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La búsqueda de procedimientos estéticos en la cara y el cuerpo está cada vez más presente en varios países. Desde intervenciones menores como el relleno de labios hasta cirugías complejas como el aumento de glúteos, las personas invierten su tiempo y dinero para realizar cambios en su apariencia.
Según una investigación publicada en la revista científica Plastic and Reconstructive Surgery, el deseo de mejorar la imagen corporal se presenta como una de las principales razones para someterse a intervenciones quirúrgicas. Además, los investigadores muestran que las personas con baja autoestima o que han sufrido acoso tienen más probabilidades de someterse a cirugía estética.
Además de eso, hay varios motivos que pueden estar relacionados con este aparente crecimiento. La proliferación de clínicas estéticas con precios accesibles combinada con la presión estética ejercida por la convivencia en la sociedad explican parte de ello.
Como resultado, las expectativas detrás de las decisiones de cambiar el propio cuerpo convergen en una sola cosa: una supuesta mejora de la salud mental. Sin embargo, este tema no es tan simple como parece, como señala Viren Swami, profesor de Psicología Social en la Universidad Anglia Ruskin, en Inglaterra, en un artículo para el sitio The Conversation.
"Lamentablemente, la respuesta a esta pregunta no es clara y el resultado depende de muchos factores, incluidos algunos que están fuera de nuestro control", escribe el experto.
Según el psicólogo, varios estudios relacionados con los efectos psicológicos de las cirugías muestran que existe un aspecto positivo en el bienestar relacionado con el cambio en la autoestima. Uno de ellos, por ejemplo, muestra que la satisfacción causada por la rinoplastia (cirugía en la estructura de la nariz) puede durar varios meses y también transformarse en una mayor confianza en la belleza de todo el rostro.
Sin embargo, este impacto no logra extenderse a lo largo de los años. Las investigaciones que analizan el período postoperatorio han demostrado que los procedimientos cosméticos solo mejoran la autoestima a corto plazo.
"Cuando los investigadores observan las cosas a largo plazo, descubren que cualquier mejora en la autoestima inmediatamente después de un procedimiento desaparece después de varios años", explica.
Viren argumenta que existe un riesgo poco comentado de que la cirugía estética empeore los problemas de salud mental existentes. En un estudio realizado con adolescentes noruegos, se descubrió que los síntomas de depresión y los problemas alimentarios empeoraron en aquellos que se sometieron a cirugía estética en comparación con aquellos que no lo hicieron.
Factores que afectan directamente el resultado
Según el psicólogo, algunos factores pueden influir en el resultado de cómo se siente una persona después de someterse a cirugía estética. Estos son:
—Nivel de complicaciones postoperatorias: lo que puede salir mal afecta el resultado del cambio, ya que impacta directamente en la salud del individuo.
—Tiempo de recuperación: otro factor relacionado directamente con la satisfacción con la imagen corporal es el tiempo que lleva que las intervenciones cicatricen. Los investigadores han demostrado que los pacientes que tardan mucho en sanar a menudo experimentan solo pequeñas mejoras en su bienestar.
—Sufrimiento psicológico preexistente: los pacientes con casos graves de depresión y ansiedad pueden no sentir ningún beneficio con la cirugía estética.
—Influencia de las relaciones en la decisión: las personas que creen que someterse a cirugías salvará su relación a menudo informan resultados psicológicos menos favorables. Así como aquellos que lo hacen en medio de la desaprobación de su pareja.
"También es importante investigar, considerando no solo los costos, sino también el impacto que cualquier procedimiento puede tener en las personas a su alrededor. Aprenda lo máximo posible sobre el procedimiento que desea, hable con expertos y, si decide seguir adelante, asegúrese de elegir a un profesional calificado", concluye el especialista.