La paciencia es considerada actualmente como una forma de apurar el estilo de vida, es decir, vivimos en un mundo donde prima la inmediatez, donde se tienen que hacer las cosas para ayer y no para mañana ni para hoy.
Desde la psicología, es necesario entrenarla, porque permite afrontar situaciones que pueden ser complicadas y transformarlas. Este hábito tiene suma relevancia y es fundamental en la vida, mirá algunos consejos para cultivarlo.
¿Por qué somos impacientes?
La impaciencia surge porque nos cuesta afrontar la incertidumbre del día a día y porque solemos conseguir lo que necesitamos en cuestión de segundos con un “click” en internet. Vivimos en una sociedad donde tenemos acceso inmediato a todo y esperar un rato a lo que estamos acostumbrados a recibir en segundos, nos cuesta y nos frustra.
¿Cómo cultivar la paciencia?
Sara Navarrete, directora del Centro de Psicología Clínica y de Salud de Valencia, comparte con “Patripsicóloga” las siguientes recomendaciones:
1. No exagerar: Cuando te das cuenta frustrás porque necesitás un documento rápidamente, pero por alguna razón se demora y comenzás a alterarte, pausá y recordá que lo está pasando, no afectará tu vida si demora dos minutos más.
2. Respirar: Debemos enfocarnos en la respiración y sentir esa pausa profunda.
3. Asumir responsabilidades: En muchos casos, no te enoja la situación en general, sino las cosas que has hecho.
4. No ser tan exigentes uno mismo. Si cometemos un error, la forma que lo asumimos a veces hace que no nos tratemos a nosotros mismos con amabilidad, no te auto critiques o quedes enganchado en la sensación de culpa o vergüenza. Algo en lo que debe trabajarse es la autocompasión.
5. Pensar antes de hablar: Esto ayuda a digerir las emociones que suceden en el día, tomar decisiones impulsivas puede hacer que tengas una discusión con alguien por expresar algo que no querías decir.
6. Aprender a vivir en el presente: Desterrá las comparaciones con el pasado y también las anticipaciones sobre el futuro.
7. El arte de esperar: Lo que no depende de ti, siempre demandará espera. Debes aguardar sin saber si lo deseado llegará o no y debés recibirlo con la mejor actitud. Recordá tener siempre un Plan B por si no se puede realizar lo que tenías propuesto o pensado.
El Comercio / GDA