El Comercio - GDA
Es muy común que los padres de familia le den los nombres de sus progenitores u otros allegados a sus bebés. Muchas veces, esto tiene la intención de seguir una continuidad o tradición. Sin embargo, ¿qué dicen los especialistas al respecto? ¿Es recomendable hacerlo? El psicológico y psicoterapeuta Julio Salas, explicó que, muchas veces, esto hace que los recién nacidos sigan inconscientemente el argumento de vida de otras personas.
Es decir, hay la posibilidad de que repitan escenarios, situaciones y otros accionares de sus antepasados. Esto se puede dar en el ámbito familiar, amoroso y demás.
“También se da con nombres de artistas, futbolistas, hasta de una novia o novio que no pudo ser. Cuando recibimos el nombre de alguien, podemos también estar tomando parte de sus argumentos de vida. De alguna manera, los nombres impregnan en la vida de las personas”, comentó el experto.
Estos acontecimientos también se conocen como psicología del destino y, de igual forma, se pueden ver reflejados en días, años o fechas especiales de los antepasados. Por ejemplo, se puede dar que un joven sufra un desalojo a la misma edad que su abuelo.
¿Cómo se puede romper estos ciclos?
A la fecha, miles de personas tienen el nombre de algún integrante de su árbol familiar. Ante estos casos, el experto recomienda que, en primer lugar, sean conscientes de lo que están pasando y hagan ejercicios que lo haga soltar estas cargas.
“Los ejercicios mentales, visualizaciones y ejercicios simbólicos ayudan. Esto es inconsciente, porque nadie dice ‘voy a sufrir como mis ancestros’”, precisó Julio Salas.
También sugiere que analicen el árbol familiar para detectar estas repeticiones que se pueden dar de generación en generación.
Devolución con agradecimiento
Además de los ejercicios e identificación de los patrones, se debe hacer una devolución de estos comportamientos con agradecimiento y lealtad. Esto se puede hacer mediante un homenaje simbólico, sembrando una flor o con una actividad que indique que se está soltando. En este punto, Salas recalcó que se debe dejar de lado la rabia y rencores.
Constelación familiar
Esta herramienta es “muy buena y ayuda a trabajar estos temas de la psicología del destino, las repeticiones”, subrayó el especialista. Mediante esta práctica, las personas pueden detectar anclajes negativos que afectan su vida.
Este proceso terapéutico se realiza en grupos de entre 3 a 6 personas y no es necesario que el paciente tenga experiencia previa para que pueda participar en estas reuniones que fueron creadas por Bert Hellinger, teólogo y psicoterapeuta alemán.