Por qué leer cultiva la empatía de los niños y mejora su desarrollo integral

La lectura no es solo una actividad recreativa, sino también una herramienta poderosa para el crecimiento personal y el desarrollo humano.

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La luz ideal para leer es la natural. Foto: Shutterstock

El Comercio/GDA
En un mundo cada vez más frenético y digital, una de las prácticas ancestrales que sigue brillando con luz propia, es la lectura. En definitiva, este importante hábito va más allá de ser una simple actividad, ya que es una puerta hacia mundos desconocidos, una fuente de inspiración inagotable y un refugio seguro para todas aquellas mentes sedientas de conocimiento y que desean experimentar un sinfín de emociones.

¿Te imaginas poder explorar antiguas civilizaciones, descifrar los secretos más profundos de la mente humana, vivir una verdadera historia de amor o caminar junto a héroes legendarios? Desde luego, cada libro es una aventura que logra transportarnos fuera de nuestra cotidianidad, pues nos permite acceder a un universo que solo existe en la imaginación del autor y la mente del lector.

“La lectura es una de las actividades más enriquecedoras que un individuo puede realizar a lo largo de su vida, pues además de proporcionar un entretenimiento inigualable, también genera un impacto significativo en el desarrollo integral de las personas, puesto que ayuda a promover el crecimiento emocional mediante diversas competencias como la empatía. Asimismo, es una herramienta poderosa para la vida profesional de un individuo, ya que mejora las habilidades críticas, aporta conocimientos actualizados y fomenta la motivación y la creatividad”, explicó la doctora Karen Pérez Maraví, psicóloga y docente de la Escuela de Posgrado de la Universidad Continental a Hogar y Familia.

¿Cuáles son los beneficios de la lectura?

La lectura es una herramienta invaluable que puede enriquecer enormemente la vida de una persona de múltiples maneras. Desde el desarrollo intelectual hasta el personal y emocional, este hábito puede ofrecer una amplia gama de beneficios que impactan positivamente en la vida de quienes la practican de forma regular.

“Una persona que se deja atrapar por una historia, novela, biografía o poesía, es capaz de experimentar un bienestar emocional y una mejor salud mental, pues al sumergirnos en un libro podemos dejar a un lado nuestros pensamientos negativos y catastróficos, ya que nos ofrece un escape reconfortante del estrés diario, proporcionándonos así una mayor sensación de calma y relajación. También nos permite conectar con el presente y con nosotros mismos en el aquí y ahora”, destacó Antonella Galli, psicoterapeuta de la Clínica Ricardo Palma.

De igual manera, como señaló la psicóloga de la Universidad Continental, leer activamente desafía y ejercita el cerebro, mejorando así la memoria, la concentración, el pensamiento crítico, la imaginación y otras habilidades cognitivas a largo plazo. Además, los libros cubren una amplia variedad de temas, desde historias y ciencia hasta filosofía y arte, motivo por el cual, a través de la lectura, las personas pueden adquirir conocimientos en áreas que de otra manera no podrían explorar, lo que, a su vez contribuye a una visión más completa y equilibrada del mundo.

“También puede ayudar a desafiar y desmitificar estereotipos culturales y sociales al proporcionar una visión más matizada y completa de las personas y las culturas diversas. En efecto, esto puede ayudar a combatir la intolerancia y la discriminación al fomentar una comprensión más profunda y respetuosa de la diversidad”.

Por otro lado, leer sobre individuos que logran sus metas y sueños puede inspirar un sentido de empoderamiento y autoconfianza, logrando que el lector tenga una visión más positiva de sí mismo y de sus propias capacidades, lo que favorece indudablemente a la autoestima y la identidad personal.

Asimismo, la lectura hace que las personas puedan ponerse en la piel de los personajes y entender sus emociones y experiencias. Sin lugar a duda, esta conexión emocional puede ayudar a desarrollar la empatía, pues al establecer un vínculo con las alegrías, tristezas, miedos y esperanzas de los protagonistas de manera íntima, podemos fortalecer nuestra capacidad para reconocer los sentimientos de todos aquellos que nos rodean.

“La lectura nos expone a una amplia gama de experiencias, perspectivas y emociones a través de sus personajes y las tramas de los libros, por lo que al sumergirnos en historias que representan diferentes culturas, épocas históricas, clases sociales e identidades de género, podemos ampliar nuestros horizontes, desarrollando así una mayor sensibilidad hacia las vivencias de los demás por medio de la empatía”, precisó la psicoterapeuta.

¿Cuáles son los desafíos que enfrentan las personas al intentar mantener el hábito de la lectura?

Mantener el hábito de la lectura puede ser un verdadero desafío para muchas personas, pues en un mundo lleno de responsabilidades y distracciones, encontrar tiempo para leer puede ser difícil. Por ello, para poder combatir estos obstáculos, es útil establecer un horario regular de dicho hábito, incluso si son solo unos minutos al día. Además, es esencial identificar y reducir aquellas actividades que no generan un impacto significativo en nuestra vida, mencionó la doctora Pérez Maraví.

“La falta de motivación puede ser un gran reto, ya que algunas personas pueden tener dificultades para encontrar libros que les interesen lo suficiente como para mantener su atención y motivación. Sin duda, sentir la presión de seleccionar “los libros correctos” o abrumarse con la cantidad de textos que se desean leer pueden ser un obstáculo en este hábito, puesto que puede generar estrés y desmotivación. Por consiguiente, es importante recordar que, no hay una manera “adecuada” de leer y que está bien abandonar un libro si no es de nuestro agrado”.

Por otro parte, como recalcó la especialista de la Clínica Ricardo Palma, las distracciones digitales pueden dificultar la concentración en la lectura. Actualmente, las personas, en especial, los jóvenes se están habituando a tener poca atención, ya que están constantemente rodeados de muchos estímulos que cambian con gran rapidez, es decir, de una imagen, mensaje o contenido pasamos a otro o vamos alternando entre las diversas redes sociales o dispositivos tecnológicos, lo cual no nos permite enfocarnos en una sola actividad. La realidad es que, la lectura requiere de paciencia y una atención sostenida, razón por la que muchos individuos prefieren desistir de este hábito. Por este motivo, es recomendable apagar el teléfono o emplear aplicaciones que bloqueen temporalmente el acceso a las redes sociales, con el fin de focalizar nuestra atención durante un tiempo determinado.

¿Cuál es la importancia de fomentar la lectura desde edades tempranas?

De acuerdo con la docente, fomentar la lectura desde edades tempranas es crucial para el desarrollo integral de los niños, dado que les proporciona las habilidades lingüísticas, cognitivas y emocionales necesarias para tener éxito en la escuela y en la vida en general. Ciertamente, la exposición a los libros durante las primeras etapas, ayuda a establecer un hábito que logra perdurar en el tiempo, pues quienes disfrutan de la lectura tienden a convertirse en ávidos lectores, lo que repercute positivamente en su desarrollo personal y profesional a lo largo de sus vidas.

“Es importante tener en cuenta que, promover este hábito desde edades tempranas no solo tiene beneficios inmediatos en el desarrollo infantil, sino que también sienta las bases para un aprendizaje continuo y un amor duradero por la lectura”.

¿Qué estrategias ayudan a promover el hábito de la lectura?

En el caso de los niños, la psicóloga Karen Pérez recomendó las siguientes estrategias:

- Crear un espacio cómodo y acogedor en casa para la lectura, el cual cuente con estanterías de libros accesibles, así como con cojines cómodos o sillones.

- Fomentar la lectura en voz alta, es decir, que los padres puedan leerles regularmente a sus hijos desde una edad temprana, animándolos a hacer preguntas sobre las diferentes historias y que puedan participar en la lectura activamente.

- Proporcionar una amplia variedad de libros que se adapten a los intereses y niveles de lectura de los niños. Estos deben incluir libros de ficción, no ficción, poesía, cómics y textos ilustrados.

- Los padres deben ser modelos a seguir, razón por la cual, deben tener el hábito de leer con regularidad. Básicamente, al ver a los adultos disfrutar de la lectura, los niños aprenderán que es una actividad valiosa y gratificante.

- En el entorno escolar, los educadores pueden crear un ambiente en el aula que fomente la lectura, con estanterías de libros accesibles, rincones de lectura acogedores y tiempo dedicado a la lectura independiente.

Mientras que, en los adultos es indispensable:

- Establecer metas de lectura realistas y alcanzables, ya sea un número específico de libros por año o un tiempo asignado para la lectura a diario.

- Crear una rutina de lectura, en otras palabras, dedicar un momento específico del día para leer, el cual puede ser durante la mañana o por la noche antes de dormir. Desde luego, la consistencia es clave para garantizar la formación sólida de este hábito.

- Participar de actividades relacionadas con la lectura, como clubes, ferias del libro, concursos de lectura, entre otras opciones, pueden promover un mayor entusiasmo por este hábito.

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