar más entretenidos, como juegos de mesa o un entrenamiento cognitivo más específico, como la resolución de acertijos, adivinanzas, crucigramas, sudokus, rompecabezas, etcétera.

Al elegir, considera tus intereses, buscá algo te resulte atractivo y que te motive a aprender cosas nuevas. Pero no te quedes con una sola cosa, alterná diferentes tipos de actividades para estimular diferentes aspectos de tu bienestar cognitivo. Establecé objetivos alcanzables, celebrá tus logros para mantenerte motivado y no olvides que practicar un hobby en grupo puede ser más divertido y te ayuda a mantener la disciplina que se necesita para construir un hábito.

Así que:

• Reflexionemos sobre nuestros intereses y pasiones mientras probamos diferentes actividades y talleres, y buscamos personas con intereses similares.

• Consideremos nuestra disponibilidad de tiempo, dinero y espacio.

• Establezcamos metas realistas, con objetivos claros y alcanzables.

Y lo más importante. ¡No nos olvidemos de disfrutar del proceso!