Matías Cadaveira atiende la llamada de Bienestar entre una consulta y otra. “Estaba en con una familia uruguaya justo”, dice y añade que tiene muchas consultas de Uruguay últimamente. Recién llegado a Buenos Aires de España, Cadaveira hará de nuevo la valija para venir a Montevideo y presentar su espectáculo "Estás en el espectro", una presentación en donde la ciencia y el humor se fusionan para la divulgación del Trastorno del Espectro Autista (TEA).
Eso será el próximo miércoles 20 de noviembre en el Teatro Stella D’Italia, a las 20.30 (entradas en mientrada.com.uy).
Aunque es un especialista en TEA en infancia y adolescencia, cuenta que hace poco diagnosticó a una persona de 84 años de edad como autista, y agrega que en los últimos años se ha dado un crecimiento muy significativo de casos de TEA.
Cada vez más diagnósticos
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS) aproximadamente 1 de cada 100 niños tiene autismo. Las características pueden detectarse en la primera infancia, pero el autismo a menudo no se diagnostica hasta mucho después.
Las habilidades y necesidades de las personas con autismo varían y pueden evolucionar con el tiempo. Mientras algunas personas con autismo pueden vivir de manera independiente, otras presentan discapacidades graves y requieren cuidado y apoyo de por vida.
Por otra parte, la Agencia Nacional de Salud Pública de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) ha constatado que los diagnósticos de autismo han aumentado considerablemente en los últimos 25 años. De acuerdo a evaluaciones de la propia CDC, entre el año 2000 y el actual, los diagnósticos de autismo crecieron 178%. El año pasado, esa agencia estimó que 1 de cada 36 niños en Estados Unidos fue diagnosticado con TEA.
Cadaveira tiene una visión algo heterodoxa sobre temas de discapacidad e inclusión. En lo que respecta al primer término, sostiene que no es tanto la persona la que lleva la discapacidad, sino que es en el entorno donde esta se encarna.
“La discapacidad no está en la mente o en el cuerpo de las personas. Esa es una frase que me gusta. Porque ‘discapacitados’ seremos según si el entorno tiene o no tiene una rampa para que podamos subir a la vereda si estamos en una silla de ruedas”, ejemplifica. Si el entorno no es amigable y eso dificulta o impide un desarrollo, lo discapacitante está afuera, no adentro de uno.
Además, agrega que la discapacidad forma parte de la vida misma. “El 15% de la población mundial tiene alguna discapacidad. Y si no tenés una ahora, la vas a tener de anciano”, comenta. Por otra parte, es algo que puede llegar en cualquier momento de la vida, y pone el ejemplo de alguien que, por una razón aleatoria, tiene un accidente de tránsito o en un partido de fútbol 5, y se fractura. “Ahí ya va a tener una discapacidad transitoria”, dice, pero también podría pasar de que esa persona no pueda recuperarse de esas lesiones.
Respecto al término inclusión, él prefiere hablar de convivencia. “¿Quién soy yo para incluir a otro?”, pregunta retóricamente, y sostiene que uno no es dueño del mundo como para definir a quién se incluye y a quién no.
—Por un lado, hay un tema estructural como al que aludías con el ejemplo de la rampa. Pero por el otro también hay un tema cultural, que tiene que ver con las actitudes y los conocimientos que uno tiene respecto de la discapacidad. ¿Cómo se conjugan esos dos factores?
—El mundo no está hecho para personas con autismo, y cuanto más se pueda hacer en lo que hace a políticas públicas para que haya rampas, intérpretes de señas u otro tipo de apoyo para personas con algún tipo de discapacidad, mejor. Pero si no hay un click en la cabeza de las personas, de poco sirve que haya leyes y normas.
Aprendizaje, reflexión y risas
En ese sentido, "Estás en el espectro" es un aporte para que se produzca ese click, para que el espectáculo sea un espacio de reflexión y aprendizaje.
Pero no solo, explica Cadaveira. Como se trata de un espectáculo y no una ponencia, también hay un lugar preponderante para las emociones, para la risa y hasta para el llanto. Al final, acota, es tanto un espectáculo de stand up —Cadaveira, además de psicólogo y escritor, también es actor— como una amena charla de divulgación.
“Y también es un espacio para la sorpresa. Yo me sigo sorprendiendo de las cosas que aprendo cuando conozco a personas con TEA. Y sigo dudando de mis conocimientos, porque cada vez se conocen más cosas sobre autismo”, dice y alude a que nada está escrito en piedra, con una duración eterna. “Por eso, lo mejor es venir al espectáculo con una mente abierta, dispuesto a aprender y a dejar sorprenderse”.