Pedro Calderón de la Barca (1600-1681), considerado el dramaturgo más representativo de su época, describió la amistad verdadera como un parentesco sin sangre.

Desde los textos del Siglo de Oro español hasta hoy, la cultura popular se ha nutrido de diferentes expresiones que describen este sentimiento universal y celebran a aquellas personas que nos animan en un mal día y nos apoyan cuando las cosas no salen tan bien como esperábamos.

La amistad es esa relación afectiva entre dos o más personas que se basa en el afecto, la confianza, el respeto y la admiración mutua:

—Preocupación por el bienestar del otro y disfrute de su compañía.

—Comodidad al compartir los pensamientos y sentimientos más íntimos.

—Valoración de las opiniones y emociones del otro.

—Ponderación de los talentos, cualidades y características del otro.

Las amistades tienen un gran impacto en nuestra salud y bienestar. Construirlas y mantenerlas tiene primordial importancia, ya que se trata de vínculos que nos brindan muchos beneficios:

—Nos dan su apoyo emocional cuando lo necesitamos, están ahí para nosotros cuando estamos pasando por momentos difíciles.

—Nos brindamos mutua compañía, nos encanta compartir momentos y hacer cosas juntos.

—Nos aportan risas, diversión y nos dan la oportunidad de relajarnos.

Hay algunas claves que hay que tener en cuenta a la hora de construir amistades saludables, y que no deben pasarse por alto. Estas son algunas de esas claves:

—Sé tú mismo, no intentes ser alguien que no eres para impresionar a los demás o lograr su aceptación.

—Sé amable y comprensivo, las amistades se basan en la confianza y el respeto.

—Practica una buena escucha, no trates de arreglar los problemas y la vida de tus amigos. Sé un buen oyente y ofrece tu apoyo.

—Muéstrate honesto y abierto. Las amistades saludables se basan en la honestidad y la apertura, y se nutren compartiendo genuinamente nuestras emociones y nuestras ideas.

—Permanece leal y fiel para tus amigos a través de las circunstancias felices o penosas que la vida depare.

Los amigos de toda la vida son un regalo inapreciable. Son esas personas que han estado siempre allí para nosotros a través de todo, desde el primer trabajo hasta el nacimiento de tu hijo. Son los que nos conocen mejor que nadie y nos aman incondicionalmente.

Esos vínculos de larga data se sustentan gracias a dos aspectos que debemos reconocer y fortalecer:

—Compañerismo, fundado en la bondad, la solidaridad, el respeto la confianza y la empatía. Se trata de un valor imprescindible para nuestro crecimiento personal.

—Recuerdos de nuestros momentos felices o difíciles, de esas ocasiones en las que logramos éxitos rutilantes o nos pusimos en ridículo. Son la fuente de nuestras historias entrañables, risueñas e inspiradoras.

Es claro que los viejos amigos son un tesoro que hay que cuidar. Es importante pasar tiempo con ellos, comunicarnos, mostrar y hacer explícito nuestro afecto. ¿De qué forma?

Un punto fundamental es mantener el contacto, incluso cuando no vivimos cerca. Permanezcamos presentes mediante llamados, mensajes de texto, etc.

También podemos organizar citas regulares para conversar largo y tendido, de tú a tú, o para reunir diferentes grupos por afinidad.

Ahora bien, a veces la vida nos va distanciando de nuestros amigos de siempre (por los motivos que sean). Afortunadamente siempre podemos entablar nuevos vínculos y tejer nuevas amistades. Esto puede representar una experiencia emocionante y gratificante. Sin embargo, también puede ser intimidante, especialmente si eres nuevo en un lugar.
Aquí te dejo algunos consejos que pueden ser útiles:

—Sal de tu zona de confort. No esperes que los demás vengan a ti; sal y conoce gente nueva.

—·Encuentra un interés común. Esta puede ser una forma fácil de conectar con otras personas.

—Si asiste a cursos y talleres, o eres miembro de un voluntariado, presta atención a tus compañeros.

Construir una amistad demanda tiempo y cuidado. No esperes encontrar a tus mejores amigos en un abrir y cerrar de ojos. Tómate tu tiempo, conoce gente nueva y conserva la esperanza de encontrar amigos verdaderos con quien compartir el camino de la vida.