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Qué características identifican a una persona con alta sensibilidad y cómo utilizarlas a su favor

Se trata de un rasgo de la sensibilidad presente en niños y adultos; reconocerlo es importante para aceptarse y aprovechar los talentos.

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Triste, sola, ansiosa
Mujer abrumada.
Foto: Freepik.

Belén Ortega, La Nación/GDA
Rumear sobre conversaciones, estar atento a todo, no pasar nada por alto, tener la necesidad de quedarse solo para recargarse, sentir que las emociones se viven con mayor intensidad, experimentar incomodidad con los ruidos externos. Estas son algunas de las señales que permiten identificar cuando alguien es PAS, es decir, una persona altamente sensible.

Elaine Aron es la psicóloga norteamericana que le puso nombre a este rasgo de la personalidad en los años ‘90 en su libro The highly Sensitive Person (La persona altamente sensible). Así se refiere a las personas que tienen un sistema neurosensorial más agudo que la mayoría de la gente.

Diferentes estudios muestran que una de cada cinco personas, es decir un 20% de la población, tiene ese rasgo de personalidad que va en aumento.

A la hora de identificarlo, los especialistas aseguran que son personas que se caracterizan por ser perfeccionistas, intensas, ultracreativas, intuitivas y empáticas.

“Cuando descubrís el rasgo, entendés el porqué de muchas de tus actitudes y necesidades y ahí es cuando dejás de traicionarte a vos mismo”: esta reflexión la realizó Karina Zegers, coach y fundadora de la Asociación de Personas con Alta Sensibilidad de España (Apase) y una de las principales voceras de la alta sensibilidad en el mundo hispanohablante. Autora de los libros La alta sensibilidad y Personas altamente sensibles, aclara que no es un trastorno sino un rasgo de la personalidad. “Para alguien que lucha con su lado sensible, lo mejor es conocerlo, entenderlo y abrazarlo. Y, para poder sacar el máximo partido, el autoconocimiento es la principal clave”, explica.

La alta sensibilidad en primera persona.

Tal es el caso de Juana, que soñaba con desarrollar su carrera en el mundo financiero. Estudió durante años, incluso con MBAs en el exterior. Sin embargo, con más de diez años de experiencia comenzó a sentir que algo la incomodaba de su trabajo. “No me hacía feliz vender un seguro de vida sabiendo que, por ejemplo, a la persona le costaba llegar a fin de mes”, recuerda la joven que estaba sobresaturada y sentía una empatía extrema con el otro. Por esa razón decidió barajar y dar de nuevo: renunció a su trabajo. “Finalmente en un espacio de terapia descubrí que era una persona altamente sensible. Aceptarlo y tratarlo me permitió vivir mejor”, recuerda.

La primera aclaración es desmitificar que la sensibilidad está relacionada con la fragilidad sino con percibir y analizar con más intensidad las situaciones físicas y emocionales.

“Son personas con la capacidad de recibir diez veces más de información del entorno que el resto. Esto hace que sean más creativos, empáticos, perfeccionistas y conscientes, por lo que son muy buenos líderes”, reflexiona la terapeuta y coach argentina Agustina Krause, especializada en el tema, quien aclara que “cuando este rasgo está bien gestionado se convierte en un talento, pero cuando se ignora son personalidades que se estresan con mayor facilidad”.

La española Concha Tejada, mentora en negocios, da a conocer el lado B y alerta sobre la relación entre el burnout y las personalidades PAS. Al ser individuos que aman su trabajo, su principal motivación es hacer lo que les gusta y siempre están en busca de lo nuevo. “El 90% de los PAS trabaja de lo que les apasiona y por eso cree que no necesita descansar”, analiza la especialista.

En la agenda europea y en la gran pantalla.

El tema es parte de la agenda del bienestar del primer mundo. “Ahora no me quedan más libros; desde hace meses no paran de pedirme esta temática”, declara una de las vendedoras de la librería FNAC de Madrid.

¿El motivo? Hace poco, se popularizó el documental Sensible-La historia no contada, que tiene a Alanis Morissette como protagonista. Para quienes tienen alta sensibilidad, verlo suele dejarlos en shock porque encuentran las explicaciones a sus necesidades, muchas de ellas reprimidas o escondidas debajo de la alfombra.

La cantante narra su historia desde la infancia cuando se sentía presionada por sus padres para asistir a todas las actividades sociales. También comparte la experiencia de cómo desarrolló una adicción al trabajo hasta que reconoció este rasgo y aprendió a darse tiempo para aislarse uno o dos días después de cada recital.

Pronto se lanzará el documental sobre hombres altamente sensibles protagonizado por el actor y exestrella del pop Luke Goss. “El mundo no acepta fácilmente a los hombres sensibles. Cuando se reconocen como PAS empiezan a darse permisos para demostrar y compartir con los demás desde otro lugar”, relata Zegers.

Y suma: "La verdadera fortaleza está en el poder de conocerse. A cada uno le toca hacer un trabajo personal. El autoconocimiento es la llave. Tienen que observar su infancia para perdonar y desaprender. Una persona altamente sensible será uno de los mejores líderes".

Características de las personas PAS.

Elaine Aron reconoció cuatro características con los que las personas PAS pueden sentirse identificadas.

→ Procesamiento profundo. Debido a la permeabilidad de su sistema sensorial, ven lo que otros pasan por alto. Esto trae como beneficio que les gusta investigar, indagar y aprender, pero el otro lado de este rasgo es que al ser hiperreflexivos las cosas suelen quedarles dando vueltas en la cabeza generando una “autocharla” con la que pueden montarse sus propias películas. Así, el diálogo interno se convierte en su principal fantasma.

→ Sobreestimulación. Son personalidades con sentidos más afinados que otras personas, razón por la que suelen ser detallistas y perfeccionistas. Pero también esto hace que los ruidos, las luces o los lugares muy concurridos los saturen o los lleven a irritarse fácilmente. Por eso es necesario tener registro del propio cuerpo y de las necesidades.

→ Emociones y empatía intensas. Viven con sus emociones a flor de piel: con lo bueno y con lo malo que esto trae.

→ Captan mejor las sutilezas. No se les escapa ningún detalle. Tienen la intuición más desarrollada y pueden captar, por ejemplo, el lenguaje corporal, un leve cambio en las expresiones faciales, una ligera variable en la temperatura. Sienten y les afecta tanto un ambiente positivo como negativo.

En definitiva, tener este rasgo en la personalidad puede jugar a favor. El primer paso es el autoconocimiento y anticiparse a la sobreestimulación.

Cómo regular la alta sensibilidad en el trabajo.

Las personas con el rasgo en la personalidad de ser altamente sensibles tienen patrones de conducta fácilmente detectables en el trabajo. Entre otros, se destacan la autopresión, el perfeccionismo, la dificultad a decir no y una creatividad abrumadora.

Concha Tejada pone el énfasis en la intensidad y enumera qué hacer para no terminar “quemado”:

◗ No trabajar con apuros injustificados.
◗ No entrar en la urgencia de quienes no se organizan bien.
◗ No querer ganarle al reloj.
◗ Saber cortar cuando la inspiración no llega y no forzar.
◗ Confiar en que la inspiración vendrá en el momento perfecto.

Ayudar a los chicos a tolerar estímulos.

Muchos adultos se dan cuenta de que tienen “el rasgo” porque sus hijos lo tienen, dicen Anna Romeu, psicóloga y presidenta de la Sección Psicología de Emergencias del Colegio Oficial de Psicología de Cataluña (España) y Karina Zegers.

Al igual que con los adultos, lo primero es determinar que no hay un trastorno u otro problema con un especialista.

Así hizo la propia Romeu cuando empezó a ver que su hijo tenía unas características distintas desde bebé. Por ejemplo, reaccionaba distinto que su hermano mayor a los estímulos del entorno, se molestaba mucho con los ruidos de la casa e incluso se ponía las manos en los oídos para no escuchar la aspiradora.

Primero comprobó con el otorrino que no tenía problemas, luego empezó a leer y se puso en contacto con Apase, con quienes descubrió que su hijo era altamente sensible.

Como psicóloga, su consejo para los padres con chicos NAS (niños altamente sensibles) es, primero, que se informen con especialistas y asociaciones. Después, enseñarle al menor a tolerar aquellos estímulos que son inevitables. Y, en el caso de lo evitable, ser permisivos y dejarle actuar según su necesidad.

Zegers aconseja darles acceso a cosas artísticas, “que tengan mucho contacto con la naturaleza, más reposo, mucho libro, abrazos y no criticar, fomentar su empatía si se preocupa por un amigo y alimentar su necesidad de poder contribuir”.

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