The New York Times
¿Alguna vez te haz sumergido en un libro y haz perdido todo sentido del momento y el lugar en el que te encuentras? Así es como la lectura puede fusionarse con la atenciónplena, explicó un neuropsicólogo.
La experiencia puede traer beneficios reales para la salud mental, señaló la doctora Samantha Henry, profesora asistente de neurología del Colegio de Medicina Baylor, en Houston, Estados Unidos.
“La lectura es una búsqueda tranquila que puede ser una estrategia de afrontamiento más adaptativa que otros pasatiempos en los que participamos”, comentó en un comunicado de prensa de Baylor.
Henry dijo que hay una diferencia entre la lectura típica y la lectura consciente.
Muy a menudo, las personas leen con un objetivo: leer un documento o libro dentro de un marco de tiempo específico, con el objetivo consciente de adquirir conocimientos valiosos.
Eso está bien, pero es diferente de hacer una lectura consciente, que se enfoca solamente en el placer de leer en sí, sin un objetivo establecido, y permanecer completamente presente para comprender lo que sea que estés leyendo.
Según Henry, puedes prepararte para la lectura consciente practicando la respiración consciente, que a menudo se enseña en las clases de meditación.
“Podemos pensar en la lectura consciente de la misma manera que pensamos en la respiración consciente, que es simplemente enfocarse en la respiración”, explicó.
“Normalmente, cuando respiramos, no pensamos en ello porque es algo automático. La lectura tradicional también puede ser así; para llegar al destino de terminar ese libro. Trate de reducir la velocidad y sea consciente del proceso que realmente implica la lectura”, añadió.
La lectura consciente es diferente de lo que Henry llama lectura “pasiva”: no hay hojear ni realizar múltiples tareas durante la lectura consciente. Es una lectura ralentizada, que está centrada en la comprensión del texto en cuestión y sin todas las distracciones.
Podrías comenzar una práctica de lectura consciente centrada en pequeños pasajes, creando un hábito de conciencia de lo que estás leyendo, detalló Henry. Prestar atención al libro en sí, el aspecto, el olor y la sensación de sus páginas, también pueden mejorar la experiencia de la atención plena.
“Nuestros pensamientos van a la deriva todo el tiempo, y las prácticas de atención plena ayudan a redirigirlos de regreso al momento presente al tratar de saborear lo que está sucediendo”, dijo.
“Tanto para la lectura consciente como para la lectura de ocio, uno de los elementos importantes es reservar ese tiempo. Es demasiado fácil olvidarse de hacer estas cosas porque no hemos construido un espacio para ello, así que trata de incorporarlo a tu agenda. Comience con pequeños pasos para que pueda ser alcanzable y accesible”.
Dijo que en el mundo ajetreado y centrado en los objetivos de hoy en día, muchas personas incluso se sienten culpables por leer como una indulgencia.
“Cuando somos niños, se piensa que la lectura es más una actividad de ocio en la que podemos participar como una forma de recreación, y se fomenta”, expresó Henry. “Como adultos, es una búsqueda que a menudo se ve como una forma de escapismo: se siente mal y las personas se sienten culpables de participar en la lectura porque piensan en las otras cosas que tienen que hacer”.
Pero, lo sepan o no, muchas personas leen por placer y como una especie de terapia mental. Según Henry, los estudios demostraron que quienes leen con regularidad pueden incluso reducir sus probabilidades de demencia.
Por lo tanto, trata de incorporar la lectura en tu vida diaria, incluso comenzar con 15 minutos al día ayuda. Tampoco es necesario fijarse un horario establecido para la lectura.
Henry agregó que los libros de papel, en lugar de las versiones electrónicas o escuchar audiolibros, siguen siendo la mejor ruta hacia la lectura consciente. Leer en un teléfono significa distraerse con mensajes de texto y emergentes, y los audiolibros con frecuencia fomentan la multitarea, anotó.