O Globo - GDA
Levantarse, arreglarse rápido para no llegar tarde, cruzar la ciudad para trabajar, soportar el tránsito mientras se va a la universidad y, finalmente, esperar el momento de volver a casa.
Kamila Monteiro, de 30 años, se siente absorbida por una realidad acelerada, con estímulos por todos lados. Sería fácil quedar atrapada frente a la pantalla del celular durante horas en los momentos que deberían ser de descanso.
Sin embargo, esta estudiante encontró dos estrategias para lograr un período de relajación efectivo al final del día: el género musical "lo-fi" (por Low Fidelity, o baja fidelidad), que se escucha principalmente en plataformas de video y audio, combinado con los libros de “healing fiction” o “ficción de sanación”, o “literatura de confort”.
"Me ayudan mucho a relajarme porque siento que mi mente desacelera. Ambos 'amortiguan' el ambiente a mi alrededor, te sentís segura y tranquila dentro de una burbuja", explica Kamila.
Según la neuróloga Bruna Gambirasio en una sociedad conectada a través de celulares y computadoras, los niveles de cortisol (hormona responsable del estrés) de las personas que pasan mucho tiempo conectadas tienden a ser más altos: "Vivimos en una época donde todo es muy acelerado y estimulante desde una perspectiva cerebral. El cerebro se ve inmerso en una atmósfera multitarea. En ella, una persona hace varias cosas al mismo tiempo, como escuchar música estimulante mientras navega en redes sociales. Esto crea una acumulación de estímulos y también genera una sobrecarga de información".
Una vía de escape contra el estrés
Al igual que Kamila, muchos jóvenes de las generaciones Z y millennials encontraron alivio en estos recursos para escapar del estrés y la ansiedad provocados por las exigencias —principalmente mentales— de la rutina diaria. En las redes sociales y plataformas de video, las comunidades que giran en torno a lecturas enfocadas en el bienestar y la búsqueda de música "tranquila" no paran de crecer.
Uno de los libros más conocidos y vendidos del género es "Bienvenidos a la librería Hyunam-Dong" (Planeta, $790), de la coreana Hwang Bo-Reum. En él, la protagonista abre una librería tras cuestionar las decisiones tomadas en su vida hasta ese momento. En su viaje, el lugar se convierte en un espacio de "sanar" también para otras personas. Esta corriente literaria se originó en Corea del Sur y otros títulos representativos de la ficción se sanación son "La gran tienda de los sueños" de Miye Lee, y La asombrosa tienda de la señora Yeom", de Kim Ho-Yeon (casi siempre hay una tienda).
Según la psicóloga Edna Ponciano, al leer un libro, independientemente del género, la persona comienza a estar presente en el ahora, mientras ocurre una combinación de su experiencia emocional con la del narrador. "Con la literatura vivís una experiencia catártica y la posibilidad de expresar lo que sentís y no podés elaborar. Por otro lado, una diferencia de este género literario es que está orientado a la superación de problemas. Esto ayuda a la idea de que todo va cobrando sentido, organizándose, y luego llega el clímax y la resolución de lo planteado en la narrativa", analiza la profesora de psicología.
El "lo-fi" como calmante auditivo
En cuanto al lo-fi, Bruno Telloli, gerente de cultura y tendencias de YouTube (plataforma que alberga los canales más famosos del género), explica que el género musical dio sus primeros pasos en la década de 1980, pero internet lo acercó al público general y fue el catalizador de su popularidad actual.
"Surgió hace bastante tiempo y se caracteriza por ritmos suaves y relajantes. Uno de los principales canales en YouTube del género es Lofi Girl, muy conocido por reunir una verdadera comunidad en torno a este contenido. Uno de sus videos, por ejemplo, ya ha superado las 109 millones de visualizaciones", comenta.
Kamila dice que escuchar ese canal y leer un libro reconfortante, es como “comer un pan tostado con café caliente”. "Es lo que pongo para leer. Siempre lo busco cuando comienzo mi tiempo de lectura del día. Los dos me recuerdan que también puedo darme el lujo de preocuparme solo por cosas triviales" afirma.
Ponciano señala que los sonidos con ritmo más lento tienen un aspecto nostálgico y contribuyen a la sensación de bienestar.
¿Estas alternativas realmente ayudan a relajarse?
Hay consenso entre las especialistas en que estar “presente” es una La asombrosa tienda de la señora Yeom (ese es el propósito de las técnicas de mindfulness, o "conciencia plena"). Desde esta perspectiva, a nivel cerebral, la música lo-fi ayuda a neutralizar otros estímulos, permitiendo que la persona se concentre en una sola cosa a la vez. Ambos recursos pueden facilitar este ejercicio de enfocarse en el presente. ¿Pero cómo ocurre esto?
La música más tranquila, en primer lugar, desactiva el modo multitarea y activa el modo de concentración del cerebro. Una buena analogía es pensar en la música lo-fi como algo que aumenta la fuerza de la "lámpara cerebral" encendida en lugar de encender una "segunda lámpara", como sería el caso con música común, lo que causaría una sobrecarga de atención.
Esto sucede porque los sonidos instrumentales suaves o característicos del lo-fi tienden a repetirse, por lo que el cerebro los percibe como algo monótono. De esta forma, no funciona como un estímulo disruptivo que podría desviar la atención de la tarea principal, sino que se convierte en parte del entorno. "Cuando suena esta música, se puede experimentar una liberación de dopamina (hormona de la satisfacción, el placer y la motivación) porque la tranquilidad de estos sonidos suaves reduce la ansiedad. Además, los sonidos suaves disminuyen el cortisol, la hormona del estrés", explica la neuróloga.
En el caso de la literatura, Gambirasio reflexiona que es el contrapunto perfecto a la realidad inalcanzable que presentan las redes sociales: "Quien lee estos libros se enfocan en el momento presente, es una actividad placentera y aumenta la dopamina. La literatura de sanación muestra que hay felicidad en las cosas simples y alcanzables, en contraposición a a lo que se ve en redes sociales, de cosas inalcanzables. Al ser más esperanzadora, hace que la serotonina (llamada "hormona de la felicidad") esté más presente", asegura la neuróloga.
Ponciano cree que después de terminar un libro de “ficción de sanación”, el siguiente paso sería reflexionar sobre la propia vida a partir de él, buscando inspiración y nuevas formas de enfrentar la rutina.
Pero la psicóloga enfatiza que el lo-fi y los libros no son herramientas que funcionen de forma aislada: "Aislados no ofrecen un resultado excelente, pero si los combinás con la práctica del yoga, hacer psicoterapia y trabajar mentalmente para enfocarte en el presente, estas herramientas pueden proporcionar una vida más equilibrada y saludable".