SALUD MENTAL

Por qué nos cuesta tanto decir que no y cómo podemos convertirnos en personas más asertivas

La falta de asertividad genera sentimientos de baja autoestima e ira, y puede afectar nuestras relaciones con los demás.

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Pareja discutiendo
Falta de asertividad.

Los seres humanos somos seres sociales: hemos vivido en sociedad desde el inicio de nuestra historia. Sin embargo, a veces tenemos problemas para interactuar con los demás, sobre todo cuando se trata de expresar lo que pensamos y sentimos.

¿Qué es la asertividad?

La psicóloga Alexandra Sabal dijo que ser asertivo es tener la capacidad de demostrar nuestro punto de vista, opinión, valores, sentimientos y creencias, manteniendo un equilibrio entre el respeto a uno mismo y a los demás. Se trata de una comunicación sincera, cordial y saludable que potencia nuestra capacidad de relacionarnos y permite validar eso que queremos expresar.

La asertividad es clave para no dejarnos presionar y manipular por lo demás. También potencia el autoestima y la autoconfianza porque nos proporciona una sensación de libertad para tomar nuestras decisiones y dirigir nuestra vida.

¿Por qué nos cuesta tanto decir que no?

Para Sabal, puede ser difícil decir que no por el miedo exagerado al rechazo, los sentimientos de culpa, el afán por ser aceptado y la necesidad de evitar conflictos posteriores. Estas creencias limitantes hacen que dejemos nuestras necesidades en un segundo plano.

Ceder continuamente ante algo que va en contra de nosotros supone un serio problema, ya que no estamos estableciendo límites claros, y de alguna u otra forma los demás lo perciben y pueden aprovecharse de eso.

Además, este tipo de actitudes solo puede beneficiarnos en el corto plazo: al complacer a los demás nos sentimos queridos y parte de un grupo, pero a la larga esto puede crear situaciones incómodas y afectar las relaciones que tenemos con los demás, expresó Sabal.

Conversación difícil entre jefe y empleado. Foto: Shutterstock.
Conversación difícil.

Consecuencias de no saber decir que no.

Al no ser asertivos, estamos anteponiendo los deseos de los demás sin tener en cuenta los nuestros, lo que puede traer efectos negativos que repercuten en nuestro bienestar.

Primero, podemos experimentar sentimientos de baja autoestima. Esto va de la mano con ansiedad, tristeza e irritabilidad, lo que puede deteriorar nuestras relaciones con los demás y con nosotros mismos. Igualmente, pueden surgir sentimientos de soledad emocional.

A su vez, la falta de asertividad puede hacer que poco a poco vayamos acumulando sentimientos de ira, y que un buen día explotemos, ya que estamos tan contenidos y cansados de ser esa persona que siempre acepta y es incapaz de decir que no.

¿Cómo podemos aprender a decir que no?

En primer lugar, es importante que miremos en nuestro interior y podamos identificar en qué situaciones no sabemos decir que no y, además, quién es el público al cual tememos expresar nuestros sentimientos, indicó la psicóloga.

Una vez que lo sabemos, podemos poner en práctica algunas estrategias de asertividad. Sabal recomendó el uso del “me siento” al expresar nuestras emociones, en tanto cuando uno es asertivo no debe culpar a los demás diciendo: “tú haces esto o tú me generas esto”. Lo fundamental es hablar de los sentimientos de uno para lograr manifestar un no rotundo, pero sin ser agresivo.

También es importante cuidar el lenguaje corporal. Actuar con confianza y seguridad demuestra que lo que estamos diciendo lo sentimos y pensamos verdaderamente. Algunos ejemplos son mantener el contacto visual con la persona, y adoptar una postura adecuada y un rostro neutral.

Asimismo, la psicóloga destacó que hay que de disculparnos únicamente cuando es necesario y nunca de forma desmesurada, dado que eso debilita la negativa que estamos expresando. Por ejemplo, podemos decir: “Siento tener que decir que no a tu propuesta”.

Finalmente, la especialista señaló que es recomendable empezar con pequeñas acciones. La asertividad no es algo que se desarrolle de forma inmediata, sino que toma tiempo y práctica.

(Por El Comercio GDA)

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