El Centro Educativo Avanzar (CEA) nació por la necesidad de varias familias de ofrecerle a sus hijos con algún tipo de discapacidad la posibilidad de estudiar y sentirse parte de una comunidad.
Eso fue hace dos años cuando las clases comenzaron con siete alumnos. Hoy, 34 jóvenes con distintos tipos de discapacidades acuden al CEA.
Visto únicamente así, la de este centro es una historia de éxito. Pero como dice Susana Cabrera, presidenta de la asociación civil que lo gestiona: “La estamos remando en dulce de leche”.
La educación, en Uruguay, no tiene siempre en cuenta a aquellos alumnos que tengan algún tipo de discapacidad. Existe una ley —la 18.437— que “garantiza el derecho a la educación sin discriminación para todos los habitantes y establece que se brinden apoyos específicos según las necesidades de los estudiantes”, pero no todas las escuelas o liceos están adaptados para la accesibilidad de todos, ni tampoco se da que siempre haya un intérprete de señas —por poner un solo ejemplo— para alumnos sordos.
Más allá del marco legal y normativo, las familias que tienen algún integrante con discapacidad muchas veces se las tienen que arreglar como pueden para que ese familiar pueda “salir adelante” en un mundo que no está hecho para que, justamente, lo consigan.
No deja de ser cierto que actualmente, esta temática ha sido puesta en discusión, que hay muchas más rampas que hace un par de décadas, que son muchas las transmisiones televisivas que cuentan con un intérprete de señas, y que —al menos en cuanto a las declaraciones— el Estado uruguayo se dice a favor de garantizar el derecho a la educación y proporcionar ayuda a quien lo necesite. Pero como cualquiera puede percibir, una cosa son las palabras, otra los hechos.
“Somos el primer liceo para alumnos con necesidades especiales del país, con profesores especializados, y una currícula habilitada oficialmente. Además, tenemos talleres de distintos tipos y el plan de estudios se adapta a las necesidades de los alumnos”, sostiene Cabrera.
Ese proyecto educativo no cuenta con ningún tipo de apoyo estatal, cuenta Cabrera, por lo cual el CEA tiene que recurrir a una serie de actividades paralelas para poder sustentarse. Entre ellas la que se hizo el pasado 26 de octubre, cuando el chef Marcelo Bornio preparó un gran risotto solidario en el Hotel del Prado.
O como la que hará este sábado 9 de noviembre, cuando una importante nómina de artistas musicales uruguayos se presentará en vivo, sin cobrar, para ayudar a recaudar fondos.
La cita será una vez más en la explanada del Hotel del Prado (Gabriela Mistral 4223), donde habrá shows de La Furia, Gerardo Nieto, Yambo Kenia, Anita Valiente, Gonzalo Carrasco y la EG Dance Academy. La jornada solidaria contará con la conducción del empresario y comunicador Rafael Cotelo. Además habrá foodtrucks con diferentes propuestas culinarias para degustar. La entrada es libre y todo transcurrirá desde las 11.00 hasta las 19.00.
Cabrera resalta en toda oportunidad la buena voluntad de artistas y emprendedores que se sumaron a este evento, en particular porque ella como gestora y productora tuvo que cambiarle la agenda a todos los que habían dicho que sí como consecuencia de modificar la fecha inicialmente pactada.
El evento es uno de varios que el CEA realiza para seguir adelante a pesar de que tiene un déficit de aproximadamente $ 60.000 mensuales. Una de las erogaciones más importantes de la institución es el alquiler del actual local en Hermanos Gil 1023, por lo cual el CEA busca mudarse a otro lugar.
Entre otras cosas, Cabrera cuenta que otra de las actividades para recaudar fondos es la venta —un par de veces al año— de 1.500 empanadas que ella misma prepara, o también con las conocidas ferias americanas. “Entre eso, la cuota del liceo, lo que pueden aportar los padres y este tipo de eventos, seguimos funcionando, además de que recibimos donaciones”, relata.
Quien quiera interiorizarse de las actividades y la propuesta educativa del CEA puede consultar su web, o escribir una consulta en el perfil de Instagram.
-
La Hora Silenciosa: una iniciativa para que también las personas con Trastorno del Espectro Autista se sientan bienvenidas
DanceAbility: el lugar donde todos pueden bailar, una práctica que fortalece la autoestima y estimula la inclusión
La Fundación Jazmín celebró los primeros nueve años de su historia con una gala en Teatro Movie