O Globo / GDA
El burnout, el agotamiento extremo relacionado con el trabajo, es ya un síndrome reconocido. Pero ¿qué pasa cuando una persona experimenta este estrés constantemente sin ese momento de colapso, sino de forma crónica? Para estos ya existe un nuevo término: burn on.
El burnout se define como un síndrome resultante del estrés crónico en el trabajo. La condición se caracteriza por un estado de tensión emocional y estrés que conduce al agotamiento físico y emocional, que afecta diferentes esferas de la vida de un individuo.
Los principales síntomas son:
- Ausencias del trabajo;
- Irritabilidad;
- Caída de la productividad;
- Cambios repentinos de humor;
- Agresividad;
- Aislamiento;
- Dificultad para concentrarse;
- Lapsos de memoria;
- Ansiedad;
- Depresión;
- Pesimismo;
- Baja autoestima;
- Dolor de cabeza y/o migraña;
- Fatiga;
- Cambios en los hábitos alimentarios;
- Palpitación;
- Hipertensión;
- Dolores musculares;
- Insomnio;
- Desórdenes gastrointestinales.
El burn on, creado por los psicólogos alemanes Timo Schiele y Bert Te Wildt y descrito por primera vez en 2021, se caracteriza por una depresión enmascarada, un agotamiento depresivo crónico.
Dolores en el cuello, espalda, cabeza, bruxismo y pérdida de esperanza son los primeros signos.
"Además de comorbilidades psicológicas y enfermedades secundarias como depresión, ansiedad o adicciones, también creemos que los afectados pueden sufrir cada vez más fenómenos psicosomáticos, como la hipertensión arterial, y sus posibles consecuencias", afirma Schiele.
Si bien los pacientes con agotamiento necesitan tomar una licencia por enfermedad en el trabajo, aquellos con agotamiento nunca paran. "Los pacientes siempre están al borde de una crisis nerviosa, pero continúan y cultivan, detrás de una sonrisa, un tipo diferente de agotamiento y depresión", explicó Wilt.
Por tanto, es menos obvio que su famoso primo. Para poder escapar de esta vida frenética y de tensión crónica constante, primero es necesario reconocer el problema, afirma el experto.
"El primer paso en el tratamiento, como suele ser el caso, es tomar conciencia del problema. Las personas con síndrome de quemado a menudo parecen funcionales, por lo que normalmente confiamos en los informes de familiares o personas cercanas a nosotros. También es importante reflexionar sobre nuestros valores personales", explicó el autor al periódico alemán Deutsche Welle.
La recomendación es buscar ayuda médica y reducir el ritmo, utilizando técnicas y actividades de relajación.