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La relación entre el miedo al fracaso y el cerebro, y tres desafíos para ponerte a prueba

Cómo luchar contra la exigencia desmedida de éxito, el perfeccionismo y el miedo a fallar.

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La relación entre el fracaso, la presión que se pone uno mismo y el cerebro.

Son muchas las personas que sienten aprensión y temor ante la posibilidad de no alcanzar sus metaso de cometer un error. Los expertos han analizado largamente este fenómeno, llamado miedo al fracaso, y nos han mostrado las formas en las que se manifiesta a nivel cognitivo.

Pensamientos negativos.

Los pensamientos negativos se definen como la preocupación constante por fallar, son las dudas sobre nuestras capacidades y la anticipación a consecuencias negativas.

Los pensamientos negativos y el miedo al fracaso están estrechamente relacionados. De hecho, pueden ser una de sus causas más importantes o pueden agudizarlo. Y a la inversa, cuando experimentamos miedo al fracaso, es más probable que interpretemos las situaciones de forma negativa y que eso nos conduzca a una espiral de pensamientos negativos que pueden empeorar nuestra percepción.

El primer paso para romper este ciclo es identificar esos pensamientos negativos para establecer una estrategia que nos permita superarlos. Superarlos no significa pensar que vamos a tener éxito, lamentablemente no es algo tan simple. Lo que sí nos ayudará es enfocarnos en nuestras fortalezas y en las circunstancias favorables que nos rodean.

Un aspecto importante es la actitud que adoptamos, por ejemplo, cuando cometemos una equivocación. Tenemos que trabajar en la forma en la nos miramos y en el tono de nuestro diálogo interno: seamos amables con nosotros mismos, ya que nuestros errores no nos definen y tampoco son predictores infalibles de nuestra incapacidad de alcanzar el éxito.

Autocrítica excesiva.

El enfoque en nuestros errores y debilidades, que conduce a una minimización de nuestros logros, se denomina autocrítica excesiva. Cuando nos criticamos constantemente, empezamos a creer que no somos lo suficientemente buenos, nuestra confianza se ve disminuida y se profundiza el miedo al fracaso.

Al mismo tiempo, si tenemos miedo de no ser lo suficientemente buenos, es posible que evitemos situaciones en las que podamos fracasar, lo cual limita nuestras oportunidades de alcanzar posiciones relevantes y nos impide perseguir nuestros sueños.

Perfeccionismo.

La exigencia desmedida de éxito, marcada por la búsqueda permanente de la perfección alimenta nuestro miedo al fracaso. A veces esto se acompaña de una tendencia a establecer expectativas poco realistas para nosotros mismos. Esto puede llevar a la frustración y a la decepción, aumentando nuestro miedo al fracaso.

Cuando una persona perfeccionista cree que no puede alcanzar la perfección (lo cual es lógico, por otra parte), evita exponerse, se excluye con alguna excusa de las situaciones que a desafían y se autocensura. De esa forma se reducen sus chances de triunfar. El ciclo de perfeccionismo y miedo al fracaso es muy difícil de romper, debido a que un simple traspié en un proyecto es suficiente para exacerbar la propia exigencia.

Es importante comprender que el fracaso es un aspecto normal del aprendizaje y del crecimiento. En lugar de obsesionarnos con alcanzar la perfección, es más saludable que podamos enfocarnos en el progreso. Esto contribuye a sentirnos motivados y a mantenernos esperanzados.

Comparación social.

El condicionamiento y el sentimiento de inferioridad que surgen cuando nos comparamos constantemente con los demás, puede crear expectativas poco realistas.

Es probable que empecemos a pensar que no somos tan buenos como las demás personas. La disminución de la confianza en uno mismo que surge de la comparación con otros produce miedo al fracaso y se retroalimenta del mismo.

Seamos más conscientes de nuestros pensamientos. Cuando nos reconozcamos en una actitud de comparación con los demás, recordemos que todos somos diferentes (con nuestros talentos y capacidades). Recordemos que el éxito no es lineal, el camino al éxito tiene altibajos y se ajusta a las particularidades de cada uno de nosotros, y a nuestras circunstancias.

Tengamos en cuenta también que las redes sociales pueden ser un caldo de cultivo para la comparación social. Mantengamos una actitud crítica frente a lo que consumimos por ese medio.

Desafíos:

1.Si cuentas de la página 68 a la 98 al leer un libro, ¿cuántas veces encontrarás el número 8?

2. ¿Cuántas ½ sandías encontramos en 3 sandías y media?

3. Para tratar de resolver sin calculadora, ¿por cuánto hay que multiplicar 21978 para que el resultado sea 87912?

Respuestas

1. 14 veces.

2. 7 mitades.

3. Por 4.

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