Matías Torino, El Universal/GDA
La vida moderna puede estar repleta de problemas que requieren atención en simultáneo, y eso puede generar estrés, angustia y ansiedad en la gente. En una actualidad en la que parece cada vez más complicado alcanzar calma mental, los consejos de un filósofo antiguo en particular siguen manteniendo su relevancia, a pesar del paso de los años. Se trata de Séneca, uno de los grandes pensadores de la historia, que hace más de 2.000 años le dejó a la humanidad un tesoro que sigue vigente.
Séneca, quien enfrentó situaciones extremas a lo largo de su vida, fue un ferviente defensor del estoicismo, una escuela filosófica que abogaba por el control de las emociones y la búsqueda de la paz interior. En una de sus cartas más famosas, dirigida a su amigo Lucilio, compartió una idea que ha resonado a lo largo del tiempo: "Nos asustan más cosas de las que realmente pueden aplastarnos. A menudo sufrimos más en nuestra imaginación que en la realidad."
Una de las técnicas más innovadoras de Séneca es dedicar un tiempo específico cada día a preocuparse. Aunque a primera vista puede parecer un enfoque paradójico, los expertos en salud mental coinciden en que es una práctica efectiva para reducir la ansiedad. La clave está en asignar un período breve, como 15 minutos al día, para dar rienda suelta a todas las preocupaciones. Durante ese tiempo, se puede pensar en todos los posibles escenarios negativos, lo peor que podría pasar o cualquier miedo que te asedie.
Bajo esta técnica, las preocupaciones se limitan a un espacio controlado, lo que alivia la presión constante de tenerlas presentes todo el tiempo. Séneca creía que al poner nuestros miedos en perspectiva y limitarlos a un marco temporal, podemos reducir su impacto emocional. Una vez finalizados esos minutos, la persona debe intentar dejar atrás esas preocupaciones y seguir con su día de manera más relajada.
Cómo funciona la técnica de Séneca
El enfoque de Séneca se basa en dos principios fundamentales:
- Explorá la raíz de tu preocupación: Al dedicar tiempo a preocuparte, podés examinar el origen de tus pensamientos ansiosos. Preguntarte qué causa esa preocupación te ayuda a descubrir si hay una amenaza real o si solo es un miedo infundado. Muchas veces, notarás que los temores no coinciden con la realidad actual.
- Validá tus emociones: Al permitirte preocuparte libremente, estás reconociendo que tus emociones son válidas. Es normal sentir ansiedad cuando algo te preocupa, pero, una vez identificada la fuente de esa emoción, la intensidad de la preocupación disminuye.
Hoy en día, la neurociencia y la psicología moderna reconocen la efectividad de este tipo de técnicas. La "exposición imaginativa", utilizada en terapia cognitivo-conductual, es similar al enfoque de Séneca. Consiste en invitar a las personas a imaginar los peores escenarios posibles para ayudarles a darse cuenta de que sus miedos, en gran parte, están alimentados por su mente y no por la realidad. Esto reduce la ansiedad y proporciona una mayor claridad mental.
Esta herramienta filosófica, simple pero poderosa, es una prueba más de que las enseñanzas de los antiguos siguen teniendo aplicaciones prácticas en el mundo moderno. Practicar la calma mental y aprender a gestionar las emociones es crucial para vivir de manera más equilibrada y serena.