Redacción El País
Casi todos ya lo sabemos: la oferta comestible es muy rica en grasas. Y si bien hay una extendida conciencia sobre los riesgos sanitarios que conlleva consumir esos productos, gra parte de la población aún no sabe lo nocivos que son los alimentos grasos o no tienen demasiadas opciones económicas para adquirir opciones más saludables
Sin embargo, también es frecuente que aún sabiendo, por ejemplo, que los ultraprocesados casi que no califican como "comida", mucha gente los consume igual, lo que muchas veces lleva a sobrepeso u obesidad. ¿Por qué ocurre esto último? Un grupo de investigadores cree haber llegado a la respuesta, y a esta la ubican en una parte del cerebro: el hipotálamo.
Los investigadores descubrieron, que el consumo de comidas y productos altos en grasas puede encender la chispa de un círculo vicioso difícil de interrumpir. Ese tipo de comidas provoca una inflamación en el hipotálamo, la cual aumenta el apetito a niveles que llevan a excesos, lo que a menudo termina por provocar un aumento de peso. Pero, al mismo tiempo, el equipo de investigadores descubrió que la inflamación de esta región cerebral también está asocia a enfermedades que resultan en pérdida de peso, como por ejemplo la anorexia.
En términos un poco más científicos, un artículo de la revista National Geographic lo explica así: "Los investigadores descubrieron que las dietas ricas en grasa activan en el hipotálamo la hormona MHC, la cual regula el apetito, a través de la molécula prostaglandina E2 (PGE2), que se ocupa de procesos inmunes como la fiebre. Esta cadena de eventos también podría explicar por qué la inflamación cerebral a veces provoca aumento de peso y en otras instancias, pérdida excesiva. La concentración de PGE2 parece ser la clave: altas concentraciones causan una inflamación intensa que suprime el apetito, mientras que concentraciones menores lo incrementan".
Con estos resultados, la jefa del equipo de investigadores Michiru Hirasawa, recomienda la dieta mediterránea pero advierte a otros científicos que bajar la inflamación del hipotálamo no debería ser un fin en sí mismo, dado que en algunos casos eso (que el hipotálamo se inflame) tiene funciones y repercusiones positivas en nuestra salud.