La Nación/GDA
Con el paso del tiempo, los vínculos también cambian de estado, de sólidos a líquidos, así fue como el sociólogo Zygmunt Bauman los caracterizó a finales de la década de los 90 en su libro La modernidad líquida (1999).
Dado lo expuesto, es importante saber si nuestra relación amorosa está perdiendo solidez; una vez identificado esto, podremos determinar qué hacer, ya que según el experto fallecido en 2017, esta liquidez erosiona la solidez de ese lazo afectivo, dejándonos en un estado de constante inseguridad y ansiedad emocional.
¿Cómo identificar si estoy en un vínculo líquido?
Según la directora del Centro de Psicología, Sexología y Salud Integral de Barcelona, Monia Presta, las siguientes señales te ayudarán a determinar cómo es el vínculo que tenés:
- Falta de comunicación. Si tendemos a evadir conversaciones sobre el futuro, es posible que estemos en una relación de amor líquido.
- Falta de compromiso. Si no hay un compromiso a largo plazo en la relación, la misma podría tener un final prematuro. La incapacidad para establecer una conexión emocional sólida y duradera también es una señal de que la relación puede estar navegando en un terreno de amor líquido.
- Falta de confianza. Si no hay confianza en la relación, es signo de que no va en buena dirección. Es importante observar también cómo se comporta nuestra pareja con nosotros y si se evitan conversaciones difíciles sobre planes como irse a vivir juntos, tener hijos, entre otros.
¿Qué se puede hacer para enfrentar a un amor líquido?
- Comunicarse con la pareja. Es importante que se hable honestamente sobre los sentimientos y preocupaciones, comunicar lo que nos gustaría cambiar y los deseos con respecto al futuro de la relación.
- Los conflictos sí son buenos. En una sociedad marcada por la inmediatez y la superficialidad, es importante cultivar relaciones significativas y duraderas. Esto implica entender que el conflicto no es necesariamente negativo, sino una oportunidad para crecer y fortalecer la conexión emocional.
- Establecer metas y compromisos. Si queremos que nuestra relación sea más sólida, es importante que establezcamos metas y compromisos a largo plazo. Esto puede implicar establecer compromisos mutuos y trabajar juntos para fortalecer la conexión emocional.
Los tres componentes para una relación sólida
Para saber si nuestra relación será duradera y saludable hay que conocer los tres pilares fundamentales sobre los que se construye:
- Filia: la amistad en la pareja. La base de cualquier relación sólida es la amistad. La filia, que significa amistad en griego antiguo, es el cimiento sobre el cual se erige el amor duradero. En esta relación, cada individuo se convierte en un refugio seguro para el otro, capaz de compartir sus pensamientos, sentimientos y deseos más íntimos.
- Eros: la intimidad sexual. La intimidad sexual, conocida como eros en griego, es otro componente esencial del amor duradero. Sin la conexión íntima que proporciona el eros, la relación puede carecer de la profundidad necesaria para perdurar en el tiempo.
- Agape: el amor de compromiso. El agape, o amor de compromiso, representa la aceptación incondicional y el apoyo mutuo en la relación. Esta forma de amor implica la capacidad de aceptar al otro tal como es, con todas sus virtudes y defectos. Además, el agape implica la existencia de un proyecto común compartido, en el cual ambas partes trabajan juntas hacia metas y valores compartidos.
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