Que los jóvenes ya no leen, que se pasan con el celular, que los libros ya no los atrapan. Frases que se escuchan a diario, pero ¿esto es así de verdad? A juzgar por la nutrida comunidad de bookfluencers uruguayos, la realidad desmiente estas afirmaciones.
Un ejemplo lo demuestra. El 6 de marzo estará en Montevideo la escritora estadounidense y best seller mundial Julia Quinn, autora de “Los Bridgerton”, la saga de libros que dio origen a la exitosa serie de Netflix. Había 400 entradas disponibles para el evento, que forma parte de la Amabook Experience, y en menos de una hora estaban agotadas. Los bookstagramers y booktokers locales arrasaron con los tickets.
Pero además, el 9 de marzo será el Infoblog 2024, un encuentro entre bookfluencers uruguayos y editoriales, donde habrá charlas, talleres y sorteos. Una de sus organizadoras, Dayana Hernández, dijo a El País que con esto buscan que “los jóvenes que se unieron a la comunidad sigan en el mundo literario”. Y hay más de 100 participantes confirmados.
Ahora, ¿qué es esto de ser bookfluencer? ¿De dónde surge? ¿Cómo integrarse a la comunidad local? Hace más de 10 años comenzaron los bloggers, que leían libros, en su mayoría del género juvenil, y publicaban sus reseñas en la web. Allí recibían comentarios de sus pares y de otros lectores empedernidos como ellos, que buscaban con quien compartir sus experiencias en el mundo literario.
Dayana está entre las pioneras de Uruguay. Tiene 32 años y empezó a publicar en 2014, en el blog “Yo leo”. Por su parte, Mariana López (29), en 2013 creaba el blog “Las lecturas de Annie”, que hoy se mudó a Instagram y a Goodread, una plataforma internacional que es una suerte de red social de lectores.
Tras los blogs, fue el furor de las reseñas de libros en Youtube (y nacieron los booktubers), algo que no se mantiene muy activo en Uruguay.
Donde sí creció fuertemente la comunidad es en Instagram, con los bookstagramers, y últimamente, en TikTok. Uno de los más activos booktokers locales es Alejandro Cabrera, que tiene 20 años, y creó la cuenta “The boy in the pages”. “Empecé en Instagram cuando tenía 15 años y no sabía que había gente que ya hacía eso acá”, contó. Al poco tiempo de comenzar ya generó sus contactos, se hizo amigos y participó en retos y otras actividades que surgen en Internet y unen a los integrantes de la comunidad.
“Me instalé Tiktok en la pandemia, porque me enteré de que acá nadie estaba haciendo videos de libros y me mandé”, contó Alejandro y aún hoy, dijo, son pocos en esa red social. “Creo que es porque la mayoría no busca exposición, sino hablar de libros con otras personas y tener con quien compartir su amor por la lectura”, agregó.
@theboyinthepages este video no tienen nada que ver con Joe Alwyn (? #greenscreen #ts #taylorswift #theerastour2023 #theerastourtaylorswift #theerastour #lover #loverhouse #loverhouseburning #loverhousetheory #taylorsversion #midnights #architecture #arquitectura #architecturestudent #architect #architecturelovers #fyp #fypシ #fypage #parati #uruguay ♬ I think he knows
¿Hobby o trabajo?
Una vez que se hacen un nombre propio y sus reseñas cobran valor entre los lectores y seguidores en redes sociales, tanto escritores como editoriales se acercan a los bookfluencers para poner a disposición sus materiales. Pero no se trata de una tarea remunerada, ni condicionada a una reseña positiva, explicaron.
“Siempre tuve como meta que no me condicionara el hecho de que me manden el libro. No por eso voy a hacer una reseña buena, yo tengo conciencia de cuánto sale un libro, y no voy a recomendar que compren algo que no me pareció bueno”, dijo Mariana López. De todos modos, es consciente de que hay gustos para todos y lo que a ella puede parecerle bueno, quizá no seduzca a alguno de sus lectores. Y viceversa. “Capaz que yo digo que un libro no es bueno porque tiene párrafos muy largos y a alguien que me lee eso le encanta”, ejemplificó.
En tanto, Alejandro comentó: “Nunca recibí de ninguna editorial una exigencia de hacer una reseña positiva del libro que me mandan. Si me gusta el libro, lo digo y si no, también”.
Por su parte, Dayana Hernández acotó que en el intercambio con las editoriales se generan aportes que también benefician a los lectores que nada tienen que ver con la comunidad. Por ejemplo, en cuanto a la mejor señalización de libros por edades recomendadas de lectura. “Me han escrito muchas madres preguntándome qué libro les puedo recomendar para sus hijos de acuerdo a su edad. Eso es buenísimo”, dijo.
Dayana Hernández ama a Harry Potter y tan es así que tiene seis ejemplares del primero de los libros de la colección. “De Harry Potter y la piedra filosofal tengo cuatro libros en español, uno en inglés y uno en coreano, aunque no manejo el idioma”, contó con orgullo.
¿Cómo ser bookfluencer?
La creadora de “Las lecturas de Annie”, no dudó: “no pensarlo mucho y arrancar”. “Vas a compartir algo que te gusta y no hay que tener miedo”, dijo. Dayana, en tanto, recomendó buscar a alguien que ya reseñe libros de su gusto, y empezar a comentar e interactuar. “Porque todo el mundo tiene la idea de que leer es algo solitario, pero no”, agregó. Y también apuntó a perder el miedo: “No tenés que ser perfecto escribiendo reseñas, todos aprendemos”.
Por otra parte, recomendó que quien ame leer y quiera compartir charlas y comentarios se integre a alguno de los más de 40 clubes de lectura que hay en Uruguay. “Hay para todos los gustos”, dijo. En las redes sociales de la Red Nacional de Clubes de Lectura (@rncluy en Instagram) están los datos.
El booktoker Alejandro Cabrera aseguró que la comunidad es abierta. “Lo único que necesitás para empezar a crear contenidos de libros es hacerlo”. Además, aseguró que tanto él como los bookfluencers que conoce suelen seguir e integrar a las nuevas cuentas que se suman.
Entre los bookfluencers uruguayos las opiniones están divididas. Algunos aman los libros en formato papel y entre ellos están los que los cuidan y los mantienen inmaculados, pero también los que los llenan de resaltados, flechas, post-it y comentarios.
Y, como Dayana, están los que coleccionan varios ejemplares de un mismo libro, aún cuando no lo puedan leer porque no entienden el idioma en que está escrito.
Pero hay otros que defienden la comodidad de lo digital, que además suma un punto clave: hay muchos autores que no se editan en Uruguay y la compra vía web es la única forma de obtenerlos.
Además, Mariana López, de “Las lecturas de Annie”, comentó que para personas que necesitan anteojos con mucho aumento o que directamente tienen una discapacidad visual, el formato de libro digital o audiolibro se ha transformado en una enorme puerta de entrada a la lectura y son cada vez más consumidos.