Ana Abbona Santín
Muchas personas que conocemos (y tal vez nosotros mismos) manifiestan tener eso que se resume como “problemas de memoria”. Suelen repetir que “no se acuerdan de nada” o que “se olvidan de todo”. Estas expresiones -tan generalizadas- suelen referirse a la percepción que cada uno tiene acerca del nivel de nuestras habilidades cognitivas:
• Dificultad para concentrarte, enfocar tu atención o prestar atención.
• Problemas para organizar tus pensamientos o llevar a cabo ciertas tareas mentales.
• Inconvenientes cuando deseás realizar más de una cosa al mismo tiempo.
• Descenso en tu capacidad para recordar nombres, fechas.
• Sentimiento de agobio o sobrecarga a la hora de tomar decisiones o analizar asuntos.
• Desorientación o confusión, dificultad para encontrar lo que buscas.
• Demoras al tratar de procesar o comprender información o cosas nuevas.
Las causas.
Nuestras habilidades cognitivas pueden verse afectadas por una variedad de factores como la edad, el padecimiento de algunas enfermedades (Alzheimer, por ejemplo), traumatismos cranoencefálicos, factores de riesgo cardiovascular (hipertensión arterial, diabetes, obesidad) y el estilo de vida (tabaquismo, consumo excesivo de alcohol).
¿Cuándo ocuparse?
Todos podemos tener olvidos o distracciones, pero a veces nos preguntamos si debemos prestarle atención a:
• Experimentar problemas para fijar información nueva o recordar cosas.
• Tener dificultades para concentrarnos en una tarea o seguir instrucciones.
• Presentar inconvenientes para comprender lo que escuchamos o leemos, o para expresarnos con claridad.
• Sentir que tenemos problemas para tomar decisiones o evaluar los pros y contras de una situación.
• Experimentar irritabilidad, ansiedad o sentir que pequeños desafíos nos resultan difíciles de afrontar.
Si te has sentido así con frecuencia y lo entiendes oportuno, consultá a tu médico, no tengas miedo de pedir ayuda.
En ocasiones los trastornos pueden llegar por falta de sueño, estrés, mala alimentación. Y en ese caso un profesional puede orientarte para que modifiques aquel aspecto de tu estilo de vida que sea necesario.
Qué podemos hacer para ayudar a prevenir el deterioro cognitivo:
• Llevar un estilo de vida saludable: comer sano, hacer ejercicio regularmente.
• Controlar los factores de riesgo cardiovascular: la presión arterial, el colesterol y el azúcar en la sangre, además de no fumar y beber alcohol con moderación.
• Mantenerse mentalmente activo y observar hábitos saludables para el cerebro: incluye aprender cosas nuevas, leer y participar en juegos.
La consigna es cuidar nuestro cerebro, sin importar nuestra edad. Disfrutar de la compañía de nuestra familia, de nuestros amigos y en definitiva, ¡disfrutar la vida!
Desafíos.
1. ¿Qué es lo que no está ni dentro ni fuera de la casa, pero que es necesario para cualquier hogar?
2. Encuentra el número de cuatro dígitos en el que el primer dígito es un cuarto del último dígito, el segundo dígito es 6 veces el primer dígito y el tercer dígito es el segundo dígito más 3. ¿Qué es?
3. Escribe 3 palabras de 6 letras que contengan H (no al principio) y no contengan C. Evita plurales y formas verbales.
Respuestas:
1. Las ventanas.
2. 1694.
3. Respuesta posible: Alhaja. Azahar. Truhan.
Ana Abbona Santín
Creadora del Espacio Rejuvenate de Entrenamiento Cognitivo.
Whatsapp: 099 22 05 54
Mail: rejuvenateuruguay@gmail.com
Ante cualquier duda o inquietud, podés contactar a Rejuvenate a través de su página www.rejuvenateuruguay.com